¿Quién era Tolstói?

16 de septiembre de 2014

Liev Nikoláievich Tolstói nació en Yasnaia Poliana en 1828 y falleció en  Astapovo en 1910. Tolstói es como todos sabemos uno de los mas sobresalientes escritores de la literatura rusa. 
Nació en una familia acomodada. Sus padres pertenecían a la aristocracia rusa. Su vida transcurrió siempre a caballo entre la gran ciudad y el campo. La ciudad representaba para él disfrute, abundancia y lujo. Por otra parte, el campo era un lugar de inspiración para sus obras literarias y representaba la parte más verdadera y autentica de la vida. 
Tolstói se quedó huérfano a muy temprana edad. Su madre murió cuando sólo tenía dos años y su padre, siete años después, en 1837. Desde ese momento vivió con dos tías suyas, pero de su educación se encargaron varios preceptores que no fueron excesivamente exigentes con él. 
En 1843 ingresó en la Universidad de Kazán, en la Facultad de Letras, pero tras un breve período de tiempo la abandonó por la Facultad de Derecho. 
Podemos decir que su rendimiento académico fue siempre pésimo y que seguramente no hubiera conseguido nunca graduarse en nada si sus profesores no hubieran tenido en cuenta su alto rango social.
Al salir de la universidad, en 1847, no deseó seguir viviendo en la vida, que el encontraba superflua, de la ciudad y se refugió en el campo, en su pueblo natal, Yasnaia Poliana. Pero para él fue traumático descubrir las condiciones en las que vivían sus campesinos. A consecuencia de esto decidió dedicarse por entero a mejorar las condiciones de vida de los pobres de su patria. En principio pensó que lo mejor para esto sería  ingresar en el ejército ayudado por su hermano Nicolás. Pasó el examen reglamentario en Tiflis y fue nombrado oficial de artillería.
La lucha contra las guerrillas tártaras en las fronteras del Cáucaso le descubrió su propia temeridad y arrojo frente a la muerte. También, tras conocer los impresionantes paisajes del Cáucaso reconoció la pasión que siempre le había despertado la naturaleza.
Al estallar la guerra de Crimea en 1853, solicitó ser destinado al frente, donde demostró su gran valentía y se hizo con una importante reputación entre sus compañeros pero su extrema sensibilidad le impidió resistir la ineptitud de algunos generales y la superficialidad de muchos soldados. Por este motivo, se retiró se la carrera militar.
Durante algún tiempo viajó por Francia, Alemania, Suiza y otros países europeos donde se entusiasmó con las revolucionarias ideas pedagógicas que allí descubrió. Al volver a Rusia decidió abrir una escuela para pobres y fundar un periódico sobre temas didácticos al que llamó Yasnaia Poliana. 
Las ideas revolucionarias sobre la libertad en la educación no gustaron al gobierno y a los pocos años mandaron cerrar la escuela.
A pesar de ser una persona acostumbrada a tener la muerte cerca, no nos olvidemos que había participado en numerosas batallas cuando perteneció al ejercito y, además, de sus constantes reflexiones sobre la muerte, el fallecimiento de su hermano Nicolás en 1860, le provocó una gran conmoción.
En 1862 se casa con Sonia Behrs, hija de un médico de Moscú. Sonia fue el complemento ideal para Tolstói. Era buena, prudente, comprensiva y sobre todo tenía un importante sentido práctico de la vida del que Tolstói carecía absolutamente.
Gracias a los cuidados y al amor de Sonia gozó, en sus primeros diez años da matrimonio, de una tranquilidad de espíritu que anteriormente no había conocido y se encontró en las mejores condiciones para escribir. Esta situación dio como fruto su apasionante, joven y fresca novela “Guerra y paz”.  
Durante todo el tiempo que duro la escritura de la novela, Sonia se encargó de copiar el extenso manuscrito a medida que el escritor lo corregía. Además, ella también se encargaba de la educación de sus hijos, trece en total, así como de presentar a sus hijas en sociedad, cuestión muy importante en aquel momento, y de cuidar del patrimonio familiar.
“Guerra y paz” se publicó por entregas en la revista El Mensajero Ruso en 1864  dilatándose hasta 1869. Después de la publicación de “Guerra y Paz”, Tolstói   escribió otras muchas obras. La más sobresaliente de ellas fue “Anna Karenina”, escrita entre 1875 y 1876. También es excepcional su obra “La sonata a Kreutzer” de 1890 y la más patética, y no por ello menos impresionante, de toda sus obras: “La muerte de Iván Ilich” de 1885.
Finalmente Tolstói decidió vivir los últimos años de su vida con los campesinos, muy distanciado de su familia, que no podía comprenderle. Cuando sus hijos se sentaban a la mesa a comer, el único sentimiento que mostraban era su aburrimiento. solamente consiguió transmitir su fe y sus ideas a tres de sus hijas, en particular a María que ya había fallecido.  Su mujer sufría y no entendía que hubiera dejado de escribir. Tolstói cambió su fe en el arte por una fe moral que ella no entendía. En ese momento, solo se sintió comprendido por su médico y amigo Marivetski. Dejo de fumar y beber, se volvió vegetariano y dormía en un incómodo catre. Quiso vivir en las mismas pobres condiciones de vida que todos aquellos que había conocido y que no tenían, como él, la posibilidad de acceder a otras condiciones. 
Las circunstancias en las que Tolstói muere, parecen haber salido de su propia pluma. Fue una muerte dramática. Tolstói abandonó su hogar de forma misteriosa y sin comunicárselo a nadie acompañado solamente de su amigo el doctor Marivetski, que como él, había dejado su vida acomodada y a su clientela en la ciudad. 
Tolstoi dejó una carta para Sonia, escrita más de diez años antes, explicándole los motivos de su partida en la madrugada del 10 de noviembre de 1910, llevándose solamente su ropa blanca y unos pocos libros.
Durante los siguientes días nadie supo nada de los dos amigos  hasta que cuatro días después de su marcha sufrió un fatídico ataque pulmonar que lo obligó a refugiarse en casa del jefe de estación de Astapovo. Allí recibió todos los cuidados que hubiera podido desear. Esta familia actuó con él de forma extraordinaria y, naturalmente, estos avisaron a su mujer, Sonia, que pudo llegar antes de su fallecimiento pero por no turbar la paz interior que parecía tener el moribundo no quiso entrar en la habitación donde este se encontraba hasta después de su muerte. 
En su lecho de muerte Tolstoi lloraba no por él sino por los miserables; y decía, en medio de sollozos: “Sólo una cosa les pido que recuerden:hay millones de seres humanos en la tierra, además de Lev Tolstói; y ustedes sólo lo miran a él”

No sabemos si sus ultimas palabras fueron realmente estas o si fueron capaces o no de reconfortar a Sonia pero según le comunicaron las personas que le cuidaron en los últimos momentos , lo último que dijo Tolstoi fue: «Amo a muchos.»         
(Pila Aguilar)