29 de mayo de 2017

84 Charing cross road – Breve apunte


¿Novela?, ¿autobiografía?, ¿compilación de cartas? Podríamos decir que se trata de una novela epistolar. Este género es muy tradicional en la literatura anglosajona. El libro es una colección de cartas de la propia autora a un librero inglés en el período de posguerra de la Segunda Guerra Mundial.

La peculiaridad del libro está en que no surge como creación, sino de la necesidad de contar una historia real. Los protagonistas de la novela, Helene y Frank irán acercándose y conociéndose de manera epistolar, a lo largo de treinta años. 

Desde la primera carta advertimos un tono personal: 

“digamos que soy una escritora pobre amante de los libros antiguos.”

Como ya hemos dicho la obra se desarrolla a lo largo de treinta años. Comienza un 5 de octubre de 1949. En ese momento Inglaterra se encontraba sumida aun en plena época de racionamiento.

Los apuros económicos, la pasión por los libros antiguos, la literatura, sobretodo inglesa y las diferencias culturales y de costumbres entre Estados Unidos e Inglaterra son los temas centrales de esta novela epistolar.

Helene se encuentra en una situación económica muy justa cuando descubre el anuncio de Marks & Co. Una de las librerías de la Charing Cross londinense. 

La primera carta es su carta de presentación para los empleados de la librería. En ella explica que es una escritora amante de los libros pero con pocas posibilidades económicas. 

Helene se muestra en esta carta, muy directa y deja claro cuales son sus necesidades y cual es el precio que puede pagar: 

“Les adjunto la lista de mis necesidades más apremiantes. Si disponen ustedes de ejemplares limpios de segunda mano de algunos de los libros de la lista, y a un precio que no rebase los 5 dólares por unidad…”

La primera carta de la librería tiene un tono más formal. Llama la atención que, en aquella época de necesidad, estuvieran dispuestos a enviar un paquete con libros hasta Estados Unidos, con la confianza de que la factura les sería satisfecha sin problemas.

En la tercera carta Helene resalta la diferencia entre la edición de libros americanos, más funcionales, y la belleza de las ediciones inglesas: 

“Casi temo tocar estas páginas de tacto tan suave que semejan de pergamino y de un fuerte color crema. Acostumbrada al blanco apagado y a las cubiertas de cartón rígido de los libros americanos, Jamás supuse que un libro así pudiera proporcionar un placer tan gozoso al sentido del tacto.”

En la carta del ocho de diciembre de 1949 da un paso para acercarse a su interlocutor en la librería. Quiere saber con quien habla, no le gusta dirigirse a un frío “Señores”. Aquí también expresa claramente su pasión por los libros antiguos: 

“Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo. El día en que me llegó el ejemplar de Hazlitt, se abrió   por una página en la que leí.”Detesto leer libros nuevos.” Y saludé como a un camarada a quienquiera que lo hubiera poseído antes que yo.”

En esta misma carta envía un paquete con alimentos para la Navidad dirigido a los empleados de la librería. Helene no quiere mantener una mera relación comercial. Para ella los libros son mucho más que un producto y desea tener una relación más personal con aquellos que se encuentran en otro continente, con otros problemas distintos a los suyos y que le proporcionan el placer de conseguirle unos maravillosos libros. Ediciones, muchas de ellas, de ensueño que como ella misma dice abochornan a sus estanterías.

En la carta del 20 de diciembre, en la firma, aparece por primera vez el nombre de su interlocutor, Frank Doel. La carta es una carta de agradecimiento personal de los empleados de la librería. No se trata de una carta comercial. En ella habla del mercado negro y del racionamiento de alimentos.

Helene enamorará al personal de Marks & Co. por sus gustos literarios, por su espontaneidad y generosidad, así como por su sentido del humor y por su habilidad para irles introduciendo en su vida personal sin resultar ni entrometida ni maleducada. 

Por este motivo y sobre todo, en un principio, las cartas más atractivas son las que escribe Helene. Con la introducción de su mundo personal, Helene Hanff consigue salirse del puro epistolario para pasar a urdir una trama novelesca que resultará conmovedora.

Frank Doel, empleado de la librería e interlocutor principal de Helene en este epistolario se presentará, como buen inglés, mucho más formal y reservado. 

Frank tardará casi cuatro años en tratar a Helene de una manera más cercana y dejará de llamarla señorita Hanff y pasará a llamarla Helene en la carta del 14 de febrero de 1952: 

“Estoy completamente de acuerdo en que ya va siendo horma de que me apee del “señorita” cuando le escriba. la verdad es que no soy tan estirado como puedo haberle dado a entender; pero, puesto que las copias de las cartas que le he escrito van a parar a los archivos de la oficina, me parecía más apropiado emplear un tratamiento más formal.”

A continuación en la misma carta, que traspasa después de tanto tiempo el ámbito comercial, Frank escribe:

 “Esta carta, sin embargo, no tiene nada que ver con los libros, y no haré ninguna copia”. 

Él ya no volverá a darle el tratamiento de “señorita” en sus cartas y se dirigirá a ella como “Querida Helene”.

Cuando Frank muere su propia esposa comunica a Helene el fallecimiento y le dice:

”No me importa reconocer que a veces me he sentido muy celos de ti, porque Frank disfrutaba leyendo tus cartas y todas ellas, o muchas, revelaban un sentido del humor muy parecido al suyo. También he envidiado tu facilidad de escribir.”

Con su simpatía y atractivo, Helene conseguirá que se amplíe el número de personas de Marks & Co. que le escriben e incluso algunos no empleados como la mujer de Frank.

En esta obra, nos asombran los amplísimos conocimientos de literatura que tenía Helene Hanff, que no era más que una modesta escritora. Sobretodo nos llama la atención el profundo conocimiento de ensayistas ingleses del XVIII y XIX.

También Helene muestra su admiración por Inglaterra que queda muy bien representada por la librería y su entorno. Así como el juego que estará pendiente durante toda la obra del posible viaje de Helene para conocerles y que no se realiza por falta de medios económicos, hasta que finalmente consigue viajar cuando ya la librería a cerrado y Frank ya ha muerto.

24 de mayo de 2017

Soldados de Salamina – Breve apunte

Soldados de Salamina es una obra del escritor español Javier Cercas. La obra se publicó en el año 2001 y fue el primer éxito editorial de la literatura española del siglo XXI. 

El título de la novela hace referencia a la batalla de Salamina como algo remoto, la misma sensación que a los españoles del siglo XXI les produce la Guerra Civil.

