Vázquez Montalban comenzó a escribir El pianista en 1972 y la concluyó en 1985. En la novela el autor narra la historia de un pianista, Alberto Rosell, que ve truncada su carrera artística por el estallido de la Guerra Civil.
En el primer capítulo el autor describe la época de la transición española, en Barcelona, tras la victoria socialista en las elecciones del año 1982. Alberto Rosell, el pianista, trabaja en un local nocturno donde acuden travestis. En este capítulo Vázquez Montalbán habla de lo que se llamó el “desencanto”, para lo que toma como modelo a un grupo de cuarentones que se debate entre asumir los nuevos tiempos y sumarse a ellos o convertirse en fracasados defensores de valores que, en aquel momento, ya resultaban obsoletos. Los personajes principales de esta parte de la novela son: Luisa y Ventura; Schubert e Irene; Delapierre; Joan y Mercè; Toni Fisas; Luis Doria y Albert Rosell. También aparecerá en un pequeño “cameo” el ministro de Cultura Solana. Esto personajes se nos presentan deambulando una noche por las calles de Barcelona. En este deambular van recordando sus rincones de otros tiempos y sus años más revolucionarios. Después de aquellos tiempos que están ya en el recuerdo, unos han triunfado y otros simplemente ven pasar la vida y están situados en una posición abúlica incapaces de encontrar su sitio. Uno de los fragmentos más reseñables de este capítulo es el encuentro entre Luis Doria, el viejo músico triunfador, y Albert Rosell, el pianista fracasado que sólo a ha conseguido seguir tocando el piano en un café de Barcelona ganado un mísero sueldo. Lo más interesante es cuando Doria se acerca a Albert Rosell y le dice: «Bravo, Alberto. Excelentes los silencios». Doria no dice nada más, pero los dos saben de lo que están hablando y el lector podrá descubrirlo más adelante. Al final del primer capítulo, el pianista conduce al lector a su casa y allí se descubre el drama de la mujer inválida. El capítulo terminará con la frase de los surrealistas: Le cadavre esquís boira le vin nouveau.
La segunda parte transcurre en los años cuarenta también en Barcelona. El protagonista sale de la cárcel tras un encierro de seis años obsesionado por tocar el piano. Este capítulo lleva al lector a vivir un día sobre los tejados de la parte pobre de la ciudad de Barcelona, donde muchas ilusiones de los personajes se verán truncadas sin casi sentirlo. Los personajes de este capítulo son: el boxeador aficionado Young Serra, cuyo autentico nombre es Manolo; Andrés, que ha vivido en lo que podríamos llamar un campo de concentración; Magda y Ofelia, dos chichas muy modernas para su tiempo; el matrimonio Baquero, un matrimonio chapado a la antigua que tendrá miedo de todo; el maestro de música Albert Rosell , del que no se sabe nada, los padres de Young, Enrique y Asunción; Floreal Roura, que cría palomas y la señora Amparo que le hablará a Magda de su pasado y su futuro. Este capítulo se desarrolla como una obra teatral en la que los personajes van entrando, pasando por la escena y entablando conversaciones cruzadas.
En la tercera parte, la acción se desarrolla en París, en el año 1936, en los días precedentes a la guerra civil de nuestro país. este capítulo trata el tiempo más lejano. Alberto Rosell tiene una beca para estudiar en París, en 1936, pero comienza la guerra y tiene que poner fin a sus estudios. Es en esta parte donde el lector encuentra la clave del enigma planteado en el primer capítulo, sobre la personalidad del pianista. Es en este capítulo donde avanzamos en la investigación sobre la personalidad de Alberto Rosell que se nos planteaba en el primera capítulo, donde este se presentaba como un pianista fracasado, que había perdido la juventud. Aquí se ve como Albert Rosell, Teresa y Larsen regresan a España. Luis Doria se queda en París, para seguir triunfando como músico. Luis Doria dice que de España hay que irse para volver como triunfador, ya que es un país de envidiosos e ignorantes. De esta manera Doria conseguirá su objetivo y regresara convertido en un triunfador. No como Albert Rosell que dejó la música para comprometerse con sus ideas políticas y luchar en la guerra. Los personajes de este tercer capítulo son: Luis Doria; Albert Rosell; Teresa, que es la novia de Doria, catalana y estudiante de canto en París y Larsen, un sueco que parece vivir de rentas y que quiere escribir un libro sobre la vida de Doria.
Montalbán en esta novela nos plantea casos particulares para hablar de la generalidad. nos habla de la vida de personas puntuales para plasmar la sociedad de España en tres momentos decisivos de su historia: la transición, la posguerra y la guerra civil.
Como vemos los tres capítulos de la novela nos llevan a tres momentos de la historia de España, por medio de los cuales, el autor, juega con el tiempo para obligarnos a realizar una labor detectivesca, buscando la personalidad de Alberto Rosell.
El pianista no es una de las novelas policiacas más habituales en Vázquez Montalbán, pero si nos fijamos, aunque no hay un cadáver físico tenemos un cadáver metafórico. A lo largo de la novela Montalban ofrece pistas para descubrir la personalidad de los personajes, en un juego que va de los años 70 hacia atrás lo que nos permitirá ver las causas de la consecuencia final.
En la obra no aparece el detective Carvahlo pero somos los propios lectores los que hacemos de detectives de la personalidad de los personajes. Cuando la historia termina nos colocamos al principio de la historia y deberíamos volver a empezarla.
Asimismo, en la novela hay un juego de personajes, entre Alberto Rosell y Luis Doria, protagonista/antagonista. Luis Doria aparecerá siempre como un fantasma en la vida de Alberto Rosell. Es el triunfador frente al fracasado.
