La novela Clarissa de Stefan Zweig está publicada en España, como la mayoría de su obra, por la Editorial Acantilado.
Clarissa es una novela corta de la última época de Stefan Zweig. La protagonista principal es la que da título a la obra. El libro se publicó de póstumamente y es una obra inconclusa. Debido a este aspecto, el final queda abierto, aunque esto no resta interés a su obra.
Aparentemente, se trata de una historia sencilla, de un amor que se ve interrumpido por el comienzo de la Primera Guerra Mundial, pero Clarissa es mucho más. En la novela se ve reflejada la sociedad de la época y muchas de las ideas de Stefen Zweig.
Clarissa narra la historia de una chica austriaca desde su infancia hasta la edad adulta. Durante la infancia la protagonista vivirá en el frío ambiente de un internado en el que crece, huérfana de madre, quien muere durante el parto. Además, tiene un hermano que se educa, también en un internado y con el que Clarissa tampoco mantiene una estrecha relación.
Al abandonar el colegio de monjas, Clarissa se ve obligada a buscarse la vida y entra a trabajar como secretaria de un psiquiatra, el profesor Silberstein. Este le ofrece la posibilidad de asistir a un congreso de psiquiatría en Lucerna y ella acepta. Clarissa llama la atención por su seriedad, su responsabilidad y por ser una persona reflexiva y eficaz, pero interiormente tiene un vacío inmenso en el mundo de los afectos.
En Lucerna conoce a Léonard y se encuentra con la consideración y el afecto que necesita y sus prioridades en la vida se ven transformados. Al finalizar el congreso Léonard le propone realizar un viaje juntos y así será.
Clarissa y Léonard viajan y disfrutan del momento sin preocuparse de la situación que se está fraguando en Europa, pero finalmente, la realidad les alcanza y se ven obligados a separarse: son los tiempos convulsos de la Europa de 1914.
Comienza la Gran Guerra y los amantes se encuentran en bandos enfrentados. El problema más importante surge cuando Clarissa descubre que está embarazada y se verá obligada a arreglar su problema de la mejor manera posible para defender a su hijo, fruto del enemigo.
A través de Clarissa y los personajes que se mueven a su alrededor y que representan distintos tipos sociales médicos, científicos, militares, etc, Stefan Zweig plasma algunas de sus ideas sobre el amor, la moral, la política y el patriotismo.
Clarissa, como todo ser humano, se verá envuelta en situaciones que le llevarán a comportarse de manera poco coherente con su pensamiento. Estas contradicciones en las que incurre la protagonista, dejan al descubierto las íntimas reflexiones del autor sobre algunos temas de la naturaleza humana.
Su forma de escribir es honesta y también la manera de comportarse de la mayoría de los personajes de la novela, aunque las circunstancias no siempre favorecen que sean leales con su propia ideología. Esta será la carga que llevará Clarissa dentro de sí, a lo largo de toda su vida.
La obra narra la relación que mantiene Clarissa con los demás personajes: con su padre, su hermano, el profesor Silberstein; así como sus relaciones sentimentales con Léonard y su marido.
la relación que mantiene con su padre es sentida pero muy distante. El padre era militar, muy disciplinado, patriota y responsable, que se verá en la obligación de comunicar a sus superiores la debilidad en la que creía que se encontraba el Imperio Austríaco. Por este motivo tendrá que dimitir y abandonar su puesto en el ejercito, teniéndose que desplazar a vivir a otra ciudad. Ese es el motivo por el que Clarissa entrará a trabajar como secretaria del profesor Silberstein. Además, el padre es un hombre incapaz de demostrar sus sentimientos. Clarissa siente que vive en un mundo muy distinto al de él.
Con su hermano apenas tiene relación y además, este fallece muy joven, en la Guerra. Ella, por supuesto, sentirá la muerte de su hermano, pero este suceso no influirá en el discurrir de su vida.
La relación con el profesor Silberstein, el psiquiatra, para el que trabaja, será una relación mezcla de amistad y sustitución del padre al que quiere pero que no ejerce de forma ni efectiva ni afectiva estas funciones. El profesor Silberstein será la persona de máxima confianza de Clarissa y con el que siempre se sincera.
El personaje de Léonard nos muestra un francés optimista con ganas de vivir y de ideología socialista al que conoce en Lucerna durante un congreso. Su historia de amor con él se verá limitada a unos días de felicidad, durante el viaje que emprenden juntos y que se verá truncado por la Primera Guerra Mundial. Léonard pasará de ser su amante a ser parte del enemigo y por lo tanto, pasa a ser un amor imposible y este hecho condicionará toda su vida. Esta transcurrirá en aquellos años de la guerra en los que se vivía con incertidumbre e inseguridad y en los que los sentimientos se volvían aun más complicados y se mezclaban con las obligaciones patrióticas.
