Edith Wharton
Xingú – Breve apunte
Xingú es un relato de la escritora norteamericana Edith Wharton, publicado por primera vez en diciembre de 1911 en la Scribner´s Magazine de Nueva York. Es una obra que podríamos calificarla de paródica. La autora consigue en pocas páginas poner de relevancia las pretensiones sociales y sobretodo intelectuales de algunos ambientes esnobs y mostrarnos a los farsantes intelectuales que se encuentran en esos círculos. Edith Wharton consigue ofrecernos su sentido crítico e irónico ya en la primera frase del relato: “La señora Ballinger pertenece a esa categoría de damas que persiguen la Cultura en cuadrillas, como si fuera peligroso encontrársela a solas”. Con la idea de reunir a las señoras de la alta sociedad, interesadas por la cultura, la señora Ballinger crea el Club del Almuerzo, donde se debate no sólo de libros sino de los más variados temas culturales. Como afirma la propia creadora del club: “El objetivo de nuestro modesto club es reunir las tendencias más elevadas de Hillbridge… para centralizar y dar cauce a su producción intelectual”. Pasados tres o cuatro años de la existencia del Club del Almuerzo, habían conseguido hacerse con una reputación en la ciudad. En diversas ocasiones habían sido las anfitrionas de distintas figuras de la cultura del momento. Esa fue la razón, por la que una vez anunciada, la llegada de la autora de “Las alas de la muerte”, Osric Dane, a la ciudad, la invitaron a una de sus agradables reuniones. Las integrantes del club, verán en la visita de la escritora una oportunidad única para mostrar su alto nivel intelectual. En esta reunión se dará rienda suelta a un cumulo de sentimientos y actitudes que dejarán al descubierto una sociedad rígida, clasista y muy tradicional en sus costumbres. Con la visita de esta famosa escritora se pondrán en juego la vanidad y las apariencias así como la “elegancia y el refinamiento social”.Edith Wharton hace una crítica de la hipocresía social de la época y el ansia por aparentar lo que no se es. El club del Almuerzo está integrado por señoras de la alta sociedad que se exhiben ante los demás como grandes intelectuales y no son más que amas de casa refinadas con unas costumbres muy rígidas, muy clasistas y con una patente estrechez de miras. Durante más de un mes la visita de aquella afamada escritora mantuvo alteradas a la mayoría de las integrantes del Club del Almuerzo: “El asunto de la recepción de aquella señor conmocionó profundamente a las integrantes del Club del Almuerzo durante un mes largo. y no porque no se creyeran a la altura de la circunstancia, sino porque su sentido de la oportunidad las sumía en las deliciosa incertidumbre que experimenta la mujer que sopesa las distintas posibilidades de un guardarropa bien abastecido. Mientras que algunas socias de segunda fila como la señora Leveret se alborotaban pensando en intercambiar ideas con la autora de Las alas de la muerte…” El primer problema surge porque la señora Ballinger, creadora del club, quiere celebrar la reunión en su casa. Las demás señoras piensan que sería mejor celebrarla en casa de la señora Plinth. La casa de esta última, según el criterio de la mayoría de las damas del club, ofrece un mejor efecto gracias a su galería de cuadros. Finalmente, la reunión se desarrollará de una manera completamente diferente a como las integrantes del Club del Almuerzo habían imaginado. Cada una luchará por quedar por encima de las demás, especialmente las señoras Ballinger y Plinth que librarán un duelo que permitirá dejar al descubierto su mediocridad y su afán competitivo. En el Club del Almuerzo no se admitirán discrepancias. Tampoco se admitirán miembros que transgredan sus rígidas normas sociales y su jerárquica estructura. La señora Roby se sale de estas normas tácitas pero muy reales: “Comprendo que, con todas sus otras ocupaciones no haya encontrado tiempo para la lectura, pero creo que al menos antes de la llegada de Osric Dane debería haberse familiarizado un poco con “las alas de la muerte”. La señora Roby encajó la reprimenda con buen humor. Había sido su intención hojear el libro, confesó pero estaba tan absorbida por una novela de Trollope que.. A Troloppe ya no lo lee nadie -interrumpió la señora Belinger”( Anthony Trollope era un escritor victoriano muy popular. La reputación de Trollope decayó a finales del XIX y principios del XX, aunque recupero, con posterioridad, el favor del público y la crítica). La señora Roby desconoce cuales son las costumbres y los gustos del resto de las participantes del club: “¿Y qué le parece a usted “Las alas de la muerte” -le espetó la señora Roby. La pregunta era de las que bien podían calificarse de inoportunas, así que las señoras se miraron como para negar su participación en aquel quegrantamiento de la disciplina. Todas sabían que si algo detestaba la señora Plinth era que se le pidiera su opinión de un libro”, “ Al final de la reunión, las restantes demás damas estaban más convencidas que nunca de la irremediable ineptitud de la señora Roby para ser una de ellas. Al fin, llega el momento de recibir a la famosa escritora Osric Dane. Nada más aparecer esta en la reunión, las damas se darán cuenta de que el encuentro no será cómodo. Una vez más, la señora Roby actuará de forma independiente. En el momento más comprometido de la conversación entre las damas del club y la exitosa escritora, la señora Roby será la única que permanecerá tranquila. En el momento de mayor confusión la señora Roby verá su oportunidad para llevar a cabo su pequeña venganza y dejar a las otras damas en ridículo: “Con el vago propósito de ganar tiempo , la señora Ballinger repitió lentamente: Llevamos una temporada tan absorbidas por… La señora Roby depositó su vaso de licor y se acercó al grupo con una sonrisa en los labios. ¿Por Xingú? -sugirió amablemente. Será también, como ya hemos visto, la señora Roby la que introduce el elemento, “Xingú”, que conduce a todas las participantes