Don Quijote de la Mancha / Don Quijote primera parte

Don Quijote de la Mancha – Capítulos 33 al 36 de la primera parte

10 de noviembre de 2017

Capítulo trigésimo tercero
El capítulo comienza con la lectura de la novela que alguien dejó abandonada en la venta.  Suponemos que aquí se hace una clara alusión a Cervantes. Creemos que fue Cervantes el que se dejó olvidado el manuscrito de la novela en la venta.
Esta novela está intercalada en el Quijote a lo largo de los capítulos treinta y tres, treinta y cuatro y treinta y cinco, que forman una unidad. 
Aunque, hemos visto ya, que en el Quijote hay otras obras intercaladas, esta es realmente la única absolutamente independiente de la trama principal. 
Las anteriores historias intercaladas, tenían algo que ver con los personajes del Quijote, estaban en el mismo mundo. Pero, el mundo del Curioso Impertinente es un mundo de novela independiente de la trama principal. Incluso, debemos advertir que don Quijote ni siquiera estaba sentado en la habitación escuchando la historia. Esta novela le es absolutamente ajena. El resto de personajes está asistiendo a la lectura del Curiosos Impertinente mientras don Quijote duerme.
La novela es de ambiente italiano, sucede en Florencia. En un principio el relato parece una novelita italiana que sigue la estructura de las obras de Bocaccio, característica del renacimiento muy del gusto de los lectores, con una infidelidad y un triángulo amoroso. En un principio parece tratarse de una recreación de el cuento de los dos amigos que aparece en el Decameron. Pero, a medida que se va desarrollando la historia la novelita se transforma y deja de tener el aire jocoso de las novelas de Bocaccio y se va transformando en algo nuevo que plantea un problema moral y necesita un tono trágico y serio. Este relato podría incluirse en las Novelas Ejemplares de Cervantes. 
Anselmo duda de la fortaleza moral de su esposa y le propone a su amigo Lotario tentarla. Efectivamente, después de mucha resistencia Camila cae en la trampa. Los amantes ocultan al esposo el resultado real de la prueba, pero Leonela, la criada, termina por contarle a Anselmo la verdad lo que desencadenará el final trágico de la obra.
Quizá Cervantes quería demostrar la debilidad de carácter de las mujeres. En esta novelita se pone de manifiesto la inferioridad moral del carácter de la mujer frente al hombre. Idea predominante en la época. 
Pero, si miramos la obra con más detenimiento, veremos que Cervantes descalifica en numerosas ocasiones la decisión de someter a Camila a aquella prueba de moral. 
Cervantes quiere demostrar que la perfección moral no existe y que la idea de Anselmo era una insensatez. No es más débil moralmente el hombre que la mujer. Lotario también cae en la trampa enamorándose de Camila. 
Finalmente, la única que resulta realmente responsable no es la mujer. Lotario también cae en la trampa. Camila cae en la tentación. pero tiene la fortaleza de carácter para querer mantener las cosas como están, de una forma razonable. Son los hombres insensatos los que acaban destrozando la historia de amor. A Anselmo se le califica de loco por su idea de la prueba moral y Lotario pierde los papeles al enamorarse da Camila. 
En definitiva, la locura de Anselmo consigue destrozar las vidas de tres personas. La ejemplarización que nos ofrece Cervantes en esta novela, no es tanto el problema del adulterio, ya que él piensa que hay que contar con la naturaleza humana y no se puede pedir la perfección, sino que condena la actitud de Anselmo, que por exigir de su mujer un ideal inalcanzable termina con la felicidad del matrimonio y de los amigos.
El discurso que hace Lotario cuando Anselmo le cuenta su propósito es un anticipo del Discurso de las armas y las letras que realizará don Quijote más adelante.
En el capítulo se hacen alusiones a otras obras literarias. Esto es un elemento frecuente a lo largo de toda la obra. Una de estas alusiones se da cuando Lotario cita una estrofa traducida por Cervantes del poema religioso Las lágrimas de San Pedro del poeta napolitano Luigi Tansillo.
En la novelita se alude, también, a dos episodios narrados por Ariosto en su Orlando Furioso, que cuentan la historia de un caballero que invita a cenar a Reinaldo de Montalbán y le propone beber de un vaso mágico que indica a los maridos si sus mujeres les han sido infieles. Reinaldo rechaza la invitación y el caballero llora porque el sí había constatado la infidelidad de su mujer.  Al día siguiente el barquero del río Po cuanta a Reinaldo la historia de un doctor llamado Anselmo, que había sido víctima de aquella prueba.
Asimismo, encontramos una alusión a la fábula mitológica en la que Júpiter, enamorado de Dánae, a la que su padre tenía encerrada en una torre, se transforma en lluvia de oro para que este pudiera disfrutarla.
Capítulo trigésimo cuarto
El capítulo comienza con la carta que Camila escribe a Anselmo pidiéndole que vuelva cuanto antes, sino ella se verá obligada a ir a casa de sus padres con el fin de preservar su honor.  De esta manera, Anselmo se da cuenta de que Lotario ha comenzado su estrategia y pide a Camila que permanezca en su casa a la que él regresará en breve.