El socialismo en la obra está representado por Léonard que cree en el poder de las masas:
«Los ambiciosos de este mundo están unidos, se estimulan unos a otros. Los empresarios tienen sus preocupaciones; los profesores sus congresos. Solo la gente pequeña, los silenciosos, los carentes de ambición no están unidos, y esa es la desgracia del mundo en el que vivimos.»
La obra no es una novela histórica pero sí aparece la Primera Guerra Mundial como telón de fondo y no solo como telón sino también como actor en la trama ya que será realmente la Guerra la que desencadena el problema de Clarissa.
Educada en un profundo sentido del deber, la protagonista de la obra trabaja durante la guerra como enfermera en un hospital. Allí conoce muchos de los horrores de la guerra, en primera persona. En ese ambiente descubre que está embarazada y aquí comienza una nueva historia para Clarissa. Gracias a su carácter decidido encuentra la solución, buena o mala, para su problema. Es una solución que evita la deshonra para su familia y dará un padre a su hijo.
lo más interesante de este obra no es tanto la historia de Clarissa sino la capacidad de Zweig para introducir en la historia todas sus obsesiones, preocupaciones, así como la descripción del panorama social e histórico de la época.
En la obra, dentro del marco de la Primera Guerra Mundial, a través de Clarissa se puede observar el papel de la mujer en la sociedad austriaca de principios del siglo XX. Un papel en el que la mujer raramente tenía opinión o libertad para poder hacer la vida que deseaban o tomar sus propias decisiones. También se observa, que el sentido del honor y la vergüenza de haber cometido un acto reprochable, para una mujer, puede llegar a condicionar toda su vida.
En la novela encontramos algunos personajes atados a estas convicciones sociales, como el padre. Otros personajes son mucho más modernos, sin prejuicios hacia la mujer, como el profesor Silberstein que no censura a Clarissa ni hace preguntas indiscretas. Ella se deja aconsejar por él.
“Escuche, hija mía, eso habrá que meditarlo bien. Me esperaba cualquier cosa salvo esto. Y quizá debería haberse preguntado por qué ha tenido tantas dudas. Antes de nada, ya sabe que no pretendo escabullirme y que quiero ayudarla; sin lugar a dudas. Es usted la persona a la que más deseo ayudar en el mundo. La cuestión es encontrar la mejor forma de hacerlo. Tenemos que hablar tan claro como sea posible. Disponemos de médicos que expedirán el certificado correspondiente. No sería el primer diagnóstico equivocado. También cuento con un amigo de confianza en una clínica que podría encargarse de la intervención, pero yo mismo la supervisaría. Ahora, con la guerra, los controles ya no son fiables. Si tiene dudas, sólo tiene que decirlo. Y sobre todo, para que no me malinterprete: sé, naturalmente, que es una intervención prohibida por la ley, pero sólo nos faltaría tener que preocuparnos por la ley en estos tiempos, cuando decenas de miles de personas son masacradas diariamente. Para mí ya no existe leyes, todo lo relacionado con el Estado ha terminado. Y lo de su padre y la deshonra tampoco me preocupa. Por Dios, esos viejos tienen setenta años, y los mayores no significan mucho, pero los jóvenes tampoco. No quiero oír hablar de honor, de infamia, de héroes ni de villanos. Todo ha empezado a tambalearse, todo tienen que abatirlo a tiros como si fueran bandidos, y el que no se atreve a disparar es considerado un traidor a la patria.”
“Cada una tenía sus propios motivos, una no tenía dinero, a la otra le faltaba el padre y alguna tenía miedo a caer enferma; siempre, incluso en épocas de prosperidad, hay un motivo por el que una mujer no quiere dar a luz, y la intervención en sí misma no es tan peligrosa: noventa y ocho casos de cada cien se resuelven sin problemas, A mí no me interesan los detalles privados ni personales, me preocupan otras cosas. Si él la ha abandonado, si está dispuesto a ayudarla, si es rico o pobre, si pretende casarse con usted o no… Son detalles secundarios. No debe dejarse llevar por los temores del principio y hacer algo de lo que pueda arrepentirse más tarde. Sé que siente el peso de la responsabilidad. “
“¿Fue un percance, una estupidez o un momento de debilidad? ¿O es el hombre al que usted habría elegido con plena convicción para que fuera el padre de su hijo, aunque algunas circunstancias fortuitas fueran desfavorables? lo fundamental es: ¿qué opina usted acerca de él? ¿Cree que lo conoce lo bastante para poder tomar esa decisión?
