Patria – Breve apunte

7 de septiembre de 2017

Patria es la última novela de Fernando Aramburu y la que le ha llevado definitivamente a la fama, pero este escritor donostiarra afincado en Alemania lleva muchos años dedicado al oficio de escribir.

Patria es una novela que el autor, como él mismo dice, necesitaba sacarla de dentro. Es verdad, que es una obra escrita desde el corazón, pero también está llena de sentido común y lo más importante es su indiscutible calidad literaria, en la que Fernando Aramburu hace gala de sus conocimientos filológicos y literarios. 

A pesar de ser una novela muy pensada en su forma, no estamos ante una obra pesada o difícil de leer. Muy al contrario, se trata de una novela que fluye de manera ágil, lo que la hace de fácil lectura.

La novela lleva el título de “Patria” con la intención de indicar que la “Patria Vasca” no es solo un espacio geográfico, de costumbres, lengua y cultura común. La patria, en este caso, es un paraíso deseado cuya búsqueda lo acaba justificando todo, así como a los que por conseguirlo cometen todo tipo de tropelías. 

La obra tiene 640 páginas y es una novela coral, en donde se da vida a nueve personajes principales. Estos pertenecen a dos familias, en un principio, muy amigas, en los peores años del terror, en el País Vasco.

Aunque esta obra cuenta hechos que han sucedido en el pasado inmediato de España, no podemos definirla como novela histórica. 

La novela, más que la historia en sí misma, nos narra la intrahistoria, la vida cotidiana de los personajes y cómo afectan los hechos históricos a esta vida de las personas corrientes, en el que podría ser cualquier pueblo del País Vasco, en un momento complicado. Podemos decir que la novela tiene una cierta intención pedagógica, en la que nos enseña cómo comprender el alma humana en sus mejores y sus peores acciones y pensamientos, aunque comprender no quiere decir compartir ni tener que tolerarlo todo.
La obra está estructurada en 125 capítulos con una estructura circular, porque como el propio Aramburu ha dicho, el primer capítulo es el prefacio del desenlace. La obra abarca 30 años de las vidas de los nueve personajes principales. Desde la infancia de los hijos de las dos familias, hasta su edad adulta.

Los personajes están dotados de volumen, de tal forma que tanto los que cometen actos criminales como las víctimas se muestran como personas que tienen sus sentimientos, sus seres queridos y sus quebraderos de cabeza, así como sus arrepentimientos. Sobre todo, lo más importante, es cómo el autor muestra a los personajes, víctimas y terroristas, en su cotidianeidad. Esto es lo que hace de Patria una novela cercana, que nos hace sentirnos implicados en la situación.

En esta obra, la relación entre el tiempo y el espacio es lo que hace posible que sucedan los hechos y que los personajes sean creíbles.

Cuando comienza la obra, el autor nos presenta dos familias amigas que paulatinamente se irán separando a causa de los acontecimientos y de la ideología que cada uno va adoptando, en mucha medida, llevado por sus circunstancias.

Una de las familias tiene un hijo, Jose Mari, que entra a formar parte de ETA y la otra se verá golpeada por el terrorismo, con el asesinato del padre, el Txato.

Realmente, el Txato no es asesinado por su ideología política sino por haber tenido éxito con su empresa y querer defenderla de los embates de la kale borroka y de la manipulación de algunos de sus empleados.

El hijo terrorista, no es tanto un terrorista por maldad, sino por fanatismo alentado por el entorno y por algunos adultos que le rodean y están cargados de odio, que trasmiten a los jóvenes, como es el caso del cura del pueblo.

La narración, al principio de la novela, es extradiegética (un narrador desde fuera), para pasar el narrador, casi de forma inmediata, a dar voz a todos sus personajes principales. En un principio, esto sorprende al lector, aunque rápidamente se retoma la naturalidad en la lectura y el lector se acomoda con mucha facilidad a esta narración conjunta de narrador y personajes principales. Por esto, tendremos que decir que es una novela coral, en la que todos los personajes tendrán su voz. 

