La novela corta de Washington Irving, Vieja Navidad, escrita en 1820, ha sido publicada por la editorial El Paseo, en su colección El Paseo Central.
Washington Irving es un escritor norteamericano conocido en España por sus largas estancias en nuestro país, como Embajador de Estados Unidos, donde escribió sus famosos Cuentos de la Alhambra. Pero, esto le ha causado un importante perjuicio. Muchos españoles le conocen por su estancia diplomática en nuestro país y por sus Cuentos de la Alhambra pero, esta circunstancia ha eclipsado al resto de su obra y nos hemos perdido algunos de sus trabajos fundamentales.
Washington Irving es el gran escritor romántico norteamericano, junto con Fenimore Cooper.
La Navidad es una época perfecta para tener en cuenta las tradiciones y para leer textos clásicos, sobre estas fiestas, de escritores como Dickens, Irving o Gogol.
En 1835 Dickens publicó su cuento de Navidad que producía una catarsis y llevaba al lector desde la maldad hasta la bondad a través de sus personajes imbuidos del espíritu navideño.
En esos años la sociedad victoriana estaba inmersa en la recuperación de las viejas tradiciones navideñas, que debido a momentos de austeridad económica y social habían sufrido un paréntesis, en el que todas las tradiciones habían caído en desgracia. Desde el momento de la publicación de la obra de Dickens todas las Navidades se releía esta obra que volvía a traer el espíritu navideño.
Pero, aunque Dickens fue el padre indiscutible de esta tradición, el propio Dickens reconoció que se había inspirado en la obra Vieja Navidad de Washington Irving. Este había publicado su obra en 1820 y en ella dejaba plasmado un espíritu navideño que, aunque de forma humorística, estaba lleno de bondad, generosidad y melancolía.
Además de la admiración que Charles Dickens tenía por Washington Irving y en especial por esta obra, otros autores también sintieron esa misma admiración como Lord Byron, que aseguró que había leído tantas veces la obra que se la sabía de memoria y el escritor norteamericano Henry W. Longfellow que dijo que todo lector tiene un libro que le ha fascinado en la juventud y esa lectura era para él Vieja Navidad.
La obra no se había traducido anteriormente al español y fue publicada por primera vez en España por la editorial El Paseo en 2016.
Por otra parte, la editorial El Paseo ha publicado en el año 2017 En casa de los Bracebridge, que es una narración que transcurre durante la primavera, con los mismos personajes de Vieja Navidad. Asimismo, en 2018 tienen la intención de publicar otro libro con relatos sueltos del Sketch Book.
Washington Irving publicó una serie de relatos en torno a la familia Bracebridge en los que el autor hace un retrato de la familia tradicional inglesa y sus costumbres, siempre de forma humorística pero amable y tierna.
En Inglaterra tuvo tanto éxito la publicación de 1820, que se hizo una segunda edición en 1885 acompañada de 200 ilustraciones de Randolph Caldecott, un ilustrador clásico de época victoriana y cuyos dibujos acompañan también a la actual edición de El Paseo.
La edición de 1885 fue la primera en la que aparecía Vieja Navidad independiente de otras obras del Sketch Book, que reúne una seria de obras de Washington Irving, todas ellas de carácter costumbrista y humorístico, que supera las 2000 páginas. The Sketch Book of Geoffrey Crayon alberga otros textos célebres del escritor estadounidense como La leyenda de Sleepy Hollow o Rick Van Winkle.
La novela narra como un viajero solitario, del que no conocemos su identidad, se encuentra con un conocido, que le invita a pasar la Navidad en su casa. De esta forma, el viajero se encontrará pasando la Navidad en familia, en la Inglaterra más tradicional, en una magnífica casa de campo y disfrutando de todo lo que allí se le ofrece.
“Nada hay en Inglaterra que ejerza un hechizo más placentero sobre mi imaginación que la pervivencia de las costumbres festivas y los juegos rurales de antaño. Éstos y aquéllas me evocan los cuadros que mi fantasía solía pintarme en aquella mañana primaveral de la vida, cuando sólo conocía el mundo a través de los libros, y me lo figuraba tal cual lo cantaban los poetas; traen consigo además el sabor de esos amables días de otros tiempos, en los que –tal vez con igual ingenuidad– me inclino a pensar que el mundo era más hogareño, sociable y alegre que el presente.”
Vieja Navidad es una novela corta, que describe la tradición navideña de los días de Nochebuena y Navidad en cinco escenas: Navidad, La diligencia, Nochebuena, El día de Navidad y la cena de Navidad.
En la primera de las escenas, Navidad, el autor nos pone en situación y habla en general de las costumbres y tradiciones navideñas.
En la segunda escena el viajero anónimo cuenta su viaje en diligencia y describe el ambiente general de los pueblos por donde pasa y las gentes con las que se cruza. Además, en esta escena se va a dar el encuentro casual con su conocido inglés, Frank Bracebridge, que será el que le invitará a pasar la Navidad con su familia.
“No llevaba mucho tiempo en la fonda, cuando un carruaje de posta se detuvo frente a la puerta. Un joven caballero se apeó de él, y a la luz de las lámparas alcancé a vislumbrar una cara que me resultó familiar. Al echar el cuerpo hacia delante para poder verlo más de cerca, su mirada se trabó con la mía. No me había equivocado; era Frank Bracebridge, un joven gallardo y vivaracho, con el que una vez viajé por el continente. Nuestro encuentro fue extremadamente cordial; pues el rostro de un viejo compañero de viaje siempre aviva el recuerdo de mil escenas agradables, aventuras extrañas y excelentes anécdotas. Rememorar todo aquello en una efímera entrevista en la cocina de una posada, se nos antojaba imposible; y considerando que ninguna atadura de tiempo me retenía, pues simplemente estaba realizando una gira de observación, él insistió en que debería pasar un día o dos en la hacienda de su padre, adonde se dirigía a pasar las fiestas, y que se encontraba a pocas millas de distancia de allí.”
