«Del amor y otros demonios» – Breve apunte

11 de junio de 2014

“Del amor y otros demonios” es una novela que se desarrolla en Cartagena de Indias a mediados del siglo dieciocho, en un momento en el  que la ciudad había perdido su importancia como puerto. La Habana le había quitado su primacía como puerto principal de trata de esclavos en Hispanoamérica. 
El creciente contrabando de los piratas ingleses y de los esclavos, muestran la decadencia del imperio español y el decreciente dominio en sus colonias: “Pero la ciudad no era la de antes. El mercado principal de esclavos de había trasladado a La Habana, y los mineros y hacendados de estos reino de Tierra Firme preferían comprar su mano de obra de contrabando y a menor precio en las Antillas inglesas”.
En el momento en el que transcurre la historia, la ciudad de Cartagena había caído en decadencia y paralelamente, como símbolo de la decadencia de la colonización, también la casa de los Marqueses de Casalduero  estaba prácticamente en ruina,                                                                                                                                                                               incluso lindaba con un manicomio para mujeres. “La casa había sido el orgullo de la ciudad hasta principios del siglo. Ahora estaba arruinada y lóbrega, y parecía en estado de mudanza por los grandes espacios vacíos u las muchas cosas fuera de lugar.En los salones se conservaban todavía los pisos de mármoles ajedrezados u algunas lámparas de lágrimas con colgajos de telaraña”, “Todo estaba saturado por el relente opresivo de la desidia y las tinieblas. Lo único que quedaba de las grandezas señoriales del primer marqués eran los cinco mastines de presa que guardaban las noches”.
La novela nos narra la situación en la que se vivía en aquel momento. Como en todas las épocas de decadencia se sufría una crisis de valores tradicionales en cuanto a las relaciones humanas, legales, institucionales y reigiosos. Abrenuncio, el médico, en un momento que estaba con Cayetano Delaura, el sacerdote: “Lo invitó a que lo visitara. Cayetano le explicó que no podía salir a la calle sin licencia. Abrenuncio o le dio importancia. `Si usted conoce las debilidades de estos reinos, sabrá que las leyes no se cumplen por más de tres días´.
La historia nos cuenta la vida de Sierva María hija de don Ygnacio de Alfaro y Dueñas, segundo Marqués de Casalduero, y su esposa mestiza Bernarda Cabrera.
Aunque racialmente Sierva María es europea y mestiza, espiritualmente es africana. En ella se mezclen simbólicamente las sangres de las tres culturas más importantes de Colombia 
Desde su nacimiento Sierva María fue repudiada por su madre: “La madre la odió desde que le dio de mamar por la única vez, y se negó a tenerla con ella por temor de matarla. Dominga de Adviento la amamantó, la bautizó en Cristo y la consagró a Olokun, una deidad yoruba” 
La niña nació sietemesina y además su madre la había concebido sin amor y con engaños:  “Bernarda le abrió entonces sus entrañas para que él se viera dentro a la luz del día. Le contó cómo fue que su padre la mandó con el pretexto de los arenques y los encurtidos, cómo lo engañaron con el truco viejo de la lectura de la mano, cómo acordaron que ella lo violara cuando él se hacía el desentendido, y cómo habían planeado la maniobra fría y certera de concebir a Sierva María para atraparlo de por vida”, “ Era demasiado esperar que además de todo tuviera que amar a esa pobre sietemesina, o a usted, que ha sido la causa de mis desgracias”.
El odio sustituye al amor en la relación de Benarda con su hija, por eso y sin ninguna resistencia por parte del padre, la madre expulsa a Sierva María del ámbito familiar, social e incluso racial, cediéndola a Dominga de Adviento y al espacio donde viven los esclavos africanos que había en la casa del marqués de Casalduero. 
El día que Sierva María cumplía 12 años, le envian junto con una esclava a realizar las compras para su fiesta. les habían prohibido acercarse al puerto donde se realizaba la veta de esclavos. Ellas deciden no hacer caso de la prohibición y al  al cruzar por el mercado un perro rabioso muerde Sierva María en el tobillo izquierdo. El mismo perro ya había mordido a tres personas más y les había contagiado la rabia.  Al pasar los días, Sagunta una india del pueblo que había visto lo sucedido va a casa del marqués y se lo cuenta. El marqués le pregunta a Sierva María por aquello y con toda naturalidad ella lo niega. 
Todos estos acontecimientos llegaron a oídos del Santo Oficio y el Obispo manda a llamar al Marqués, que le aconseja que interne a Sierva en el convento de Santa Clara donde Dios se encargará de ella. 
Sierva María es internada y su comportamiento se considerará, por parte de la Abadesa de este convento, como una posesión por parte de las fuerzas malignas; es allí donde comienzará su martirio ya que el Santo Oficio junto con la Abadesa deciden exorcisarla y le otorgan el cargo de exorcista a Cayetano Delaura.
Este se dará cuenta de que realmente no estaba poseída y de que su comportamiento se debe a que la niña a pesar de ser blanca ha sido educada para comportarse como negra. Delaura también descubrirá el amor con ella.
