Lecturas
Soldados de Salamina – Breve apunte
El factor humano – Breve apunte
La nieta del señor Linh – Breve apunte
El viaje del héroe
Poemas de viaje
Comparativa entre La nieta del señor Linh de Philippe Claudel y La leyenda de una casa solariega de Selma Lagerlöf
La nieta del señor Linh podemos decir que es un «pequeño gran libro». Se trata de una historia tierna y conmovedora de amistad y soledad, donde dos personas que no hablan el mismo idioma logran tener un nivel importante de comunicación a través de la expresión de su cara y sus ojos, así como del tono de la voz y la expresión corporal.
Lo más emocionante de esta obra es esta relación de profunda amistad entre dos desconocidos que no hablan el mismo idioma. Son dos personas que se encuentran de una forma absolutamente casual y que son capaces de crear un vínculo irrompible. Los dos personajes se reconocen como dos personas solitarias con ganas de confiar en alguien. Tanto el señor Linh como el señor Bark han perdido su “mundo”. Aunque el señor Bark tiene la ventaja de encontrarse en su terreno. Por eso, en el libro encontramos el tema del desarraigo, de la emigración.
Así que, podríamos decir, que esta obra trata sobre la amistad pero también del drama de la guerra y la emigración y de la fuerza de voluntad y la superación. Es una historia bonita y triste al mismo tiempo.
En la narración Phillipe Claudel utiliza un lenguaje sencillo y escueto. Con pocas palabras consigue que el lector sea capaz de visualizar la situación. El autor sugiere más que cuenta. Es una historia de gestos y silencios.
Claudel consigue imprimir de forma muy vívida una sensación claramente oriental al comportamiento del señor Linh. Este personaje transmite dulzura, tranquilidad, discreción, y mucha fuerza de voluntad. Asimismo, consigue con su lenguaje mostrar los dos mundos a los que pertenece cada uno de los protagonistas. El comportamiento es claramente oriental en uno y occidental en el otro. Pero esto no impide la absoluta comprensión entre ellos ante su soledad y la pérdida de su mundo.
Como ya hemos anticipado, la historia tiene dos personajes principales. El señor Linh y el señor Bark.
El señor Linh es un anciano, que al llegar a lo que parece ser un país europeo, en particular, podría ser Francia, se muestra desconfiado por su desconocimiento del país y por el miedo a que le separen de su nieta. Por eso, el señor Linh intentará protegerla de cualquier peligro. Ella es el único miembro de su familia que ha sobrevivido. Le cantará constantemente una canción popular de su país, como símbolo de conservación de su identidad y de querer transmitirle el pasado, que pasa a través de él, hacia la esperanza en el futuro, representada por la nieta.
Su única nieta.
La nieta del señor Linh.”
Comparativa entre el pianista de Manuel Vázquez Montalbán y La Ópera de Vigàta de Andrea Camilleri – Breve apunte
Vázquez Montalban comenzó a escribir El pianista en 1972 y la concluyó en 1985. En la novela el autor narra la historia de un pianista, Alberto Rosell, que ve truncada su carrera artística por el estallido de la Guerra Civil.
La forma del agua es el primer libro de la serie del comisario Montalbano que ha hecho a Camilleri ser uno de los autores más leídos de Europa.
El paseo – Breve apunte
Algunas veces encontramos por casualidad algún libro que realmente merece la pena leer de un escritor al que no se le ha dado la relevancia que merece. Este es el caso de Robert Walser.
En esta pequeña obra literaria, el narrador, cuenta un paseo por la ciudad donde vive. Al mismo tiempo que pasea nos cuenta lo que ve y va haciendo consideraciones personales de lo que ve. Como declara el propio narrador en las primeras lineas de la obra:
“Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a buen paso a la calle”
Asimismo, también al terminar su paseo dice:
“Había caído la tarde, y llegué, por un bello y tranquilo camino o senda lateral que discurría entre árboles, al lago y aquí terminó el paseo. En un bosquecillo de alisos. Al borde del agua, estaba reunida una clase de niños y niñas, y el señor cura o maestro impartía en mitad de la vespertina Naturaleza ciencias naturales y doctrina contemplativa (…). Ahora veía en espíritu a ese hombre cansado, y me sentí débil. Sentí la necesidad de tumbarme en algún sitio, y como había cerca un lugar amigable y recogido a la orilla, me acomodé , agotado com estaba en cierta medida, en el blando suelo bajo las ingenuas ramas de un árbol (…). Así pues todo, todo, toda esta rica vida, los amables y sentenciosos colore, este encanto, esta alegría y este placer de vivir, todas estas humanas importancias, familia, amigo y amante, esta clara y tierna luz llena de bellas y divinas imágenes, las casas paternas y maternas y los dulces u suaves caminos perecerán un día y morirán, el alto sol, la luna los corazones y los ojos de los hombes. Pensé largo tiempo en ello, y pedí perdón en silencia a las personas a las que quizá pude haber hecho daño (…) hasta que volví a pensar en la muchacha, tan hermosa y llena de juvenil frescura, (…) Quizá hubiera podido convencerla a tiempo de que tenía buenas intenciones, de que su querida persona me era importante, y de que por muchos hermosos motivos quería hacerla feliz, y con ello a mí mismo; pero no me esforcé más, ella partió (…). Me había levantado para irme a casa; porque ya era tarde y todo estaba oscuro.”