Vázquez Montalban plantea aquí una obra sobre perdedores/ganadores y la coincidencia o no entre vencedores y vencedores morales. Además plantea las consecuencias de esta rivalidad en la sociedad.
Todo lo que escribe Montalbán parece sacado de historias autenticas de la realidad, aunque sean ficticias. El autor es capaz de retrotraernos a otras épocas, aviva los recuerdos y si no son recuerdos los convierte en historias vívidas.
La novela termina con una carta de Albert Rosell a su valedor Robert Gerhard, una carta en la que Vázquez Montalbán vuelve a colocar al lector como investigador a la búsqueda de esa identidad de aquel pianista que aparece bajo las sombras del Capablanca.
Pequeña comparativa entre El pianista y La opera de Vigata
Aunque la mayoría no habrá leído La Ópera de Vigata, esta es la obra, para la que según palabras del propio Camilleri, había tomado como modelo de organización a El pianista de Vazquez Montalbán. Realmente, podemos encontrar algunas similitudes entre los dos autores. Quizá podríamos haber leído una obra del detective Carvahlo de Montalbán y otra del detective Montalbano de Camilleri para haber podido hacer una comparativa real.
En principio la comparativa debería hacerse realizado entre la Opera de Vigata y El pianista que son dos obras únicas, en cuanto que no aparece ninguno de los personajes habituales de estos dos maestros de la novela policiaca.
El punto donde se encuentran las dos novelas es el tiempo. Los dos autores juegan con el tiempo para conseguir un efecto que al final sigue siendo detectivesco, como en el resto de sus obras.
En ninguna las dos novelas el tiempo es lineal y los dos autores consiguen con maestría que el lector pueda desentrañar la historia de una manera participativa para desentrañar un misterio. Con una estructura temporal tan libre, el lector podrá recomponer su lectura como prefiera. Podrá seguir el orden propuesto o buscar su propio orden.
Asimismo, las dos obras están cargadas de ironía. Pero mientras que la obra de Vázquez Montalban, es una ironía amarga; La Opera de Vigata está provista de un sentido del humor enorme.
Además las dos novelas tienen su parte histórica. La de Montalbán nos retrotrae a tres períodos decisivos de la historia de España y La Opera de Vigata reproduce a la perfección la Sicilia de la segunda mitad del siglo XIX. Esta obra está basada en un hecho real, los incidentes que tuvieron lugar durante la representación de la ópera «El Cervecero de Preston» en Caltanissetta, que en la obra pasa a ser en Vigata, ciudad imaginada por Camilleri, donde transcurren la mayoría de sus obras. El suceso consistió en que se quiso representar una ópera impuesta por el prefecto y que, como tal imposición, fue rechazada por la población. Esto desencadeno una serie de sucesos que llegaron a producir un gran incendio y hasta algunas víctimas.
Otro punto en común de las dos obras es la profunda percepción que tienen ambos autores para ahondar en el carácter de sus personajes y a través de ellos de la sociedad del momento histórico descrito. Así como el acertado manejo, en ambas obras, de un número tan importante de personajes.
La forma del agua pertenece a la serie de novelas escritas por Andrea Camilleri que tienen como protagonista al comisario Salvo Montalbano que trabaja en la comisaría de Vigàta, de la provincia de Montelusa. Montalbano no duda en saltarse las normas cuando cree que debe hacerlo. El personaje es amante de los libros y sobretodo de la gastronomía.
En esta novela, un conocido político y empresario aparece muerto y semidesnudo en el interior de su coche en una zona de poco prestigio donde todas las noches está presente la prostitución. Todo parece apuntar a que el fallecido no ha muerto como víctima de un asesinato sino de un ataque al corazón trás haber mantenido relaciones íntimas con una chica de mala reputación.
El comisario Montalbano, como siempre, desconfiará de la primera impresión y terminará por descubrir toda la trama, principalmente, política que se esconde tras este suceso.
La forma del agua es el primer libro de la serie del comisario Montalbano que ha hecho a Camilleri ser uno de los autores más leídos de Europa.
Como en todas las obras que tienen como protagonista al comisario Montalbano, Camilleri nos presenta una retrato de la sociedad Siciliana, sus costumbres y conflictos, en definitiva su modo de vida. Incluso, nos presenta a Montalbano como un disfrutador de la vida, que disfruta de los baños en las tranquilas aguas que tiene a escasos metros de su casa a orillas del mar. Así mismo nos lo presenta como un gastrónomo, para Salvo Montalbano la comida siempre es importante y fuente de inspiración.
En Esta novela se intentan esclarecer los hechos de la muerte del ingeniero y político Luparello, cuyo cadáver es descubierto por dos dos basureros, Pino y Saro dentro de su coche y semidesnudo con los pantalones bajados. El muerto aparece en una zona situada a las afueras de Vigata en una zona de mala reputación. La autopsia del doctor Pasquano, revela que Luparello murió de un fallo cardiaco. Montalbano, como siempre, intentará esclarecer la situación, que desde un primer momento no la verá clara.
Muchos de los personajes de esta novela son los mismos que se repiten en otros libros de la serie del comisario Montalbano y son: Livia, novia de Montalbano; el subcomisario Mimi Augello; los sargentos Fazio y Tortorella; los agentes Galluzzo, Gallo y Germanà; Jacomuzzi, el jefe de la Científica; el doctor Pasquano; el juez Lo Bianco; Zito, amigo y reportero de Retelibera; Adelina, que trabaja en la casa de Montalbano; Ingrid Sjostrom, personaje que se relaciona con la trama de este primer libro pero que seguirá apareciendo en otros libros de la serie convertida en amiga de Montalbano; y el jefe superior Luca Bonetti-Alderighi.