Esquilo, autor de la obra, Soldados de Salamina, prefirió llevar al teatro la amargura de la derrota de los persas más que la alegría de la victoria de los griegos. De este hecho podría partir la idea de Javier Cercas de presentar como héroe al derrotado y viejo Miralles que es un héroe olvidado, de uno de los acontecimientos más tristes de la Historia de España.
“Es curioso (o por lo menos me parece curiosos ahora): desde que el relato de Ferlosio despertara mi curiosidad nunca se me había ocurrido que alguno de los protagonistas de la historia pudiera estar todavía vivo, como si el hecho no hubiera ocurrido apenas sesenta años atrás, sino que fuera tan remoto como la batalla de Salamina.” pag. 41

Es una novela innovadora entre otros factores porque se encuentra en los límites entre la ficción y la realidad. 

Otro elemento innovador es la figura del autor-narrador integrada en el texto,  al menos con la implicación presentada por Cercas. No es que el personaje principal, Javier Cercas, sea exactamente la persona real Javier Cercas. No es el autor mismo, sino una representación lingüística con muchos puntos en común con el hombre de carne y hueso. Aunque su circunstancia vital no sea paralela a la del Javier Cercas real, que en este momento ni había perdido a su padre, ni le había abandonado su mujer, ni realmente había decidido abandonar la escritura.
Según declara el propio Javier Cercas, en la novela, el autor y el narrador tenían que llevar el mismo nombre porque si todo el mundo como Sánchez Mazas, los Figueras, Ferlosio, Trapiello, Bolaño, etc. aparecía con su nombre real, si el protagonista no fuera Javier Cercas, todo el mecanismo literario hubiera dejado de funcionar. 
La obra está estructurada en tres capítulos distintos:
La primera parte, «Los amigos del bosque», presenta al escritor y periodista Javier Cercas, personaje, en un momento poco favorable de su vida. Había muerto su padre hacía poco, su mujer le había abandonado y él había dejado de escribir. El protagonista, escritor fracasado, está buscando una historia que le ayude a salir de una mala situación económica y anímica. Javier Cercas encontrará la historia, que le llevará a investigar más allá de la primera narración que le ofrece Rafael Sánchez Ferlosio de la historia de su padre durante la Guerra Civil.
La segunda parte, “Soldados de Salamina”, es donde se desarrolla la historia que le lleva, tanto al autor como al personaje, a escribir el libro. Cercas narra los acontecimientos que le sucedieron a Sánchez Mazas al final de la Guerra Civil.
La tercera parte, «Cita en Stockton», es una nueva búsqueda de otra historia diferente pero que funcione como la pieza final y fundamental que le hace falta a Javier Cercas, personaje, para terminar su libro. 
En esta tercera parte Javier Cercas, escritor, plantea al lector una pregunta de la que no da respuesta. El autor plantea un problema que no resuelve, pero que abre vías de reflexión. Cada lector hará una lectura distinta dependiendo de su experiencia vital. La pregunta que plantea esta obra es: ¿Por qué decidió el miliciano republicano salvar a Sánchez Mazas? ¿Quién era aquel miliciano? Tal vez ahí se ve el sin sentido de la guerra, en las individualidades. Quizá Sanchez Mazas y el miliciano republicano no eran mas que dos hombres que se miran a los ojos y realmente no se odian. 
Otra pregunta es: ¿Por qué Javier Cercas, el personaje, escribe esta historia? 
Esta sería la pregunta real que nos plantea la obra y las anteriores serían las preguntas aparentes que suscitan la emocionante historia de Sánchez Mazas.
Como ya hemos dicho, la novela se desarrolla en tres capítulos, pero no son tres capítulos lineales, sino que el primero y el tercero forman un marco envolvente que arropa la narración del suceso, aparentemente, principal de la obra. Este marco aporta la posibilidad de analizar un acontecimiento olvidado, desde el presente. El marco permite envolver un hecho histórico con elementos procedentes de la actualidad. De esta manera, se puede revisar el pasado desde la intrahistoria, como decía Unamuno, es decir, desde la experiencia de lo vivido por la gente corriente, fuera del discurso académico. 
Aunque, realmente, el suceso de la Guerra Civil es la excusa para tratar los temas que realmente son los principales de la novela. 
Uno de los temas principales es el tratamiento del héroe moderno. Según Carlos Yushimito del Valle, escritor peruano, en un estudio sobre el tema dice:
«decide actuar motivado por sus propias convicciones y no condicionado en cambio por un grupo colectivo»
Javier Cercas propone con esta obra una forma de mirar aquel acontecimiento de la Guerra Civil, intentando ser lo más ecuánime posible. Pero según se avanza en la lectura de la obra y con la evolución del protagonista principal, Javier Cercas, se ve como este pasa de un simple interés por escribir una historia, a implicarse personalmente en la búsqueda de un héroe moderno, que finalmente, resultará  ser Miralles. Este es el elemento principal que le faltaba a la historia y sin el que el protagonista de la obra no hubiera sido capaz de terminarla porque no le encontraba el sentido que quería darle.  
En un principio, el personaje principal no es consciente de esta carencia, sabe que le falta algo a su historia pero no es capaz de encontrar ese elemento. Al libro le faltaba algo y ese algo era el por qué del comportamiento de ese soldado republicano, que no dispara ¿Qué pensó este cuando se encontró con Sánchez Mazas cara a cara y se miraron a los ojos?
Las referencias a Sánchez Mazas como provocador falangista con una oratoria incendiaria son, en cierto modo, una toma de partido y una actitud de reconocimiento hacia los héroes olvidados y desconocidos.
Otro de sus temas principales en esta obra es la búsqueda del padre. En la obra Javier Cercas, personaje, acaba de perder a su padre, y al final lo encuentra en la personaje de Miralles. 
El mismo Javier Cercas escribe:
“… al principio, Cercas ha perdido a su padre, y al final lo encuentra: quiero decir que encuentra a Miralles (el antiguo comunista superviviente a todas las batallas del que le habla Roberto Bolaño y sobre el que fábula con la posibilidad de que sea el miliciano que salvó la vida a Sánchez Mazas), que es una especie de padre simbólico o histórico, no sé, el caso es que encuentra a Miralles, y por eso, porque es el padre que perdió y ahora recupera se abraza a él. Estas simetrías son fruto de la manipulación de la realidad de la mentira, pero gracias a ellas, la novela deja de hablar de la España del año 1939 o de la Gerona del 2000, y pasa a hablar de lo que en realidad habla, y me importa. Porque la novela no habla, fundamentalmente de la Guerra Civil, aunque sea uno de sus temas y constituya un marco esencial. La novela, básicamente, habla de los héroes, de la posibilidad del heroísmo; habla de los muertos, y del hecho de que los muertos no están muertos del todo mientras haya alguien que los recuerde; habla de la búsqueda del padre, de Telémaco buscando a Ulises; habla de la inutilidad de la virtud y de la literatura como única forma de salvación personal…” (Diálogos de Salamina)
Aristóteles decía que la Poética es superior a la historia, porque, mientras la historia se ocupa de lo particular y concreto, de lo que atañe sólo a determinados hombres en determinadas circunstancias de tiempo y lugar, la literatura se ocupa de lo genera, de aquello que atañe a todos los hombres en cualquier época y circunstancia.