Delaura no podrá mantener su secreto y se lo confesará al Obispo que le castigará enviándolo a un hospital de leprosos para que se encargue de ellos. 
En ese momento el Obispo se hará cargo del problema de Sierva María sometiéndole a una serie de métodos crueles con la idea de sacar el demonio de su cuerpo con lo que finalmente conseguirán terminar con su vida.
El Marqués se arrepentirá de no haber querido a su hija y se culpará por haberla dejado en manos de los esclavos.
Uno de los temas fundamentales de los que trata la obra es el de las relaciones humanas y en particular el de las relaciones amorosas. La relación de los padres de Sierva María es igual de decadente que la situación económica y social del país, como la que emprenderán más tarde Sierva María y Cayetano Delaura que será una relación tormentosa y sin solución. Estas relaciones constituirán un símbolo de los nuevos tiempos. La situación anterior estaba en decadencia y los nuevos tiempos no habían encontrado aun un camino. Estaba todo por hacer. Había que buscar nuevos valores tanto sociales como económicos y morales.
García Márquez, en esta obra, trata también el tema del amor al que siempre imprime un carácter difícil. Él ha escrito no sólo una, sino tres novelas de forma consecutiva, en las que indaga en el problema del amor y los afectos. 
Del amor y otros demonios es la tercera de la serie. esta novela tiene un papel fundamental en la visión que tiene García Márquez de las relaciones amorosas. En la obra imprime su visión irónica de estas relaciones que las ve como si fueran un código de conducta aprendida en las obras literarias pero que son comportamientos evitables y reconducibles.
Los amores y las relaciones apasionadas e irrefrenables las ve como una excusa perfecta para la creación literaria.
En esta novela, el autor, también usará el amor como excusa para la creación pero le dará un carácter simbólico y extremadamente irónico, lo que dará lugar a situaciones esperpénticas y absolutamente exageradas, tanto que en su lectura se pasa del asombro a la risa. 
Otro tema, destacable, es el tratamiento de lo africano en la historia y en la realidad cultural de Colombia. 
García Márquez en otras de sus obras ya había tratado el tema africano, pero solo de forma tangencial. En  “Del amor y otros demonioseste tema ocupa una posición central: “Dominga de Adviento, una negra de ley que se gobernó la casa con puño de fierro hasta la víspera de su muerte, era el enlace entre aquellos dos mundos. Alta y ósea, de una inteligencia casi clarividente, era ella quien había criado a Sierva María. Se había hecho católica sin renunciar a su fe yourba, y practicaba ambas a la vez, sin orden ni concierto”.
La niña, Sierva María, simboliza a las tres culturas pero en un momento de transición lleno de intolerancias en el que otros personajes más tradicionales no son capaces de entender ni de aceptar la diferencia con el otro:  “En aquel mundo opresivo en el que nadie era libre, Sierva María lo era: sólo ella y sólo allí. De modo que era allí donde se celebraba la fiesta, en su verdadera casa y con su verdadera familia”, “La niña se mostraba como era. Bailaba con más gracia y más brío que los africanos de nación, cantaba con voces distintas de la suya en las diversas lenguas de África, o con voces de pájaros y animales, que los desconcertaban a ellos mismos. Por orden de Dominga de Adviento las esclavas más jóvenes le pintaban la cara con negro de humo, le colgaron collares de santería sobre el escapulario del bautismo y le cuidaban la cabellera que nunca le cortaron…”, “ Empezaba a florecer en una encrucijada de fuerzas contrarias”. 
García Márquez en la obra también critica la intolerancia con lo diferente y la violencia con la que se trata a los diferentes. 
Esta intolerancia se ve claramente, cuando el obispo y las monjas del convento deciden que Sierva María está endemoniada, al no ser capaces de entenderla solo quieren transformarla para que sea igual que ellos e intentan conseguirlo por medio de la represión con su reclusión que terminará con ella. “Es un secreto a gritos que tu pobre niña rueda por los suelos presa de convulsiones obscenas y ladrando en jerga de idólatras”, “No ocurrió nada desde entonces que no fuera atribuido al maleficio de Sierva María. Varias novicias declararon para las actas que volaba con unas alas transparentes que emitían un zumbido fantástico”, “Cuando la guardiana abrió la puerta, la celda de Sierva María exhaló un vaho de podredumbre. La niña yacía bocarriba en la cama de piedra sin colchón, atada de pies y manos con correas de cuero. Parecía muerta, pero sus ojos tenían la luz del mar”.
La historia está contada a través de un prólogo y cinco  capítulos. 
El prólogo, firmado por el autor, nos explica como surgió la idea para escribir la novela pero al mismo tiempo es parte de la propia novela y da al lector una sensación de realidad. 
La historia se desencadena cuando, una mañana de 1949, su jefe de redacción, Clemente Manuel Zabala, le envía, a García Márquez, sin mucho interés a cubrir una noticia que en principio no tenía ninguna importancia: “No encomendó una tarea concreta a ningún redactor. Minutos después se enteró por teléfono de que estaban vaciando las criptas funerarias del antiguo convento de Santa Clara, y me ordenó sin ilusiones: Date una vuelta por allá a ver qué se te ocurre”. 