Walser escribe este paseo con un lenguaje sencillo, libre de ampulosidades, cuidado, lleno de lirismo, que fluye fácilmente, como un río tranquilo que nunca deja de fluir.
La narración, apenas contiene acción pero esta trancurre en lo que dura realmente el paseo. Desde que el personaje sale de casa por la mañana hasta el atardecer.
El paseo del narrador resulta relajado y relajante para el lector sin perder cierta tensión debida a la abundancia de las observaciones. El poeta, que cuenta su paseo por las calles de alguna ciudad tranquila, posiblemente de Suiza, donde vivía Robert Walser, lo observa todo desde el punto de vista del poeta y pone su lupa sobre aquellas cosas que le llaman la atención o le inducen a alguna reflexión.
El mismo narrador nos hace saber en que estado de ánimo se encontraba cuando salió a pasear.
“Hasta donde puedo acordarme hoy, cuando escribo todo esto, me encontraba, al salir a la calle abierta, luminosa y alegre, en un estado de ánimo romántico-extravagante”
No podemos clasificar El paseo como una novela corta. Esta pequeña obra de la literatura es una reflexión que realiza un poeta que sale a pasear y en su paseo observa tanto las cosas bellas de la vida como las absurdas y superficiales así como las, a veces, sin sentido, convenciones sociales.
La narración está en primera persona por el único personaje relevante de la obra y transmite tal sensación de realidad, que realmente no sabemos si coincide narrador y autor, dada la coincidencia de profesiones de los dos y también la coincidencia en sus pensamientos sobre la literatura y en particular la poesía y el poeta.
Un ejemplo de esto es un cartel que observa el paseante en una hospedería:
“Un caballero de mejor condición es para nosotros sólo aquel que se imagina muchas vanidades y necedades y, ante todo, es capaz de imaginar que su nariz es mejor que cualquier otra buena y razonable nariz humana. La conducta de un caballero de mejor condición expresa claramente este peculiar presupuesto, y en eso confiamos. Quien sólo sea bueno recto y honrado, y no tenga ninguna otra ventaja importante, por favor que no se nos acerque; porque no nos parece ser un caballero refinado y mejor. Tenemos la más afinada comprensión para la selección de tan solo los más refinados y puramente mejores caballeros. Advertimos enseguida en el paso, el tono, la forma de conversar, el rostro, los movimientos y singularmente en la vestimenta, el sombrero, el bastón, la flor en el ojal, que existe o no, sin un caballero se cuenta entre los de mejor condición o no”
“El poeta no escribe para tales gentes, como el músico no hace música para ellos y el pintor no pinta para ellos. En conjunto, la continua necesidad de goce y prueba de cosas siempre nuevas se me antoja un rasgo de pequeñez, falta de vida interior, alejamiento de la Naturaleza y mediana o defectuosa capacidad de comprensión.”
“Es a los niños pequeños a los que siempre hay que mostrarles algo nuevo y distinto para que no estén descontentos. El escritor serio no se siente llamado a acumular material, ser pronto servidor de nerviosa codicia, y consecuentemente no teme algunas naturales repeticiones, aunque por supuesto se esfuerce siempre en prevenir con celo que no haya demasiadas similitudes.”
La narración está, principalmente, cargada de ironía, aunque desprende un claro sentimiento melancólico.
El autor no hace sólo comentarios del paisaje sino también de las personas con las que se cruza o aquellas con las que entabla algún contacto.
Walser escribe siempre en tono irónico, nunca desde la amargura de las penurias que pasa un escritor a lo largo de su vida.
El autor sentía pasión por la escritura y realiza comentarios sobre la gente insensible o superficial, aunque reconoce, no sin ironía, las dificultades para vivir de las letras y la desconfianza que produce esta profesión en los demás, en cuanto a su solvencia, en todos los sentidos.
Cerdeña y el mar