Esta carta, en cierta manera, recuerda a la enviada en el capítulo veintisiete por Luscinda a Cardenio. 
Debemos fijarnos en la utilización de términos bélicos, en la carta. 
“Así como suele decirse que parece mal el ejército sin su general y el castillo sin su castellano…”
Más adelante, encontramos un soneto. Este soneto, con alguna modificación, aparecía ya en la comedia cervantina La casa de los celos. El tema del soneto es la queja del enamorado por la indiferencia de la amada. Este tema es muy frecuente en al lírica amorosa de la época. 
Aquí, encontramos también, juegos con letras muy característicos del momento. El juego de las cuatro eses: sabio, solo, solícito y secreto. Además, encontramos el juego con el abecedario. Este juego de ingenio del abecedario de amor era muy frecuente.
La inclusión de novelas dentro de las novelas es un recurso muy utilizado en la historia de la literatura. En este caso al tomar a Anselmo, Lotario, Camila y Leonela como personajes de ficción ayuda a dar un sentido de realidad a los personajes que están escuchando la historia y por tanto al Quijote. 
En este capítulo encontramos, también, alusiones a otras obras literarias:
Encontramos una alusión irónica a Penélope, personaje de la Odisea, esposa de Ulises, símbolo de la fidelidad conyugal.
Además, hace alusión a la leyenda de Lucrecia y Tarquino, que también llegan a un final trágico movido por asuntos amorosos.
El capítulo finaliza de una manera desconcertante. Parece el final de la historia pero quedan detalles abiertos que crean una sensación de suspense.
Capítulo trigésimo quinto
La lectura del Curioso Impertinente se ve interrumpida por la batalla que libra don Quijote con el gigante que persigue a la princesa Micomicona.
Todos los que estaban escuchando la novela se quedan con las ganas de conocer el final de esta, que se vislumbra trágico.
La historia principal del Quijote queda interrumpida por la historia de Dorotea y esta por la del Curioso Impertinente las acciones se van a ir cerrando en distinto orden. Primero se cierra la historia del Curiosos impertinente, después la de Dorotea y finalmente retomaremos la historia principal del Quijote. 
¿Por qué Cervantes introduce esta novelita en su trama principal? ¿Qué tiene que ver la novelita con la obra del Quijote?
Lo primero que debemos notar es que tanto el Quijote como el Curiosos Impertinente están protagonizadas por dos locos que buscan un ideal que no existe. Los dos personajes están tan dentro de su locura que pierden la noción de la realidad y en ocasiones la noción del orden en el mundo real.
La diferencia de las dos tramas y de los dos personajes principales estriba en que la locura de don Quijote no hace daño a nadie y tiene tintes cómicos, mientras que la locura de Anselmo tiene tintes trágicos y provoca una destrucción total de la situación.
La novelita queda también interrumpida por la aparición de don Quijote y Sancho y la lucha de este contra los cueros de vino que toma por el gigante que persigue a la princesa Micomicona, en la realidad Dorotea. Esto vuelve a traer a don Quijote al primer plano de la historia que lo había perdido, al dárselo a la trama del Curioso impertinente.
En esta lucha de don Quijote contra el gigante, ninguno de los elementos que aparecen son reales salvo la espada que hace el papel de conector entre la realidad y la ficción.
La sangre era vino, la camisa era la coraza, el gorro de dormir hace de yelmo, la manta de escudo y lo más sobresaliente es que los cueros de vino hacen de gigante, pero la espada hace de espada.
Aquí el proceso de quijotización de Sancho es muy relevante cuando este dice: 
“mirad si ha matado y salado ya mi amo al gigante! ¡Cierto es ello; mi condado está seguro y hecho a mi medida!.
Esta estructura no es casual, Cervantes ha querido que las historias que teníamos, en este momento sin resolver, lo hicieran de esta manera y con esta estructura pensada. Todo esto, para producir en el lector distintos sentimientos y sensaciones de realidad y ficción.
La historia que se cerrará primero será la del Curioso impertinente, después el enredo ente Dorotea, Fernado, Luscinda y Cardenio y no retomará la acción principal hasta el capítulo 44 de esta primera parte.
Algunos críticos han hablado de la pertinencia o no de intercalar esta novela en la obra. Hans-Jörg Neuscháfer dice que la historia del Curiosos impertinente podría ser un exemplum que completa y explica el sentido de la acción principal y del libro entero.
Como ya hemos dicho, lo primero que se cierra es la historia del curioso impertinente. El desenlace de la novelita traerá la desgracia para los tres personajes principales, causada por la curiosidad de Anselmo, que antes de morir reconoce su culpa y disculpa a Camila. Este final no es el habitual en las novelas de la época, donde una infidelidad se zanjaba con un duelo. 