Por ese motivo, Javier Cercas, personaje, empieza viendo la historia como la narración de una situación remotamente acaecida durante una Guerra Civil que ya casi no se recuerda, de ahí su título, y sin embargo termina viéndolo como algo presente y actual, como algo que incumbe a todos.
También deberíamos mencionar la inclusión, en Soldados de Salamina, del artículo «Un secreto esencial», aparecido en El País en su edición para Cataluña de fecha 11 de marzo de 1999. 
Este artículo es la génesis del libro posterior y habla del paralelismo entre las historias de Antonio Machado y Rafael Sánchez Mazas, dos escritores colocados en los polos opuestos en la trágica historia de la Guerra Civil, ya que ambos escritores se colocaron en bandos opuestos y cuando Sánchez Mazas parece escapar milagrosamente de la muerte, Antonio Machado encuentra la muerte en el exilio, más o menos en la misma fecha, cuando ya había perdido la esperanza en la victoria de su bando. 
De esta manera, el artículo «Un secreto esencial» se convierte en el punto de partida de la investigación que realiza Javier Cercas, protagonista, partiendo de un artículo del Javier Cercas real. De esta manera el Javier Cercas real entra en el juego de paralelismos que utiliza en la novela como recurso.
El artículo está reproducido de forma completa a excepción de la primera palabra del texto. En Soldados de Salamina dice: «Se cumplen sesenta años de la muerte de Antonio Machado» y en el artículo original dice: «Acaban de cumplirse…» . Lo que le da al texto, con una pequeña modificación, una actualización temporal. 
En gran medida la oposición entre los dos escritores será el eje central de la novela. La exagerada polarización fue lo que llevó al país a la Guerra Civil. Estos dos escritores estaban enfrentados, sin embargo, esto podía ser  por motivos ajenos a ellos mismos.
El paralelismo entre Machado y Sánchez Mazas se convertirá en la novela en un paralelismo entre Sánchez Mazas y Miralles que acabará convirtiéndose en el héroe. 
Casualmente, Miralles es el único personaje totalmente imaginario de la novela. 
Realmente, existe un individuo que Bolaño presenta en su narración de un hombre que luchó en las dos guerras, la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, pero que Javier Cercas, persona, transforma para que resulte la solución que buscaba para terminar su la novela.
En un  principio, Cercas real, nos presenta a Cercas personaje, como un periodista y escritor frustrado que quiere escribir y no puede y que busca una historia que encuentra y que al final la novela  le ayuda a encontrarse a sí mismo como escritor y que escribe Soldados de Salamina, el libro que estamos leyendo. Es el libro dentro de sí mismo. 
Javier Cercas, escritor real, utiliza el viaje como medio para que el protagonista, Javier Cercas encuentre su historia. En un principio viaja con Conchi a Cancún donde pone en claro sus ideas y donde decide empezar a escribir el libro. Al final de la novela, el protagonista, encontrará en el viaje a Dijon el final de su historia, la pieza clave que le faltaba a su libro.
En la novela aparece otro motivo de interés, que se repite en diversas ocasiones y que es un motivo musical: la canción Suspiros de España. La primera vez que Javier Cercas, personaje, oye la canción, la oye en la calle en Gerona interpretada por dos gitanillos, mientras esperaba a Figueras. 
“…me senté en la terraza. Nerviosamente miraba a un lado y a otro; mientras lo hacía aparecieron dos gitanos jóvenes –un hombre y una mujer–, con un teclado eléctrico, un micrófono y un altavoz, y se pusieron a tocar frente a la clientela. el hombre tocaba y la mujer cantaba. Tocaban, sobre todo, pasodobles: lo recuerdo muy Bien porque a Conchi le gustaban tanto los pasodobles que había intentado sin éxito que me inscribiera en un cursillo para aprender a bailarlos, y sobre todo porque fue la primera vez en mi vida que oí la letra de Suspiros de España, un pasodoble famosísimo del que yo ni siquiera sabía que tenía una letra.” (se incluye la letra en el texto, pag.47)
“Oyendo tocar y cantar a los gitanos pensé que ésa era la canción más triste del mundo; también, casi en secreto, que no me disgustaría bailarla algún día.” pag. 47
Esa misma canción la cantó y bailó el miliciano que salvó la vida de Sánchez Mazas, según el testimonio de Daniel Angelats.
“Pero me fijé en él, como todos mis compañeros, porque mientras nosotros paseábamos por el jardín él siempre estaba sentado en un banco y tarareando algo, canciones de moda y cosas así, y una tarde se levantó del banco y se puso a cantar Suspiros de España. ¿Lo has oído alguna vez? Claro, dijo Pere. Es el pasodoble favorito de Liliana dijo Sánchez Mazas. A mí me parece muy triste, pero a ella se le van los pies en cuanto oye cuatro notas. Lo hemos bailado tantas veces… Angelats vio que la brasa del cigarrillo de Sánchez Mazas enrojecía y se apagaba bruscamente, y luego oyó que su voz ronca y casi irónica se levantaba en un susurro y reconoció en el silencio de la moche la melodía y la letra del pasodoble, que le dieron unas ganas enormes de llorar porque le parecieron de golpe la letra y la música más tristes del mundo…” pag.119
“Que en vez de quedarse sentado en el banco, tarareando por lo bajo como siempre, aquella tarde se puso a cantar Suspiros de España en voz alta, y sonriendo y como dejándose arrastrar por una fuerza invisible se levantó y empezó a bailar por le jardín con los ojos cerrados, abrazando el fusil como si fuera una mujer…” pag. 120
Probablemente el mismo pasodoble era el que bailaba  Miralles en el camping con aquella mujer joven.
“Bolaño recordó entonces que una noche del último verano en que estuvo con Miralles, mientras hacía la primera ronda, ya de madrugada, oyó una música muy tenue que llegaba del extremo del camping, justo al lado de la valla que lo aislaba de un bosque de pinos. Más por curiosidad que para exigir que quitaran la música –sonaba tan baja que no podía estorbar el sueño de nadie–, se acercó sigilosamente y vio a una pareja bailando abrazada bajo la marquesina de una rulot. En la rulot reconoció la rulot de Miralles; la pareja, a Miralles y a Luz; en la música, un pasodoble muy triste y muy antiguo (o eso es lo que entonces le pareció a Bolaño) que muchas veces le había oído tararear entre dientes a Miralles.” pag. 160
Finalmente, este pasodoble podría ser la pieza clave para descubrir que Miralles podría ser el soldado que salvó la vida de Sánchez Mazas, aunque el no lo admitiera.
“–no le he contado una cosa –le dije a Miralles–, Sánchez Mazas conocía al soldado que le salvó. Una vez le vio bailando un pasodoble en el jardín del Collell. Solo. El pasodoble era Suspiros de España. –Miralles bajó de la acera y se arrimó al taxi, apoyó una mano grande en el cristal bajado. Yo estaba seguro de cuál iba a ser la respuesta, porque creía que Miralles no podía negarme la verdad. Casi como un ruego pregunté– : Era usted, ¿no?
Tras un instante de vacilación, Miralles sonrió ampliamente, afectuosamente, mostrando apenas su doble hilera de dientes desvencijados. Su respuesta fue:           –No”. pag. 202. 
David Trueba llevó la historia al cine. Si se quiere conocer algo más sobre esta adaptación y también los comentarios del propio autor sobre el libro se puede encontrar la obra Diálogos de Salamina editada por Luis Alegre. Trueba asegura que entendió el texto y lo orientó cinematográficamente cuando, después de varias lecturas, de documentarse exhaustivamente sobre los falangistas y la Guerra Civil, descubrió que el protagonista no era Sánchez Mazas, ni el heroico Miralles, el miliciano que le perdona la vida, sino la mirada del autor.
El escritor Mario Vargas Llosa ha dicho sobre esta novela: 

