25 de septiembre de 2014

Anna Karenina

En el verano,
seguimos leyendo juntos…
Próximo encuentro:
Jueves, 25 de septiembre.
Anna Karenina
de León Tolstoi
Siempre por la mañana, de 10h a 11h15,
en el salón de té mon petit monde

(avda. Papa Negro, 107, Madrid).

Para más información: llama a Pilar (629 879 557).
16 de septiembre de 2014

¿Quién era Tolstói?

Liev Nikoláievich Tolstói nació en Yasnaia Poliana en 1828 y falleció en  Astapovo en 1910. Tolstói es como todos sabemos uno de los mas sobresalientes escritores de la literatura rusa. 
Nació en una familia acomodada. Sus padres pertenecían a la aristocracia rusa. Su vida transcurrió siempre a caballo entre la gran ciudad y el campo. La ciudad representaba para él disfrute, abundancia y lujo. Por otra parte, el campo era un lugar de inspiración para sus obras literarias y representaba la parte más verdadera y autentica de la vida. 
Tolstói se quedó huérfano a muy temprana edad. Su madre murió cuando sólo tenía dos años y su padre, siete años después, en 1837. Desde ese momento vivió con dos tías suyas, pero de su educación se encargaron varios preceptores que no fueron excesivamente exigentes con él. 
En 1843 ingresó en la Universidad de Kazán, en la Facultad de Letras, pero tras un breve período de tiempo la abandonó por la Facultad de Derecho. 
Podemos decir que su rendimiento académico fue siempre pésimo y que seguramente no hubiera conseguido nunca graduarse en nada si sus profesores no hubieran tenido en cuenta su alto rango social.
Al salir de la universidad, en 1847, no deseó seguir viviendo en la vida, que el encontraba superflua, de la ciudad y se refugió en el campo, en su pueblo natal, Yasnaia Poliana. Pero para él fue traumático descubrir las condiciones en las que vivían sus campesinos. A consecuencia de esto decidió dedicarse por entero a mejorar las condiciones de vida de los pobres de su patria. En principio pensó que lo mejor para esto sería  ingresar en el ejército ayudado por su hermano Nicolás. Pasó el examen reglamentario en Tiflis y fue nombrado oficial de artillería.
La lucha contra las guerrillas tártaras en las fronteras del Cáucaso le descubrió su propia temeridad y arrojo frente a la muerte. También, tras conocer los impresionantes paisajes del Cáucaso reconoció la pasión que siempre le había despertado la naturaleza.
Al estallar la guerra de Crimea en 1853, solicitó ser destinado al frente, donde demostró su gran valentía y se hizo con una importante reputación entre sus compañeros pero su extrema sensibilidad le impidió resistir la ineptitud de algunos generales y la superficialidad de muchos soldados. Por este motivo, se retiró se la carrera militar.
Durante algún tiempo viajó por Francia, Alemania, Suiza y otros países europeos donde se entusiasmó con las revolucionarias ideas pedagógicas que allí descubrió. Al volver a Rusia decidió abrir una escuela para pobres y fundar un periódico sobre temas didácticos al que llamó Yasnaia Poliana. 
Las ideas revolucionarias sobre la libertad en la educación no gustaron al gobierno y a los pocos años mandaron cerrar la escuela.
A pesar de ser una persona acostumbrada a tener la muerte cerca, no nos olvidemos que había participado en numerosas batallas cuando perteneció al ejercito y, además, de sus constantes reflexiones sobre la muerte, el fallecimiento de su hermano Nicolás en 1860, le provocó una gran conmoción.