El lector tendrá que escucharles a todos y tendrá que ponerse en el lugar de cada uno de los personajes. Este tendrá que escuchar hasta lo que no quiere escuchar y esto produce una reacción personal en cada uno de los lectores, sin posibilidad de quedarse indiferente.

El lenguaje utilizado es sencillo y aunque se introducen numerosas palabras de la lengua vasca, estas están escritas en cursiva y se pueden consultar en el glosario que incluye el libro. Además, como en toda la obra de Aramburu, encontramos, en esta novela, su humor crítico y a veces ácido.

Tampoco, debemos dejar de hablar del papel de la mujer en la novela Patria. El autor pone a las mujeres como pilares fundamentales de su obra. A pesar de que tanto víctima como verdugo en este caso son hombres, son ellas las que llevan el peso de la historia. El matriarcado vasco queda claramente definido. Los hombres son de pocas palabras y tienen muchos más problemas de expresión y de indecisión. Las mujeres se presentan fuertes y decididas. Ellas son las que al final de la novela inducen y propician una pequeña luz de esperanza. 

La obra comienza in media res y está llena de saltos hacia el futuro (prolepsis) y saltos hacia el pasado (analepsis), por lo que podemos decir que la historia está escrita de forma cronológica, en cuanto que los personajes se nos describen a lo largo de 30 años, algunos, los hijos, desde la niñez hasta la edad adulta, pero la parte psicológica, la parte interior de los personajes no sigue ese orden cronológico. Los personajes están llenos de recuerdos y sentimientos que van y vienen.

Patria está llena de marcadores temporales, tales como la diferencia entre un tiempo y otro marcada por las pesetas y los euros; la utilización por parte de Arantxa de un ipad para comunicarse; también, narra la boda de Gorka, lo que quiere decir que el matrimonio homosexual ya estaba legalizado. Asimismo, aparecen algunos hechos reales históricos como el asesinato de Miguel Angel Blanco. 

En la novela hay algún elemento metaliterario, como cuando Gorka cuenta que está leyendo una novela en la que uno mata a una vieja para robarle las joyas, haciendo una clara alusión a la novela Crimen y Castigo de Dostoievski. 

Casi al final se encuentra otro elemento metaliterario cuanto el autor se incluye en la novela en las páginas 551 y 552 y 553, como pasa en el Quijote que el propio Cervantes entra dentro de su obra. En estas páginas Aramburu da sus razones por las que se vio en la necesidad de escribir este libro y con qué actitud lo quiso escribir.

Además he encontrado en la obra una cierta relación con la obra de García Márquez Crónica de una muerte anunciada. En cuanto que, desde el principio de la novela, desde las primeras líneas, el lector conoce lo que va a pasar, sabe que el asesinato del Txato se va a cometer y, sin embargo, la novela mantiene nuestra tensión hasta el final. La gente del pueblo comenta y sabe pero nadie dice nada. Todo parece funcionar con normalidad. 

Aunque, la gran diferencia entre las dos novelas es la motivación y el marco social e histórico de Patria, en la que el desencadenante de todos los hechos será, precisamente, la “Patria”. Esta patria idealizada, que convierte en enemigos a aquellos que no quieren hacer el juego a los abertzales. ¿Era menos vasco el Txato que José Mari? ¿Quién defendía mejor los intereses de la tierra vasca? Como se dice en la novela, el Txato aprendió a hablar euskera antes que castellano y se sentía absolutamente vasco e identificado con sus costumbres. ¿Por qué era menos vasco que José Mari?

Patria está muy bien documentada, no en vano, el autor ha sido parte de la propia historia que cuenta y él mismo se ha preguntado por qué no entro él a formar parte de las juventudes abertzales.

Podríamos decir seguramente muchísimas más cosas sobre esta estupenda novela, pero solo quiero decir: así fue y así lo vivimos, no lo olvidemos. Por eso, es este un libro que debieran leer todos los españoles.