el libro es magnífico, en efecto, uno de los mejores que he leído en mucho tiempo y merecería tener innumerables lectores, en esta época en que se ha puesto de moda la literatura ligera, llamada de entretenimiento, porque así aquellos comprobarían que la literatura seria, la que se atreve a encarar los grandes temas y rehuye la facilidad, no tiene nada de aburrida, y, al contrario, es capaz también de encandilar a sus lectores, además de afectarlos de otras maneras.”

25 de abril de 2017

El factor humano – Breve apunte


El factor humano es una novela escrita por Graham Greene en 1978. En ella el autor combina las técnicas de la narrativa de espionaje con un hábil tratamiento de la psicología de los personajes. La obra presenta unos personajes presionados por el factor ambiental que intentan luchar por su liberación y su afirmación. Por esta razón, no podemos decir que El factor humano sea estrictamente una novela de espías. 

En la obra trata diversos temas como el amor y el miedo a perderlo, la soledad, el dolor que causa el silencio impuesto, los compromisos que implica el amor y el miedo a no poder cumplir con ellos o a cumplir con ellos y asumir sus consecuencias, la lealtad, la batalla entre el bien y el mal, etc.

El estudio psicológico de los personajes constituye una de sus elementos fundamentales.

Uno de sus temas principales es el peso que el silencio ejerce sobre los personajes y lo que supone esta obligación estricta de sigilo y la neurosis  que produce en las vidas de las personas que están en el servicio secreto. El autor nos habla del poder destructivo del silencio. 

Castle es el único que tiene el problema del silencio parcialmente resuelto,  Marañón decía que la mujer libera al hombre de su soledad cósmica.

Maruice Castle, el protagonista, es un hombre sencillo que se ve abocado por las circunstancias a convertirse en un agente doble: agente de su Majestad la Reina de Inglaterra y a la vez agente del KGB de Leonidas Brezhnev. 

Maurice Castle no teme ser descubierto como un traidor a su patria sino que lo que él verdaderamente teme es perder a su mujer y a su hijo, a los que el considera su verdadera patria. Castle trabaja en una oficina del Servicio Secreto británico. Tiene un único compañero, Davis. Los dos compañeros se dedican a transcribir y descifrar la información que consiguen los diferentes espías y agencias de información en África.

Los jefes han sido informados de una filtración de ese departamento, por lo que el traidor solo puede ser Davis o Castle. Son las circunstancias humanas de la vida de cada uno lo que decanta la culpa de la filtración del lado de Davis, que es eliminado.

El trabajo que realizan Davis y Castle es un trabajo monótono y sin emoción. Lo peor de todo es que siendo un trabajo que no reporta satisfacciones y que podría haber sido el de un oficinista cualquiera en cualquier empresa, sin embargo exige silencio y llevar una vida sin aristas aparentes. A consecuencia de estas pequeñas aristas Davis pierde su vida de manera injusta.

En un primer momento nadie sospecha de Maurice Castle. Este es un funcionario intachable con una vida aparentemente sin problemas especiales, con una vida ordenada, casado y con un hijo. 

Pero la realidad es que el Servicio es solo una parte de la vida, la otra parte la constituye la vida privada de cada funcionario. Este es el peligroso factor humano que da título a la novela.

¿Es Castle realmente un traidor? A veces la traición es sólo lealtad. Castle traiciona a su patria pero la traiciona para ser leal a su amor y corresponder con su agradecimiento a los que habían ayudado a su mujer, negra, a escapar de Sudáfrica. 

Otro tema fundamental para Greene, en esta obra, es la tragedia humana más esencial representada por la distancia existente entre lo que el hombre desea y lo que por sus limitaciones personales es capaz de alcanzar.  Estamos aquí, nuevamente, ante el sentimiento trágico de la vida de Unamuno y que vimos también reflejado en Las noches blancas. La tragedia es: darse cuenta y no poder hacer nada, el que no se da cuenta no sufre.  Sus personajes sufren conflictos interiores semejantes a los personajes de Dostoyevski, en una visión pesimista de la condición humana.

Al final de la novela, todo se trunca. El amor se convierte en el inmenso dolor que sienten Maurice y su mujer Sarah, al verse él en Moscu y ella en Londres, sin posibilidad inmediata de volverse a ver, separados por “el telón de acero” que entonces nadie sabía que iba a estar en pié, más o menos, diez años más.

Al principio del libro hay una dedicatoria a su hermana que puede resultar incomprensible cuando habla de su responsabilidad. Sencillamente, se refiere a que fue su hermana el contacto que le introdujo en el Servicio de Inteligencia británico, cuyos jefes le llamaron como colaborador en 1941. Por esto, considera que su hermana tiene cierta responsabilidad en que él escribiera libros de espionaje, con cierto conocimiento de causa.