Cuando el autor se halla en el lugar donde se produce la noticia, sucede algo que despertará sus recuerdos, acerca de una leyenda que le contó su abuela cuando era pequeño: “A mí, en cambio, no me pareció tan trivial, porque mi abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por el mordisco de un perro, y era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros”, “La idea de que esa tumba pudiera ser la suya fue mi noticia de aquel día, y el origen del libro”.
El prologo es un puente de transición entre la realidad y la fantasía. Cuando la cabellera cobriza y resplandeciente de veintidós metros de largo surge de la tumba, en ese momento  comienza la historia, la fantasía.
La apertura de la tumba es la puerta metafórica que usa García Márquez para ¿volver al pasado? ¿iniciar una historia de fantasía?
Como en otras de sus novelas García Márquez, vuelve en esta obra, al pasado de América Latina para encontrar allí el espacio narrativo de la historia, así como sus personajes.
Además de los protagonistas la novela tiene otros personajes como Abrenuncio que es un judío portugués exiliado en las colonias españolas, un médico educado y comprensivo que no cree ni en Dios ni en la ciencia. Representa la parte escéptica y en cierto modo desengañada de todo. Actúa como contrapunto entre tanto comportamiento exagerado. “‘Los libros no sirven para nada,’ dijo Abrenuncio de buen humor. ‘La vida se me ha ido curando las enfermedades que causan los otros médicos con sus medicinas’. Se niega a participar en el drama de amor y sexo, pero por otra parte entierra a su querido caballo de cien años de edad en tierra santa. Abrenuncio parece haber perdido la esperanza en la rehabilitación del hombre.
Cayetano Delaura es un jesuita es una de las voces más racionales de la historia, aunque cuando conoce a Sierva María se deja llevar por la pasión. Por una parte se sentirá  liberado de tanta razón y por otro se sientirá abrumado por su pasión. 
El obispo Toribio de Cáceres es un hombre enfermo y asmático que perdió su fe en el pasado. Sin embargo, irónicamente, es el defensor más fanático de la Inquisición. Le dice al marqués, cuando este le confiesa que ha perdido la fe en Dios: “Así que lo esencial no es que tú no creas, sino que Dios siga creyendo en ti” 
Mientras el obispo y el marqués deberían ser las figuras representantes de la autoridad y con más fuerza frente al resto. Deberían representar al poder colonial, en realidad, son personajes débiles. Los dos se nos presentan con frecuencia tumbados. El marqués se acuesta solo en su hamaca y el obispo necesita recostarse para aliviar el asma. 
El marqués intentará poner orden en su casa ruinosa y para eso lo primero será expulsar a los negros, a los que teme por desconocimiento y que casi le han invadido la casa. El marqués, en este caso, representa el poder colonial. Así, intentará que la jerarquía tradicional de la raza y el poder queden salvaguardados aunque realmente sólo será un intento ya que la decadencia la lleva el marqués en su interior.
Los demás personajes de la novela se preocuparán de afirmar la pureza de su sangre blanca impondrán su dominio y sus valores por medio de la religión, el rechazo y finalmente la violencia. 
En esta narración se entremezcla lo onírico, lo lúdico, lo fantástico, el absurdo, lo mítico y el modo de pensar de las distintas culturas tradicionales que conviven en ella.
El tiempo narrativo que utiliza el autor es la técnica de Flash Back, los hechos se narran de forma desordenada. El narrador realiza constantes cambios en el tiempo y espacio. El texto rompe el orden lógico y cronológico. La narración no está escrita de manera lineal desde el principio hasta el final. García Márquez utiliza en esta narración técnicas similares a las del montaje cinematográfico.
En cuanto al lenguaje, podemos decir que es un lenguaje muy rico en el que el autor utiliza arcaísmos, neologismos y extrangerísmos. García Márquez busca explotar al máximo la capacidad expresiva de la lengua.
¿Por qué el autor habla en el título de la novela  del amor y de otros demonios?
El amor es el demonio principal en esta obra que llena a los personajes, en un principio, de fuerza vital y al final acaba consumiéndoles. 
¿Cuales son los otros demonios? Los otros demonios son la intolerancia que trajeron los colonizadores, en este caso, a Colombia. La cristianización, el tribunal eclesiástico de la inquisición, la tiranía impuesta por la ignorancia de una sociedad, de un pueblo, en donde debían convivir culturas y etnias diferentes.
En Del amor y otros demonios, lo que impide el éxito del verdadero amor no es sólo un ambiente de alienación existencialista, sino también el racismo y la opresión de una sociedad colonial que previene que los individuos logren disfrutar el amor.
El amor ha sido identificado como metáfora de la enfermedad en la obra de García Márquez, El amor es una enfermedad que infecta, e incluso mata, a los que la contraen.
De hecho, al final de Del amor y otros demonios, Sierva María supuestamente ha muerto de amor: “La guardiana que entró a prepararla para la sexta sesión de exorcismos la encontró muerta de amor en la cama con los ojos radiantes y la piel de recién nacida”
(Pilar Aguilar)