En 1862 se casa con Sonia Behrs, hija de un médico de Moscú. Sonia fue el complemento ideal para Tolstói. Era buena, prudente, comprensiva y sobre todo tenía un importante sentido práctico de la vida del que Tolstói carecía absolutamente.
Gracias a los cuidados y al amor de Sonia gozó, en sus primeros diez años da matrimonio, de una tranquilidad de espíritu que anteriormente no había conocido y se encontró en las mejores condiciones para escribir. Esta situación dio como fruto su apasionante, joven y fresca novela “Guerra y paz”.  
Durante todo el tiempo que duro la escritura de la novela, Sonia se encargó de copiar el extenso manuscrito a medida que el escritor lo corregía. Además, ella también se encargaba de la educación de sus hijos, trece en total, así como de presentar a sus hijas en sociedad, cuestión muy importante en aquel momento, y de cuidar del patrimonio familiar.
“Guerra y paz” se publicó por entregas en la revista El Mensajero Ruso en 1864  dilatándose hasta 1869. Después de la publicación de “Guerra y Paz”, Tolstói   escribió otras muchas obras. La más sobresaliente de ellas fue “Anna Karenina”, escrita entre 1875 y 1876. También es excepcional su obra “La sonata a Kreutzer” de 1890 y la más patética, y no por ello menos impresionante, de toda sus obras: “La muerte de Iván Ilich” de 1885.
Finalmente Tolstói decidió vivir los últimos años de su vida con los campesinos, muy distanciado de su familia, que no podía comprenderle. Cuando sus hijos se sentaban a la mesa a comer, el único sentimiento que mostraban era su aburrimiento. solamente consiguió transmitir su fe y sus ideas a tres de sus hijas, en particular a María que ya había fallecido.  Su mujer sufría y no entendía que hubiera dejado de escribir. Tolstói cambió su fe en el arte por una fe moral que ella no entendía. En ese momento, solo se sintió comprendido por su médico y amigo Marivetski. Dejo de fumar y beber, se volvió vegetariano y dormía en un incómodo catre. Quiso vivir en las mismas pobres condiciones de vida que todos aquellos que había conocido y que no tenían, como él, la posibilidad de acceder a otras condiciones. 
Las circunstancias en las que Tolstói muere, parecen haber salido de su propia pluma. Fue una muerte dramática. Tolstói abandonó su hogar de forma misteriosa y sin comunicárselo a nadie acompañado solamente de su amigo el doctor Marivetski, que como él, había dejado su vida acomodada y a su clientela en la ciudad. 
Tolstoi dejó una carta para Sonia, escrita más de diez años antes, explicándole los motivos de su partida en la madrugada del 10 de noviembre de 1910, llevándose solamente su ropa blanca y unos pocos libros.
Durante los siguientes días nadie supo nada de los dos amigos  hasta que cuatro días después de su marcha sufrió un fatídico ataque pulmonar que lo obligó a refugiarse en casa del jefe de estación de Astapovo. Allí recibió todos los cuidados que hubiera podido desear. Esta familia actuó con él de forma extraordinaria y, naturalmente, estos avisaron a su mujer, Sonia, que pudo llegar antes de su fallecimiento pero por no turbar la paz interior que parecía tener el moribundo no quiso entrar en la habitación donde este se encontraba hasta después de su muerte. 
En su lecho de muerte Tolstoi lloraba no por él sino por los miserables; y decía, en medio de sollozos: “Sólo una cosa les pido que recuerden:hay millones de seres humanos en la tierra, además de Lev Tolstói; y ustedes sólo lo miran a él”