El ejercicio de la profesión de periodista durante varios años marcó profundamente el estilo y la temática de las obras de Greene. Es un autor que tiene una importante visión de la realidad que le ha tocado vivir a consecuencia de su trabajo como corresponsal de del Sunday Times, Le Figaro o la revista Life, que le permitió ver, desde la primera fila, numerosos acontecimientos históricos de su época que le enriquecieron como hombre y como escritor.

García Márquez, en un artículo publicado en el diario El País, el 10 de febrero de 1982, con el título de “Graham Greene: la ruleta rusa de la literatura” decía: 

“Es difícil encontrar en este siglo un escritor que sea víctima de tantos prejuicios apresurados como le es Graham Greene. El más grave de ellos es la tendencia a que se le considere como un simple escritor de novelas de misterio, y que, aún si así fuera, se olvide con tanta facilidad que muchas novelas de misterio circulan por los cielos más altos de la literatura. Pero el más injusto de esos juicios es el de que Graham Greene no se interesa por la política. Nada más falso. a partir de 1933, dice él mismo: “la política fue ocupando un lugar mayor en mis novelas”. Tal y como se reflejará en la trama de El americano impasible, El poder y la gloria, Nuestro hombre en la Habana, El factor humano, etc…”

El título de esta obra de Greene resume uno de los objetivos de toda su obra: descubrir el factor humano en todas las situaciones de la vida.

En los libros de Greene podemos encontrar todo tipo de personajes y escenarios de la vida real en el siglo XX. Encontramos espías aficionados y profesionales, vietnamitas, curas mejicanos, guerrilleros latinoamericanos, revolucionarios balcánicos, periodistas de todo tipo, la Francia ocupada por los alemanes y hasta la España de la transición en Monseñor Quijote.

En la obra de Greene subyace siempre el tema religioso y la idea del bien y el mal. Charles Moeller en Literatura del siglo XX y cristianismo afirma: 

“El lector menos atento de Greene vislumbra, que más allá del drama aparente, se desarrolla otro. Una especie de contrapunto muy oculto de extraña resonancia a los gestos más insignificantes, a las menores palabras. Se percibe en seguida que la atmósfera está habitada por otra presencia: la presencia del mal y del pecado”. 

También Frederick R. Karl en su libro La novel inglesa contemporánea destaca:

 “Los personajes de Greene buscan a Dios en lo que tiene todas las trazas de ser un universo manejado por el diablo. Es esto, en cierto modo, en lo que consiste su heroísmo”.
6 de marzo de 2017

La nieta del señor Linh – Breve apunte

La nieta del señor Linh podemos decir que es un «pequeño gran libro».  Se trata de una historia tierna y conmovedora de desarraigo, amistad y soledad. 

El desarraigo se da  como consecuencia de un conflicto bélico y el traslado de refugiados a un país de acogida.

“Por fin, un día de noviembre, el barco llega a su destino. Pero el anciano no quiere bajar. Abandonar el barco es como abandonar definitivamente lo que todavía lo une a su tierra”. 
“El señor Linh aspira el olor del nuevo país. No huele a nada. No hay ningún olor. Es un país sin olor”.
“En el muelle hay centenares de personas como ellos. Viejos y jóvenes esperando dócilmente, junto a su escaso equipaje, a que les digan adónde ir y pasando un frío como nunca han pasado. Nadie habla. Son frágiles estatuas de rostro triste que tiritan en absoluto silencio”.
En ese país es donde dos personas que no hablan el mismo idioma logran tener un nivel importante de comunicación a través de la expresión de su cara y sus ojos, así como del tono de la voz y la expresión corporal.

Lo más emocionante de esta obra es esta relación de profunda amistad entre dos desconocidos que no hablan el mismo idioma. Son dos personas que se encuentran de una forma absolutamente casual y que son capaces de crear un vínculo irrompible. Los dos personajes se reconocen como dos personas solitarias con ganas de confiar en alguien. 

Tanto el señor Linh como el señor Bark han perdido su “mundo”. Aunque el señor Bark tiene la ventaja de encontrarse en su terreno. Por eso, encontramos también el tema del desarraigo.  

“El señor Linh se deja mecer de nuevo por la voz del desconocido, que no obstante es un poco menos desconocido que ayer, y al que escucha sin entender una sola palabra”.
“Cuando el señor Bark habla, el señor Linh lo mira y escucha con mucha atención, como si lo comprendiera todo y no quisiera perderse nada del sentido de sus palabras. Lo que comprende el anciano es que el tono del señor Bark trasluce tristeza, una profunda melancolía, una especie de herida que la voz subraya, acompaña más allá de las palabras y el lenguaje, algo que la recorre como la savia recorre el árbol sin ser vista”.

Así que, podríamos decir, que esta obra trata sobre la amistad pero también del drama de la guerra y de los refugiados y de la fuerza de voluntad y la superación. Es una historia emocionante y triste al mismo tiempo.

En la narración Phillipe Claudel utiliza un lenguaje sencillo y escueto. Con pocas palabras consigue que el lector sea capaz de visualizar la situación. El autor sugiere más que cuenta. Es una historia de gestos y silencios. 

El autor deja abiertos muchos elementos. ¿En qué país se encuentran? ¿De qué país procede el señor Linh? ¿De qué conflicto bélico hablan?

Claudel consigue imprimir de forma muy vívida una sensación claramente oriental al comportamiento del señor Linh. Este personaje transmite dulzura, tranquilidad, discreción, y mucha fuerza de voluntad. 

Asimismo, consigue con su lenguaje mostrar los dos mundos a los que pertenece cada uno de los protagonistas. El comportamiento es claramente oriental en uno y occidental en el otro. Pero esto no impide la absoluta comprensión entre ellos ante su soledad y la pérdida de su mundo. Son dos seres humanos que viven la soledad.

Como ya hemos anticipado, la historia tiene dos personajes principales. El señor Linh y el señor Bark.

El señor Linh es un anciano, que al llegar a lo que parece ser un país occidental, que podría ser europeo, en particular Francia, o americano, se muestra desconfiado por su desconocimiento del país y por el miedo a que le separen de su nieta. Por eso, el señor Linh intentará protegerla de cualquier peligro. Ella es el único miembro de su familia que ha sobrevivido. Le cantará constantemente una canción popular de su país, como símbolo de conservación de su identidad y para transmitirle el pasado, que pasa a través de él, hacia la esperanza en el futuro, representada por la nieta.

