Agatha Christie escribió una novela cada año e incluso algunos años dos, desde El misterioso caso de Styles en 1920 hasta Un crimen dormido en 1976. Navidades trágicas es de 1938.
Todas sus obras tuvieron un gran éxito de ventas. Cuando publicó el libro número cincuenta, ‘Se anuncia un asesinato’, alcanzó la cifra de 50.000 ejemplares vendidos y desde ese momento ninguna de sus obras bajo de esa cifra.
Mantuvo siempre el mismo editor, William Collins. Entabló una amistad con él y con su esposa que duró toda la vida, a pesar de haber mantenido distintas discusiones, fundamentalmente provocadas por discrepancias en el diseño de la portada o la contraportada de sus libros.
Cuando Agatha Christie falleció, Collins fue uno de los que habló en su funeral y dijo de ella:
Navidades Trágicas cuenta la historia de una familia que se va a reunir para la Navidad en la casa paterna. Los invitados van apareciendo de forma paulatina, con un ritmo casi teatral.
El padre se nos presenta como un individuo odioso a quien su familia desprecia y cuya muerte no lamentarán. Simeon Lee es uno de los personajes mas detestables de la obra de Agatha Christie. En este caso, el carácter del personaje podría ser el móvil del asesinato aunque finalmente no lo será.
Esta obra es sin duda un clásico relato inglés de detectives, con sus clásicos elementos; una mansión de campo rodeada de nieve donde se encuentra un grupo de sospechosos y entre ellos un asesino.
La obra ofrece una solución sencilla y sorpresiva, a pesar de que a lo largo del relato se nos ofrecen numerosas pistas para descubrir la verdadera identidad del asesino. Algunas de estas pistas son: la costumbre de acariciarse el mentón, el subterfugio del trozo de goma, el audaz diálogo con Pilar en el capítulo “Veinticuatro de diciembre”.
Al igual que el narrador, el superintendente Sugden nos resulta invisible y por ese motivo el final parece sorpresivo. Tras su desenmascaramiento, podemos reconocer que la trama ha sido ingeniosa, aunque quizá un poco inverosímil.
Como en todas las novelas de esta autora, ocurre un asesinato, que parece casi imposible de resolver, por una serie de circunstancias que lo hacen sumamente complicado.
Un ejemplo de esto será que la habitación donde se encuentra el cadáver está cerrada por dentro con llave…
Como siempre, el detective Hercules Poirot encontrará la solución a todos los obstáculos que parecen impedir la resolución del crimen.
En esta novela, como en muchas otras de esta autora, algunos de los invitados llegan al lugar del crimen en tren.
Cuando Agatha Christie se sube en un tren y se acomoda en su asiento, tiene tiempo para observar y hacer especulaciones sobre las vidas de sus compañeros de viaje.
La autora siempre aprovechaba cualquier oportunidad para escribir en un cuaderno todas las ideas que le van surgiendo como resultado de la observación de las personas que tienen alrededor.
Como nos cuenta John Curran, especialista en la obra de Agatha Christie, encontró, en el año 2005, en su casa, Greenway House, de Devon, setenta y tres cuadernos, que no seguían una cronología, ningún orden o método.
En estos cuadernos se encuentran todo tipo de anotaciones y aunque la mayoría tienen que ver con su producción literaria, hay algunas excepciones, como un cuaderno de fórmulas químicas de sus tiempos de aspirante a empleada de farmacia u otro con deberes de francés. También aparecen listas de cosas que necesitaba o fechas de citas con personas de su interés.
Sólo cinco de estos cuadernos se dedican íntegramente a alguno de sus títulos de éxito.
Estos cuadernos nos dan una idea del trabajo de preparación que suponía para Agatha Christie la escritura de cada obra y de su meticulosidad.
A pesar de que ella misma declaraba no seguir ningún método ni orden a la hora de escribir, no era realmente así. Podemos afirmar que sus cuadernos eran su método, donde ella hacía y deshacía y donde ella escribía todo lo que pudiera resultarle de interés a la hora de escribir la obra que tenía entre manos.
Robert Barnard, escritor y crítico inglés especialista en la obra de Agatha Christie, escogió Navidades Trágicas entre las tres mejores novelas de la carrera de la autora.
Podemos afirmar, que Edgar Allan Poe es el inventor de los relatos detectivescos. Sus primeros relatos de esta nueva forma literaria fueron ‘Los asesinatos de la calle Morgue’, publicados en abril de 1841 en la revista estadounidense Graham´s Magazine. En esta obra, Poe estableció las reglas básicas no escritas que distinguía la narración detectivesca de la que no lo era.
En Los Asesinatos de la calle Morgue también había una habitación cerrada por dentro como en el caso de Navidades Trágicas.
Aunque en su autobiografía, Agatha Christie, no mencionaba a Poe entre sus influencias literarias, utilizó muchas de las pautas que este introdujo en esta nueva forma literaria, pero más de setenta y cinco años después.
La autora, utilizó la situación de la habitación cerrada por dentro en más de una ocasión. Por ejemplo en Asesinato en Mesopotamia y en Navidades trágicas. Aunque no era una de sus estrategias preferidas. En todos los casos en los que utilizó el elemento de la habitación cerrada por dentro, es una parte más de la historia pero no es el elemento principal.
Otro de los elementos que introdujo Poe en este tipo de relato fue el detective que no era policía o que hacía este trabajo por afición. Hercules Poirot será un claro ejemplo de esto.
También en esta obra encontramos el elemento del desenmascaramiento del sospechoso más improbable, que es otro de los elementos introducidos por Poe en el género. Esto produce habitualmente una resolución inesperada del caso y este fue uno de los elementos más utilizados por la autora. Otras obras en las que utiliza este elemento son El asesinato de Roger Ackroyd, La casa torcida, y Telón.
En su autobiograría, la autora dice:
En la biblioteca de Agatha Christie se encontraron obras de S.S. Van Dime (1888-1939) que era el seudónimo de Williard Huntington Wright, crítico literario americano, autor de una docena de novelas policiacas.
También encontramos novelas de Ronald Knox (1888-1957), que fue un clérigo y estudioso de la época clásica que escribió seis novelas detectivescas.
La autora no siguió las reglas elaboradas por estos dos autores, sino que hizo caso omiso de ellas quebrantándolas constantemente.
Shakespeare fue el escritor mas admirado por Agatha Christie que leyó y releyó sus obras con pasión. A lo largo de toda su producción literaria, la autora quiso hacer pequeños homenajes a Shakespeare. En particular en esta obra Navidades trágicas, esta pincelada aparece cuando descubren el cuerpo de Simeon Lee, uno de los personajes dice una cita de Macbeth:
“¿Quién se habría imaginado que el viejo tuviese tanta sangre?”.
En conclusión, podríamos decir que Agatha Christie sigue casi al pie de la letra los puntos del modelo de novela detectivesca introducidos por Poe. Pero no debemos restarle mérito a esta autora porque no sólo utilizó las estrategias de Poe, sino que las amplió y además realizó multitud de experimentos con ellas. Además tenemos que contar con el elemento más importante que añadió Agatha Christie a su obra, que fue su extraordinaria imaginación.
Como se anunciaban lo últimos títulos de la autora podríamos decir:
“Seguro que no dejarás que Agatha Christie te engañe de nuevo. Porque… no sería la primera vez , ¿verdad?.