del Club del Almuerzo al alivio por una parte y al desconcierto por otro. Finalmente, la señora Roby saldrá de la escena de una manera descarada e inoportuna según las convenciones del resto de las damas, alegando su desconocimiento de los libros de la autora y un compromiso para jugar una partida de bridge. Este suceso creará una gran conmoción entre las damas, cuando se dan cuenta de que, en realidad, han sido objeto de la burla de aquella señora que consideraban “poco indicada para pertenecer a su club”. Esto hará que se tambaleen los cimientos del Club del Almuerzo. Las damas intentarán justificarse echándose la culpa una a otras. Todas las integrantes del club, ofendidas, empujarán a la señora Ballinger a que tome una decisión con respecto a todo el escándalo producido por la actitud de la señora Roby. La señor Plinth quiso dejar claro que si el Club del Almuerzo no podía proteger a sus socias de “escenas indecorosas”, no le interesaba seguir participando. Las otras damas estuvieron de acuerdo. La señora Plinth realizará también su pequeña venganza diciéndole a la señora Ballinger que si algo así hubiera ocurrido en su casa, cosa que la veía muy improbable, se habría sentido en el deber de pedir la dimisión de la señora Roby o de presentar la suya. Todo el incidente finalizará con la previsible expulsión de la señora Roby del club. La señora Bellinger se verá finalmente forzada a escribir una carta a la señora Roby, presumiblemente, para comunicarle su expulsión del Club del Almuerzo El relato, en cuanto a su forma, está estructurado a la manera clásica, en tres partes: introducción, núcleo y desenlace. En la introducción nos presenta a las distintas damas participantes del Club del Almuerzo y nos hace una descripción de la situación del club. El club se presenta bien jerarquizado y nadie se saldrá de su puesto. No es el caso de la señora Roby a la que relegarán a un segundo plano cuando, con toda naturalidad, confiesa que no ha sido capaz de leer la novela de la escritora Osric Dane por haberse enganchado con la lectura de Trollope. La primera parte termina con la llegada de la escritora a la reunión del club en casa de la señora Ballinger. En la segunda parte surge el elemento sorpresa, desencadenante y desenmascarador de la situación cultural real de las damas del club. En esta parte se desarrollará el núcleo de la historia. La señora Roby, relegada ya a un segundo plano, asiste a las absurdas conversaciones de las protagonistas que pondrán de manifiesto su falta de inteligencia. Ella, que ha sido la integrante del club señalada como inepta por las demás, será la única realmente consciente de la situación y conseguirá vengarse de ellas dejándolas en ridículo, sin mucha dificultad. Con este fin decide, en una situación comprometida, durante la visita de la escritora Osric Dane, proponer el misterioso tema de Xingú. En ese momento, las damas se sentirán, por una parte aliviadas, con la intervención salvadora de la señora Roby. Pero, por otra parte se quedarán perplejas ante la introducción de un tema que a todas, aunque intentan disimularlo, les resulta absolutamente desconocido. ¿Qué será Xingú? ¿Un libro? ¿Una corriente cultural? ¿Una religión? Las damas intentan disimular su ignorancia con frases vagas y generales, pretendiendo hacerse pasar por entendidas. No son capaces de reconocer su ignorancia. El resultado será que parecerán ridículas en su intento de quedar bien ante la prestigiosa escritora. En la tercera parte, encontraremos la resolución de la historia. Las damas quedarán desconcertadas y ridículas. Sólo conocerán la naturaleza de Xingú al final del relato. Con el juego de disimulos adoptados por ellas a cerca de la naturaleza de “Xingú”, Edith Wharton colocará, finalmente, a la señora Roby que parecía la ignorante, en una posición triunfante. En cuanto a los personajes podríamos decir que el protagonista de este relato es “El Club del Almuerzo. Aunque cada personaje tendrá una importancia distinta según su posición en la estructura jerarquizada del club. Además del Club del Almuerzo como protagonista, en este relato tenemos una antagonista representada por la señora Roby que, se apoya en la escritora, Osric Dane. La señora Roby será la única que tendrá una opinión individual y no será, realmente, una más del grupo. Pero eso no será un factor negativo, como pretendían las damas del club, sino precisamente lo contrario. Este será el factor que permitirá a la señora Roby salir triunfante frente a las damas del club. Xingú es un relato perfectamente estructurado que, como indica Eva Puyó en su prólogo a la edición de Contraseña, es un artefacto literario que busca la concisión, la austeridad y la economía del lenguaje. Pero, además, en este texto Edith Wharton quiere criticar al lector que ingieren libros más por costumbre que por placer. La escritora denomina a este tipo de lector, “Lector mecánico”. Edith Wharton vierte sus opiniones en un pequeño ensayo sobre la lectura “El vicio de la lectura”, publicado en 1903 en la “North American Review”. En este ensayo ella misma dice: La “difusión del conocimiento”, clasificada habitualmente con entusiasmo y aprobación universal en la categoría de los progresos modernos, ha dado lugar incidentalmente a la producción de un nuevo vicio: el vicio de leer. Ningún vicio es tan difícil de erradicar que el que se considera popularmente una virtud. Entre esos vicios destaca el vicio de la lectura”, “La lectura llevada a cabo deliberadamente -lo que podríamos llamar la lectura volitiva- no es lectura, al igual que la erudición no es la cultura. La lectura verdadera es una acción refleja; el lector nato lee de forma tan inconsciente como respirar; y llevando la analogía un poco más lejos la lectura no es más una virtud que el hecho de respirar. Cuanto más meritoria se considera, más estéril se vuelve. ¿Qué es la lectura, en última instancia, sino un intercambio de ideas entre el escritor y el lector?»(Pilar Aguilar)