No sabemos si sus ultimas palabras fueron realmente estas o si fueron capaces o no de reconfortar a Sonia pero según le comunicaron las personas que le cuidaron en los últimos momentos , lo último que dijo Tolstoi fue: «Amo a muchos.»         
(Pila Aguilar)

13 de septiembre de 2014

«Anna Karenina» – Breve apunte

A finales del siglo XIX la literatura rusa vive uno de sus momentos más esplendorosos. Comienzan a surgir escritores que habían bebido en las fuentes de la literatura franceses del realismo y el naturalismo. Así que podríamos afirmar que el realismo y naturalismo llegaron a Rusia de forma tardía pero no por ello menos vital e importante.
 Algunos de los autores principales de este momento fueron Chejov, Gogol,  Dostoievski y, por supuesto, Tolstói.
Anna Karenina podríamos decir que es la obra más importante de Tolstói. La mayoría de los críticos dicen que se trata de una obra redonda. Incluso Henry James y Thomas Mann opinaron que pocas novelas tienen un inicio tan espectacular y brillante como esta: “Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”.  
La obra esta estructurada en ocho partes divididas, a su vez, en capítulos.
El narrador es un narrador omnisciente que conoce no sólo todo lo que sucede, sino los sentimientos y pensamientos de todos los personajes.
La acción se desarrolla entre Moscú, San Petersburgo y una pequeñísima parte en Italia.
Es una obra escrita entre 1873 y 1877. 
La novela contiene incontables valores. Como casi todas las obras de la época, ofrece generosas descripciones, retratos psicológicos de los personajes y diálogos. En ella el autor detalla el medio en el que viven los personajes, tanto en el campo como en la ciudad, circunstancia que aprovecha para hacer diversas observaciones sobre las diferencias sociales, la dura y pobre vida de los campesinos, las reuniones de la alta sociedad con sus hipocresías y sus conveniencias, etc. 
En la novela Tolstoi consigue crear diferentes realidades paralelas. La estructura está formada por distintos hilos argumentales que se van entretejiendo. Esta estructura la consigue emparentando, de una forma muy natural, a los protagonistas de las historias que nos presenta la novela.
En esta obra, se desarrollan paralelamente tres historias de amor con muy distintas trayectoria y consecuentemente muy distintos finales.
Sus protagonistas son: Levin y Kitty, Esteban Arkadievich y Dolly y por supuesto Anna Karenina, Alexis Alejandrovich y Vronsky.
Las descripciones de la obra, tanto del carácter de los personajes y sus pensamientos como de sus vestidos, las casas, las relaciones sociales y todos los acontecimientos que se van sucediendo, son muy minuciosos casi realizadas de forma cinematográfica.
La obra, que esta llena de reflexiones, también nos muestra la vida de los campesinos y la opinión de algunos de los protagonistas sobre una posible revolución social, que años más tarde se produciría.
La abundancia de diálogos le proporciona a la obra un carácter casi teatral que consigue presentarnos las situaciones de una forma mucho más vívida.   
Los retratos psicológicos de los personajes no nos los ofrece por medio de descripciones, sino de una forma mucho más directa. Conocemos el carácter de los personajes por el tono de sus conversaciones y por sus replicas en los diálogos.
En la novela aparecen también numerosas reflexiones sobre la moral, lo religioso y lo filosófico. Tolstói plasma a través de los personajes sus propias ideas y preocupaciones.   
Nos introducimos en la novela in media res, con el adulterio de Oblonski, con esto, Tolstoi consigue ponernos en situación nada más comenzar la historia. 
Resulta irónico que, al principio de la obra, Anna arregle las cosas entre el matrimonio de Oblonski con Dolly.  Anna se nos presenta como un personaje sensato y tranquilo. 
Casualmente, gracias a la primera infidelidad de la novela, Anna conoce a Vronsky.  
La aventura con Vronski obligará a Anna a vivir casi oculta con su amor y finalmente decidirán hacer un viaje para tomar distancia de la presión a la que se ven sometidos por parte de la sociedad. 
El viaje sólo conseguirá darles un alivio momentáneo pero la situación de adulterio llevará a Anna a una situación de degradación sobre todo moral.
Anna se sintió perseguida y sentenciada por la sociedad y empujada a vivir en la mentira. Tolstói, al igual que su personaje, Levin, piensan que la sociedad es hipócrita y la critica pero también piensan que tiene que existir una ley moral. Levin no entiende la infidelidad y cuando es interrogado al respecto dice: “no entiendo que un hombre pueda entrar en una panadería y robar un panecillo tras haber comido hasta hartarse”. Sin embargo, será el más compasivo con Anna.
A pesar de la minuciosa descripción que realiza Tolstoi de todas las situaciones, personajes, ambientes, etc; no dramatiza el suicidio de la protagonista. No nos mostrará a Anna físicamente destrozada, sino con el maletín rojo, que simbólicamente quedará en la vía. 
A lo largo de la novela utilizará varios símbolos. Uno de los más claros es el anden como símbolo de bienvenida y despedida. Anna conocerá a Vronsky en un anden y ella se despide de la vida, también en un anden.
La novela cierra con los pensamientos e inquietudes de Levin. 
La vida sigue… 
¿Es realmente Anna la autentica protagonista de esta historia?
¿Quizá sea, realmente, Levin el autentico protagonista de la novela?
Podríamos pensar conociendo, un poco, la personalidad de Tolstó que, realmente, Levin le da la oportunidad de vivir, participar y opinar dentro de su propia historia. Su mujer es también muy parecida a Kitty. Es una mujer buena y siempre pendiente de su marido, aunque a veces, no le comprenda. 
Las características principales del personaje de Levin son la búsqueda de una reforma agraria y social, su rechazo a vivir en la ciudad, la búsqueda de la verdad y de la bondad y su amor por Kitty.
Finalmente casi podríamos considerar a Levin  como un héroe triunfante , mientras que  Anna será la derrotada. Tolstói nos enseña la decadencia y posterior suicidio de Ana y subraya la importancia de la coherencia de la vida. Levin  representa esa coherencia. 
               