El señor Linh es un hombre solo, que ha sufrido los desastres de una guerra por la que se ha visto obligado a abandonar su casa y su país. Además, a consecuencia de la guerra ha perdido a toda su familia menos a su nieta. 

«Y comprende que está solo en el mundo con su nieta. Solos los dos. Que su país está lejos. Que su país, en cierto modo ya no existe. Ya no es mas que fragmentos de recuerdos y sueños que solo sobreviven en su cabeza de hombre viejo y cansado»

El señor Bark es un hombre bueno que se encuentra en su propio país y en su ciudad y que le encanta fumar. Además, se encuentra en una situación parecida de soledad, debido a la muerte de su mujer.

El narrador de esta obra es omnisciente y el tiempo y el espacio quedan sin determinar, como si el autor quisiera presentar un problema universal de dos soledades que se encuentran y son capaces con gran generosidad de entablar una amistad. 

En cierto modo, podría recordar a la historia de Marguerite Duras El parque, que como esta obra, trata de dos soledades que se encuentran en un banco en un parque. 

Ante este texto se pueden plantear interpretaciones opuestas y contradictorias.  ya que los símbolos y las metáforas da un amplio margen de libertad al lector. 
La obra presenta un conjunto de supuestos que están relacionados también con las vivencias del lector, con su entorno, en definitiva con su posibilidad de extraer diversos sentidos al texto.
Al analizar la obra desde situaciones posibles creamos una  hipótesis posibles basadas en los hechos mismos de la obra, en sus personajes, en su localización geográfica, en sus situaciones.
El autor ha elegido qué narrar y qué dejar a la imaginación del lector, lo que le permite a este jugar con distintas posibilidades. 
Este tipo de estructura permite la construcción de distintos mundos. Las posibilidades quedan abiertas. Esto se contrapone a la literatura del diecinueve que creaba mundos cerrados dónde el relato da todo al lector y no queda la posibilidad de imaginar distintos mundos dependiendo de las experiencias del lector. 
Lo que sabemos seguro es que Linh es un refugiado que ha sido víctima de una guerra y que no le queda nada más que un poco de tierra en una maleta y por supuesto su “nieta”. No le queda nada. Está a miles de kilómetros de su aldea que ya no existe. Está a miles de días de una vida que fue hermosa y feliz pero que solo es un recuerdo.
También sabemos que aunque la nieta no tiene un papel activo debido a su edad juega un papel importantísimo en el desarrollo de la historia. Incluso el título de la novela se refiere a la nieta como elemento principal de la obra. Después de haberlo perdido todo, su mujer, su hijo, su hogar y su aldea, no tiene nada más que aquella niña. De esta manera Linh se aferra a ella para no ser un desarraigado completo.
Hacia el final de la obra cuando Linh va andando por la ciudad con su nieta en brazos, como si fuera un tesoro, buscando a su amigo y lo ve sentado en el mismo banco donde lo esperaba todos los días. Linh no puede contener su emoción y se lanza a cruzar la calle en el momento en el que un coche se le acerca corriendo y lo atropella. 

El señor Bark es testigo de la desgraciada escena y se apresura a recoger a la “niña” que ha quedado intacta. La historia se detiene así bruscamente y todo se precipitará hacia el final de la obra. En ese momento tenemos la certeza de que el señor Linh a venido solo desde su país pero la amistad abre una nueva esperanza
5 de marzo de 2017

El viaje del héroe

El viaje del héroe
El protagonista de la obra, el señor Linh, emprenden un viaje. Este viaje está provocado por una experiencia traumática como consecuencia del horror producido por causas externas imposibles de asimilar y que producen en él una perdida de la realidad. El señor Linh no puede asimilar que ha perdido a toda su familia y se aferra a la muñeca de su nieta que es lo único que se ha conservado intacto. El señor Linh intenta recuperar su vida agarrándose a una nieta irreal. 
Durante este “viaje” existen momentos de alucinación. El señor Linh visita, en un sueño, su antigua aldea, junto con su amigo el señor Bark. 
Durante su largo y difícil viaje el personaje vive una irrealidad y una constante desazón.
El señor Lihn parece recuperar la tranquilidad gracias a su amistad con el señor Bark. Pero no sabemos si terminará por recuperar la razón. Quizá el golpe en la cabeza y la estancia en el hospital junto a los cuidados del señor Bark le permitan asumir su situación y volver a la realidad.
El señor Linh emprende lo que se ha llamado “el viaje del héroe”
El viaje del héroe es un arquetipo. Es un Modelo que se presenta constantemente en nuestra historia como humanidad, nos une a todos los seres humanos, superando cualquier límite de tiempo y espacio, porque está siempre vivo y presente en nuestra memoria Individual y Colectiva. Es un Arquetipo o Patrón de Autosuperación, una importante herramienta para el Desarrollo Personal, atemporal y de probada eficacia. De él podemos extraer lecciones útiles para poner en práctica en nuestra vida cotidiana.
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Existen al menos 4 modelos diferentes que desarrollan el Arquetipo, y el más utilizado es el propuesto originalmente por el ejecutivo de la Walt Disney Company Christopher Vogler, como argumento para la redacción de guiones, para la literatura y el cine basados en el Viaje del Héroe.
Los estudios psicológicos de Carl Jung y los mitológicos de Joseph Campbell, en especial su obra El héroe de las mil caras: Psicoanálisis del mito, han sentado las bases de los manuales actuales sobre narrativa. Algunos autores y ejecutivos de Hollywood como Chris Vogler o James Bonett han simplificado y adaptado el mensaje de aquellos, haciéndolo más fácil para el público actual.