Este final es muy similar al de la novela ejemplar de Cervantes El celoso extremeño.
Capítulo trigésimosexto
El epígrafe del capítulo no se corresponde con la realidad de los hechos que se narran en él. La batalla de los cueros no sucede en este capítulo sino en el anterior.
Aquí, conoceremos el desenlace de la historia de Cardenio en la venta Palomeque, que servirá de escenario a muchos de los sucesos ocurridos en esta primera parte del Quijote. En este escenario se resolverán los amores de varias parejas que quedarán en la historia del Quijote pero que no volverán a aparecer. 
En la venta están presentes Dorotea, Cardenio, Sancho Panza y el barbero. Más adelante llegarán nuevos personajes con los rostros cubiertos con antifaces negros, lo que creará una situación de suspense, que Cervantes ya ha utilizado anteriormente. 
Dorotea sufrirá un desmayo al reconocer a don Fernando y Cardenio reconocerá la voz de Luscinda. Dorotea realizará un discurso para don Fernando, en el que expresará su amor por encima de los problemas de honor, que se había producido en esta situación. Dorotea permanecerá arrodillada ante su señor, pero don Fernando la levantará y reconocerá su arrepentimiento: 
“Levantaos, señora mía; que no es justo que esté arrodillada a mis pies la que yo tengo en mi alma; y si hasta aquí no he dado muestras de lo que digo, quizá ha sido por orden del cielo, para que viendo yo en vos la fe con que me amáis, os sepa estimar en lo que merecéis. Lo que os ruego es que no me reprehendáis mi mal término y mi mucho descuido, pues la misma ocasión y fuerza que me movió para aceptaros por mía, esa misma me impelió para procurar no ser vuestro. Y que esto sea verdad, volved y mirad los ojos de la ya contenta Luscinda, y en ellos hallaréis disculpa de todos mis yerros; y pues ella halló y alcanzó lo que deseaba, y yo he hallado en vos lo que me cumple, viva ella segura y contenta luengos y felices años con su Cardenio, que yo rogaré al cielo que me los deje vivir con mi Dorotea”
Cervantes tiene en este capítulo dos de los varios descuidos que encontramos en la obra.  Uno de ellos es que Fernando y Cardenio ya se habían reconocido anteriormente al comienzo del capítulo, como también se habían reconocido Cardenio y Luscinda. El otro descuido es la ubicación de don Quijote en la venta. En el capítulo 32 se había dicho que don Quijote se había acostado, donde habían ocurrido los altercados con Maritornes, el arriero y Sancho (capítulo 16), pero esto ocurrió en el desván y Cardenio no subió a aquel aposento, sino que se quedó al lado del portal, porque, de otra forma, no podría explicarse que este estuviese tan cerca de los que hablaban en el portal:
“Oyó estas razones Cardenio bien clara y distintamente, como quien estaba tan junto de quien las decía, que sola la puerta del aposento de don Quijote estaba en medio”
Dorotea en su discurso hace mención, también, a la transmisión del linaje que, en este caso, según se establecía en las Partidas de Alfonso X el Sabio, en Castilla, por su tradición histórica, la nobleza del linaje no la transmitían las mujeres sino los varones.
“Y si te parece que has de aniquilar tu sangre por mezclarla con la mía, considera que pocas o ninguna nobleza hay en el mundo que no haya corrido por este camino, y que la que se toma de las mujeres no es la que hace al caso en las ilustres descendencias”
Toda esta situación se produce como si fuera una representación teatral ante un público compuesto por las demás personas que se hallaban en la venta, que además opinan sobre la situación. Aquí se produce una situación de anagnórisis, los protagonistas se reconocen y esto hace que la situación cambie.
“Pero a esta sazón acudieron los amigos de don Fernando, y el cura y el barbero, que a todo habían estado presentes, sin que faltase el bueno de Sancho Panza, y todos rodeaban a don Fernando, suplicándole tuviese por bien de mirar las lágrimas de Dorotea, y que siendo verdad, como sin duda ellos creían que lo era, lo que en sus razones había dicho que no permitiese quedase defraudada de sus tan justas esperanzas”
De esta forma concluirá la historia de Cardenio, Luscinda, Dorotea y Fernando, entre el llanto y la admiración de todos los que presenciaron la escena.
Luscinda y Cardenio se arrodillaran a los pies de don Fernando cumpliendo el ritual de Vasallaje. Los vasallos se arrodillan ante el caballero. De esta forma se cumple el amor cortés feudal. La historia termina con un final feliz muy al estilo de Cervantes.
Una vez finalizada la historia de Luscinda, Cardenio, Dorotea y Fernando, vuelve la realidad de la historia principal de la novela, lo que provoca una situación de tristeza, debida a que Sancho se da cuenta de que la historia de Micomicona se esfuma y sus aspiraciones con ella. 
“Hasta Sancho Panza lloraba, aunque después dijo que no lloraba él sino por ver que Dorotea no era, como él pensaba, la reina Micomicona, de quien él tantas mercedes esperaba.”