(Pilar Aguilar)

12 de septiembre de 2014

Carta de Tolstói

Querida Sonia:
Desde hace mucho tiempo me atormenta la discordancia entre mi vida y mis convicciones. Obligaros a vosotros a modificar vuestra vida, vuestros hábitos, a los que yo mismo os acostumbré, no he podido; y tampoco he podido abandonaros, pensando en que privaría a los niños, mientras éstos fueron pequeños, de esa pequeña influencia que yo podría tener en ellos y que además, les causaría un dolor; pero ya no puedo seguir viviendo como he vivido estos últimos dieciséis años, ora luchando y exasperándoos, ora cayendo yo mismo en esas tentaciones a las que estoy acostumbrado y de las que me encuentro rodeado, y he decidido hacer en este momento lo que hace mucho tiempo deseo hacer: irme.
Como los hindúes que cuando llegan a los sesenta años se van al bosque, yo, como todo anciano religioso, quiero dedicar los últimos años de mi vida a Dios, y no al tenis, a bromas, a juegos de palabras o chismes, así que yo, que estoy por cumplir setenta años, con todas las fuerzas de mi alma anhelo esta tranquilidad, esta soledad y, si no una concordancia plena, por lo menos no una divergencia tan estridente entre mi vida y mis convicciones, entre mi vida y mi conciencia.
Si lo hiciera abiertamente habría súplicas, recriminaciones, discusiones, quejas, podría perder fuerza y no llevar a cabo lo que he decidido, y es algo que debo hacer, Y, por eso, por favor, perdonadme si esta acción os hace daño, y que vuestra alma, sobre todo la tuya, Sonia, permita que me vaya, y no me busques, y no te lamentes, y no me condenes.
El hecho de que me haya ido no demuestra que estuviera yo descontento contigo. Sé que no podías, literalmente no podías ni puedes ver ni sentir como yo, y por lo tanto no podías ni puedes cambiar tu vida y hacer sacrificios en aras de algo que tú no reconoces.  Y por lo tanto no te condeno, al contrario, con amor y gratitud evoco los largos treinta y cinco años de nuestra vida en común, sobre todo la primera mitad de este tiempo, cuando tú, con la abnegación maternal que caracteriza tu naturaleza, con enrome energía y firmeza llevaste a cabo aquello para lo que creías estar hecha. Me diste a mí y al mundo lo que podías darnos; nos diste mucho amor maternal y abnegación, y es imposible no apreciarte por ello. Pero durante el último período de nuestra vida, desde hace quince años, nos hemos ido separando. no puedo reconocerme culpable porque sé que no cambié para mí ni para la gente, sino porque no podía ser de otra manera. No puedo culparte por no haberme seguido, te doy las gracias y te recuerdo y recordaré con amor cuanto me diste. Adiós, Sonia querida.
Sinceramente tuyo.

Lev Tolstói