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El viaje del héroe en Citas
El desarraigo
El anciano se llama Linh. Es el único que lo sabe, porque el resto de las personas que lo sabían están muertas.
Por fin, un día de noviembre, el barco llega a su destino. Pero el anciano no quiere bajar. Abandonar el barco es como abandonar definitivamente lo que todavía lo une a su tierra. 
El señor Linh aspira el olor del nuevo país. No huele a nada. No hay ningún olor. Es un país sin olor.
En el muelle hay centenares de personas como ellos. Viejos y jóvenes esperando dócilmente, junto a su escaso equipaje, a que les digan adónde ir y pasando un frío como nunca han pasado. Nadie habla. Son frágiles estatuas de rostro triste que tiritan en absoluto silencio.
El padre de la niña era su hijo. Murieron durante la guerra que asola el país desde hace años.
También vio el cuerpo de su hijo y el de su nuera, y un poco más lejos a la niña, envuelta en sus pañales, con lo ojos muy abiertos e ilesa, y a su lado una muñeca, su muñeca, tan grande como ella, pero decapitada por un trozo de metralla.
Nunca olvidará el mudo sabor de aquella primera sopa que toma sin gana, recién desembarcado, pensando en el frío que hace fuera, pensando que lo de fuera no es su país sino un país extranjero y extraño, que siempre lo será por mucho tiempo que pase, por mucho que aumente la distancia entre sus recuerdos y el presente.
La amistad reconforta
El anciano sonríe. No esperaba volver a verlo. Se alegra. Es como encontrar un letrero en un camino cuando uno se ha perdido en el bosque y lleva días dando vueltas sin reconocer nada. Se aparta un poco para darle a entender que puede sentarse, y el hombre lo hace, se sienta.
 El señor Linh se deja mecer de nuevo por la voz del desconocido, que no obstante es un poco menos desconocido que ayer, y al que escucha sin entender una sola palabra.
Cuando el señor Bark habla, el señor Linh lo mira y escucha con mucha atención, como si lo comprendiera todo y no quisiera perderse nada del sentido de sus palabras. Lo que comprende el anciano es que el tono del señor Bark trasluce tristeza, una profunda melancolía, una especie de herida que la voz subraya, acompaña más allá de las palabras y el lenguaje, algo que la recorre como la savia recorre el árbol sin ser vista.
Y, de pronto sin pararse a pensarlo, sorprendido de su propio gesto, el señor Linh posa la mano izquierda en el hombro del señor Bark, como había hecho éste el día anterior, y al mismo tiempo lo mira sonriendo. El otro le devuelve la sonrisa.
El señor Linh se inclina tres veces a modo de despedida y el señor Bark, como no puede estrecharle la mano porque el otro tiene a la pequeña en brazos posa la suya en el hombro del anciano pesadamente, con afecto.  El señor Linh sonríe. Era todo lo que deseaba.
El señor Linh sonríe. Es como si el sol hubiera desgarrado el gris del cielo. En pocos segundos, el señor Bark llega a su lado, casi sin aliento pero con una ancha sonrisa en el rostro. El anciano cierra los ojos, busca en su memoria las palabras que le enseñó la joven intérprete y, mirando al señor Bark, exclama: ¡Buenos días!
–¡No sabe usted cuánto me alegro de verlo! Pero venga, si nos quedamos aquí con esta lluvia vamos a coger una pulmonía. Y, sin pedirle opinión, lo arrastra hacia algún lugar desconocido, El señor Linh se deja llevar. Está contento. Iría a cualquier parte que el hombre gordo quisiera llevarlo. Nota los paquetes de tabaco en el bolsillo y eso le hace sonreír todavía más. Ya no tiene frío. Se olvida del dormitorio, de la mezquindad de las mujeres y las trifulcas de los hombre… Está allí caminando con su nieta en brazos, al lado de un hombre que le saca dos cabezas, que debe de pesar el doble que él y que fuma sin parar.
Los coge y los sostiene en la mano, emocionado por esos dos simples paquetes de cigarrillos, que por otra parte son de una marca que no le gusta, que nunca fuma, porque tienen un sabor mentolado que no soporta pero eso es lo de menos. Mira los paquetes. mira al anciano sentado frente a él… Siente el impulso de darle un abrazo. No encuentra las palabras, que se le atascan en la garganta. Carraspea y dice simplemente: –Gracias… Gracias, señor Taolai, no hacía falta pero es un detalle muy bonito, de verdad, muy bonito… El señor Linh se siente feliz, porque comprende que el hombre gordo también se siente así.
Cuando salen del café el señor Bark lo coge del hombro y lo acompaña hasta la puerta del edificio en que se encuentra el dormitorio común como todos los días desde hace tiempo. Una vez allí los dos se despiden sin prisa diciendo “buenos días”.
Le pido perdón, señor Taolai, perdón… por todo lo que le hice a su país, a su gente. No era más que un crío, un crío estúpido y cobarde que disparó, que destruyó, que seguramente mató… Soy un canalla, un auténtico canalla… El señor Linh mira a su amigo. Un sollozo enorme, interminable, como surgido de la última palabra que acaba de pronunciar, sacude al hombre gordo. No se tranquiliza. Tiembla como un barco zarandeado por la tempestad. El señor Linh intenta rodearle los hombros con el brazo, pero no lo consigue, porque su brazo es demasiado pequeño para las anchas espaldas de su amigo. Le sonríe. Se esfuerza en transmitir muchas cosas en esa sonrisa, más cosas de las que ninguna palabra podrá contener jamás. Luego se vuelve hacia el mar, dándole a entender que también debe mirar allí a lo lejos, y a continuación, con una voz que no es triste sino completamente alegre, repite el nombre de su país, que de pronto suena como una esperanza y no como un dolor, y rodea a su amigo con los brazos, sintiendo el cuerpo de Sang Diu protegido y no aplastado entre los suyos.
El camarero vuelve con los platos. El señor Bark ha pedido lo mejor. Todo le parece poco. Se acuerda de la tarde del puerto, de todo lo que le salió del corazón y todo lo que dijo, y también del gesto del anciano cuando él se quedó callado, sufriendo y avergonzado. Eso no tiene precio.
Cuando contempla la ciudad, siempre piensa en su amigo el hombre gordo. y cuando mira el mar, siempre piensa en su lejano país. De modo que tanto ver el mar como ver la ciudad lo ponen triste. el tiempo pasa y va creando un doloroso vacío en su interior. Por supuesto tiene a su nieta y debe ser fuerte por ella, poner buena cara y cantarle la canción como si tal cosa. Tiene que mostrarse alegre, sonreírle, hacerle comer, procurar que duerma bien, que crezca, que se convierta en una hermosa niña. Pero el tiempo pasa y hiere el alma del anciano, le roe el corazón y le acorta el aliento. Le gustaría tanto volver a ver a su amigo… Tendría que preguntarle a la intérprete qué hacer para volver a verlo, pero ni la joven ni la mujer del muelle han regresado. Así que, después de pensarlo mucho, decide apañárselas solo, volver a la ciudad, buscar la calle del dormitorio común, del banco y el parque, y quedarse en el banco el tiempo que haga falta hasta volver a ver a su amigo.
El quiere ver florecer a su nieta. Quiere vivir para ver eso, y no le importa que vivir signifique vivir lejos de su país, vivir allí, en aquella mansión rodeada de muros. No, no quiere que sea allí. En aquel moridero, Quiere que Sang Diu se convierta en un hermosos loto, quiere estar presente para admirarla pero a la luz del día, al aire libre, no en un asilo, no en una prisión como aquélla. Su amigo podría ayudarlo. Sólo él puede ayudarlo. Se lo explicará, por señas. Y él lo comprenderá, seguro. Quiere volver a ver al hombre gordo, a su amigo. Lo echa mucho de menos. Quiere oír su voz, su risa. Quiere percibir el aroma de los cigarrillos que fuma sin pausa. Quiere ver sus grandes manos maltratadas por el trabajo. Quiere sentir su presencia, su calor y su fuerza.
Buscando la felicidad
El anciano trepa por la improvisada escalera. Al llegar a lo alto del muro, sube el tronco, recupera el aliento, echa un vistazo al parque y comprueba que nada se mueve y que nadie lo observa. Pasa el tronco al otro lado y lo apoya contra el muro. Baja rápidamente y se encuentra en la acera de una calle desierta. Es libre. En total han sido unos minutos. Es libre y está en pijama, con una criatura en una bata atada a la espalda. Feliz, le falta poco para gritar de alegría. Con pasitos rápidos, se aleja de la mansión. Se siente como si tuviera veinte años.

