A finales del siglo XIX la literatura rusa vive uno de sus momentos más esplendorosos. Comienzan a surgir escritores que habían bebido en las fuentes de la literatura franceses del realismo y el naturalismo. Así que podríamos afirmar que el realismo y naturalismo llegaron a Rusia de forma tardía pero no por ello menos vital e importante.
Algunos de los autores principales de este momento fueron Chejov, Gogol, Dostoievski y, por supuesto, Tolstói.
Anna Karenina podríamos decir que es la obra más importante de Tolstói. La mayoría de los críticos dicen que se trata de una obra redonda. Incluso Henry James y Thomas Mann opinaron que pocas novelas tienen un inicio tan espectacular y brillante como esta: “Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”.
La obra esta estructurada en ocho partes divididas, a su vez, en capítulos.
El narrador es un narrador omnisciente que conoce no sólo todo lo que sucede, sino los sentimientos y pensamientos de todos los personajes.
La acción se desarrolla entre Moscú, San Petersburgo y una pequeñísima parte en Italia.
Es una obra escrita entre 1873 y 1877.
La novela contiene incontables valores. Como casi todas las obras de la época, ofrece generosas descripciones, retratos psicológicos de los personajes y diálogos. En ella el autor detalla el medio en el que viven los personajes, tanto en el campo como en la ciudad, circunstancia que aprovecha para hacer diversas observaciones sobre las diferencias sociales, la dura y pobre vida de los campesinos, las reuniones de la alta sociedad con sus hipocresías y sus conveniencias, etc.
En la novela Tolstoi consigue crear diferentes realidades paralelas. La estructura está formada por distintos hilos argumentales que se van entretejiendo. Esta estructura la consigue emparentando, de una forma muy natural, a los protagonistas de las historias que nos presenta la novela.
En esta obra, se desarrollan paralelamente tres historias de amor con muy distintas trayectoria y consecuentemente muy distintos finales.
Sus protagonistas son: Levin y Kitty, Esteban Arkadievich y Dolly y por supuesto Anna Karenina, Alexis Alejandrovich y Vronsky.
Las descripciones de la obra, tanto del carácter de los personajes y sus pensamientos como de sus vestidos, las casas, las relaciones sociales y todos los acontecimientos que se van sucediendo, son muy minuciosos casi realizadas de forma cinematográfica.
La obra, que esta llena de reflexiones, también nos muestra la vida de los campesinos y la opinión de algunos de los protagonistas sobre una posible revolución social, que años más tarde se produciría.
La abundancia de diálogos le proporciona a la obra un carácter casi teatral que consigue presentarnos las situaciones de una forma mucho más vívida.
Los retratos psicológicos de los personajes no nos los ofrece por medio de descripciones, sino de una forma mucho más directa. Conocemos el carácter de los personajes por el tono de sus conversaciones y por sus replicas en los diálogos.
En la novela aparecen también numerosas reflexiones sobre la moral, lo religioso y lo filosófico. Tolstói plasma a través de los personajes sus propias ideas y preocupaciones.
Nos introducimos en la novela in media res, con el adulterio de Oblonski, con esto, Tolstoi consigue ponernos en situación nada más comenzar la historia.
Resulta irónico que, al principio de la obra, Anna arregle las cosas entre el matrimonio de Oblonski con Dolly. Anna se nos presenta como un personaje sensato y tranquilo.
Casualmente, gracias a la primera infidelidad de la novela, Anna conoce a Vronsky.
La aventura con Vronski obligará a Anna a vivir casi oculta con su amor y finalmente decidirán hacer un viaje para tomar distancia de la presión a la que se ven sometidos por parte de la sociedad.
El viaje sólo conseguirá darles un alivio momentáneo pero la situación de adulterio llevará a Anna a una situación de degradación sobre todo moral.
Anna se sintió perseguida y sentenciada por la sociedad y empujada a vivir en la mentira. Tolstói, al igual que su personaje, Levin, piensan que la sociedad es hipócrita y la critica pero también piensan que tiene que existir una ley moral. Levin no entiende la infidelidad y cuando es interrogado al respecto dice: “no entiendo que un hombre pueda entrar en una panadería y robar un panecillo tras haber comido hasta hartarse”. Sin embargo, será el más compasivo con Anna.
A pesar de la minuciosa descripción que realiza Tolstoi de todas las situaciones, personajes, ambientes, etc; no dramatiza el suicidio de la protagonista. No nos mostrará a Anna físicamente destrozada, sino con el maletín rojo, que simbólicamente quedará en la vía.
A lo largo de la novela utilizará varios símbolos. Uno de los más claros es el anden como símbolo de bienvenida y despedida. Anna conocerá a Vronsky en un anden y ella se despide de la vida, también en un anden.
La novela cierra con los pensamientos e inquietudes de Levin.
La vida sigue…
¿Es realmente Anna la autentica protagonista de esta historia?
¿Quizá sea, realmente, Levin el autentico protagonista de la novela?
Podríamos pensar conociendo, un poco, la personalidad de Tolstó que, realmente, Levin le da la oportunidad de vivir, participar y opinar dentro de su propia historia. Su mujer es también muy parecida a Kitty. Es una mujer buena y siempre pendiente de su marido, aunque a veces, no le comprenda.
Las características principales del personaje de Levin son la búsqueda de una reforma agraria y social, su rechazo a vivir en la ciudad, la búsqueda de la verdad y de la bondad y su amor por Kitty.
Finalmente casi podríamos considerar a Levin como un héroe triunfante , mientras que Anna será la derrotada. Tolstói nos enseña la decadencia y posterior suicidio de Ana y subraya la importancia de la coherencia de la vida. Levin representa esa coherencia.
(Pilar Aguilar)