Clarissa agachó la cabeza.
–Sí – admitió, con voz clara y firme.
–Y, en circunstancias normales, ¿se sentiría orgullosa y feliz de estar esperando un hijo suyo?
Ella levantó la vista. Hizo memoria. Vio a Léonard de pie frente a ella, con su mirada limpia y su sonrisa amable y tranquilizadora. Miró al doctor Silberstein directamente a los ojos.
–Estoy completamente segura de eso.
De repente, el profesor adoptó una expresión muy seria.
–Entonces… entonces… –titubeó, antes de hacer una profunda inspiración, va a cometer un crimen si sacrifica a ese niño. No me refiero a una infracción de las leyes estatales, eso me trae sin cuidado. el problema es que se traicionará a sí misma. Y eso sería una estupidez, una cobardía.”
El tema aquí propuesto, es un tema muy avanzado para la época: la libre decisión de Clarissa de tener o no a su hijo. Algunos temas difíciles de tratar como el del amor, la libertad de la mujer o el del aborto, se tratan con naturalidad, atendiendo a lo que la mujer piensa y decide. Cuando se plantea la posibilidad de abortar o seguir adelante con el embarazo no se valora ni se juzga, sino que solo se plantea lo que Clarissa quiere hacer.
Otro elemento interesante del libro es el punto de vista desde el que se ve el problema de la guerra. Cuanto Clarissa conoce a Léonard este expresa sus opiniones políticas, pero cuando estalla la guerra y los amantes se ven obligados a separarse el lector sólo puede ver la guerra desde la posición femenina de Clarissa. Así que, la guerra se vive desde la intrahistoria: desde la enfermería, la escasez de alimentos, las dificultades para sobrevivir. Ahí es donde el autor aprovecha, también, para verter sus opiniones. Para Zweig la guerra la sufre todo el mundo, pero detrás de ese horror no hay más que intereses que sólo benefician a unos pocos. Además, estos alimentan el odio en la población que lo único que sacará de ello es sufrimiento y desesperación.
Al principio de la novela, el conflicto aún no ha estallado, pero se ve que el mundo estaba empezando a cambiar. La placidez con la que se vivía en Austria ya no era tan armoniosa como en la década anterior. Aparecieron nuevos intelectuales con los nuevos tiempos. Es el momento más importante para Freud y el psicoanálisis. Aparecen, también, nuevas ideas políticas.
Sobre la democracia y el socialismo:
“Nuestra democracia se ha extendido demasiado, y también el socialismo; han dejado de ser comunidades reales para convertirse en sistemas y organizaciones.”
Otro tema importante es el tema de la culpa, que aparece como una obsesión en casi toda su obra y que trata con intensidad en Miedo. ¿Qué es más difícil asumir la culpa y cumplir el castigo que traiga o callar y ocultar toda la vida?
«La invadió el presentimiento de que estaría sola durante muchos años. Tendría que callar, siempre callar. No podría confiar en su hermano ni en su padre»
Zweig muestra a través del sus personajes su rechazo hacia la guerra, en la que luchan los ciudadanos y en la que los que toman decisiones permanecen sentados en los despachos sin correr ningún riesgo.
«Nos involucramos de lleno en las necedades que cometen nuestras naciones. En el patriotismo. ¿De qué nos sirve ser honrados y bienintencionados si encima de nosotros hay un puñado de personas que no quieren serlo?»
“El nacionalismo lo corrompe todo. Es el mal que coloca una única patria por encima de todas las demás. Nos involucramos de lleno en las necedades que comenten nuestras naciones”.
La novela, como toda la obra de Zweig, está escrita con prosa ágil y aparentemente sencilla, lo que explica que sus libros fueran superventas en su época y lo sigan siendo.
Los temas y planteamientos que encontramos en esta obra, las encontramos también en sus otras obras, como una obsesión, pero siempre sorprendiendo al lector. A medida que uno avanza en la lectura de este libro, tiene la sensación de haber leído algo parecido antes, como si toda su obra fuera un único libro reproducido en diferentes historias y siempre con la misma calidad literaria.
Clarissa es una obra que nos ayuda a entender el pensamiento y las obsesiones de su autor. A través de ella comprendemos su exilio, en busca de un mundo mejor. Ese mundo mejor lo busco Zweig en Brasil. Asimismo, la obra nos desvela, de alguna manera, cual pudo ser el razonamiento del autor que le condujo a poner fin a su vida. A Zweig, probablemente, se le hizo insoportable la idea del fin de la Europa de la libertad y la cultura convertida en la Europa del horror y la barbarie.