Las otras tres escenas narran lo que es realmente las fiestas navideñas en una casa de campo inglesa tradicional y nos lleva a un final inesperado en el que el narrador cuenta cual ha sido su propósito al contar esta historia.
“Pero basta ya de chacharear sobre la Navidad y sus fastos; ya es hora de que ponga fin a esta verborrea mía. Me parece oír las preguntas de mis lectores más críticos: “¿Cuál es el propósito de todo esto? ¿Se volverá acaso el mundo más culto después de este discurso?”. ¡Ay! ¿No existe ya bastante conocimiento para la instrucción de la humanidad? Y de no ser así, ¿no hay miles de plumas más hábiles trabajando para su mejora? Es mucho más agradable complacer que instruir, interpretar al condiscípulo que al maestro. ¿Qué valdría, después de todo, la gota de sabiduría que yo podría arrojar al océano de la cultura? O ¿cómo puedo estar seguro de que mis deducciones son guías fiables para las opiniones de los demás? Mas al escribir para entretener, si no alcanzo mi objetivo, el único mal es mi propia decepción. Si por el contrario consigo, por una afortunada casualidad, borrar de la frente una arruga de preocupación en estos días de zozobra, o cautivar un atribulado corazón en un momento de tristeza; si logro penetrar de cuando en cuando la supurante membrana de la misantropía, sugerir una visión benévola de la naturaleza humana y reconciliar a mi lector con sus semejantes y consigo mismo, entonces no hay duda –ninguna duda–: no habré escrito esto enteramente en vano”
No debemos perder de vista que Washington Irving es un autor norteamericano pero, el relato lo narra con el mejor humor inglés. Se trata de una narración aparentemente melancólica y seria. No hay chiste fácil sino ironía oculta entre palabras amables. El autor nos presenta una Navidad llena de tradiciones, algunas de ellas muy pintorescas, llevadas hasta el extremo por el señor de la casa amante a ultranza de todas las tradiciones y viejas costumbres inglesas.
Esta breve obra está escrita en un tono humorístico y algo nostálgico por los viejos tiempos en donde las tradiciones estaban vigentes.
“Yo, por mi parte, me mantenía en continua excitación, debido a las variadas escenas de caprichosa e inocente expansión que se mostraban ante mis ojos. Era inspirador ver cómo retozaban con los ojos desorbitados, y la cálida hospitalidad estallar entre los escalofríos y tinieblas del invierno; y ver a la vejez arrojar a un lado su apatía, y sumarse a la frescura de la juvenil expansión de la alegría. Sentía también un interés especial por el espectáculo, pues consideré que estas antiguas costumbres estaban cayendo rápidamente en el olvido, y que aquélla era, tal vez, la única familia en toda Inglaterra que aún las observaba puntillosamente en su totalidad.”
Durante estas celebraciones, no pueden faltar los juegos en el cuarto de los sirvientes, ni tampoco el muérdago, el cirio pascual, la leña en la chimenea y todas las tradiciones culinarias, como por ejemplo el frumenty, que es un plato realizado a base de tortas de trigo hervido en leche y especias, algo muy tradicional en los viejos tiempos. Tampoco podía faltar el “cuenco de Wassail” o ponche caliente.
Los personajes están descritos de forma irónica y humorística pero al mismo tiempo de manera amable como corresponde a la fiesta de Navidad.
Los personajes llegan al histrionismo llevando todas las tradiciones tan al extremo que, aunque se ve disfrutar al viajero anónimo con todo lo que allí se le ofrece, no puede dejar de expresarse con humor irónico.
“Mi padre, debe usted saberlo, es un rematado fanático de la vieja escuela, y se enorgullece de mantener en pie los restos de la rancia hospitalidad inglesa. Es un soportable espécimen de lo que difícilmente encontrará hoy día en estado puro: el viejo caballero rural inglés; pues nuestros hombres de postín pasan tanto tiempo en la ciudad, y las modas ha penetrado tanto en el campo, que las reciamente ricas peculiaridades de la antigua vida campesina han perdido casi todas sus aristas.”
Irving pone la lupa encima de cada personaje que se ve cariñosamente ridiculizado en su exageración, tanto el señor de la casa, como el anciano Simon Bracebridge, como los sirvientes que llevan todo el ritual navideño de una forma casi teatral, así como muchos asistentes al festejo.
No obstante, el autor termina el relato con una rotunda declaración de intenciones que, aunque rompe con la parte humorística de la obra, consigue un precioso final que casi podríamos decir que contiene el espíritu navideño, aunque no de forma explícita.
Con esta novela Washington Irving pretende, también, recuperar el sentido espiritual de la Navidad y eliminar la trivialización de la fiesta.
Muchas de las tradiciones narradas por el autor han sido adoptadas por el imaginario popular, desde la calabaza famosa de Halloween hasta el muérdago o el Papá Noel de nuestro días.
Tanto gracias a Charles Dickens con sus cuentos de Navidad, como a Washington Irving, la Navidad ha llegado a todos los rincones del mundo.
Vieja Navidad es una novela que transmite la alegría y el recuerdo de la tradición, todo ello contado en un ambiente perfecto y maravilloso en la campiña inglesa.