La desesperanza
Pasan las horas. La tarde está ya muy avanzada. Lleva todo el día caminando, todo el día aferrándose a la esperanza de encontrar la calle, el banco, a su amigo en el banco. Sus ideas se vuelven confusas. Se dice que se ha equivocado yéndose de este modo. Se dice que la ciudad es demasiado grande, un monstruo que va a devorarlo o hacer que se pierda. Se dice que nunca encontrará nada, ni su país ni a su amigo ni el asilo del que ha huido. Se arrepiente. No porque esté agotado, desesperado o vencido. No, no piensa en sí mismo. Se arrepiente por su nieta. Le ha impuesto el cansancio, la marcha a trompicones, el polvo de las calles, el ruido, las burlas de la gente. ¿Qué clase de abuelo es? La vergüenza lo invade como un veneno.
La cabeza del señor Linh está llena de cansancio, de sufrimiento, de desilusiones. Le pesa demasiado. Demasiadas derrotas y demasiadas huidas. ¿Qué es la vida sino un collar de heridas que cada hombre se cuelga del cuello? ¿De qué sirve ir de ese modo por los días, los meses, los años, cada vez más débil, cada vez más hundido?¿Por qué ha de ser cada día más amargo que el anterior, que ya lo era bastante?
Llegando a su objetivo
El señor Linh se recupera y mira alrededor. Hay cientos de personas, hombres, mujeres, niños, familias enteras que cruzan, alegres, una verja abierta de par en par. Al otro lado de la verja, se ven grandes árboles, macizos, senderos, jaulas… Jaulas.
El corazón se le acelera. Jaulas. Con animales. Los ve. Leones. Monos. Osos. De pronto tiene la sensación de estar dentro de una imagen que ha contemplado a distancia muchas veces. ¡El parque! ¡Está ante la entrada del parque! ¡El parque de los caballitos de madera! Pero entonces, si el parque está ahí, enfrente, enfrente… ¡Claro que sí! Allí, al otro lado de la calle por la que pasan centenares de coches, está el banco. Y en el banco como una aparición, como una aparición maciza, sólida, sumamente real, está el hombre gordo, su amigo. Su amigo, esperándolo.
El sol nunca ha brillado tanto. El cielo nunca ha sido tan puro al acercarse el atardecer. El anciano no experimenta una alegría tan intensa desde hace mucho tiempo.
Un frío brutal inunda por completo al señor Bark. Se queda paralizado unos segundos, durante los cuales vuelve a ver el accidente, la sonrisa del señor Taolai, el coche abalanzándose hacia él, golpeándolo con violencia pese al frenazo, el impacto, el anciano volando por los aires y aterrizando pesadamente en el suelo con un ruido de madera partida.
El señor Bark abre los ojos. Junto a él, el anciano lo mira y sonríe. Rodea con los brazos a Sang Diu, la acaricia el pelo con una mano mientras tiende la otra ansiosamente hacia su amigo.

El hombre gordo le coge la mano. El calor que le llega a través de ella es maravilloso, Al señor Bark le dan ganas de abrazar a todo el mundo… Su amigo está vivo. ¡Vivo! Sí, se dice, puede que la vida sea también esto. De vez en cuando un milagro, oro y risas y de nuevo la esperanza cuando crees que a tu alrededor todo es destrucción y silencio.
4 de marzo de 2017

Poemas de viaje

El viaje, tanto interior como exterior, se han utilizado en la literatura universal como instrumento para el desarrollo de los personajes.
Poemas de viaje
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.”
                                                                              Antonio Machado
Asimismo, el viaje del héroe se describe en el poema de Konstantin Kavafis
“Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Más no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido;
más no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.”

                                                                                Konstantin Kavafis
31 de mayo de 2016

Comparativa entre La nieta del señor Linh de Philippe Claudel y La leyenda de una casa solariega de Selma Lagerlöf

La nieta del Sr. Linh
Philippe Claudel

La nieta del señor Linh podemos decir que es un «pequeño gran libro».  Se trata de una historia tierna y conmovedora de amistad y soledad, donde dos personas que no hablan el mismo idioma logran tener un nivel importante de comunicación a través de la expresión de su cara y sus ojos, así como del tono de la voz y la expresión corporal.


Lo más emocionante de esta obra es esta relación de profunda amistad entre dos desconocidos que no hablan el mismo idioma. Son dos personas que se encuentran de una forma absolutamente casual y que son capaces de crear un vínculo irrompible. Los dos personajes se reconocen como dos personas solitarias con ganas de confiar en alguien. Tanto el señor Linh como el señor Bark han perdido su “mundo”. Aunque el señor Bark tiene la ventaja de encontrarse en su terreno. Por eso, en el libro encontramos el tema del desarraigo, de la emigración.  


Así que, podríamos decir, que esta obra trata sobre la amistad pero también del drama de la guerra y la emigración y de la fuerza de voluntad y la superación. Es una historia bonita y triste al mismo tiempo.


En la narración Phillipe Claudel utiliza un lenguaje sencillo y escueto. Con pocas palabras consigue que el lector sea capaz de visualizar la situación. El autor sugiere más que cuenta. Es una historia de gestos y silencios. 


Claudel consigue imprimir de forma muy vívida una sensación claramente oriental al comportamiento del señor Linh. Este personaje transmite dulzura, tranquilidad, discreción, y mucha fuerza de voluntad. Asimismo, consigue con su lenguaje mostrar los dos mundos a los que pertenece cada uno de los protagonistas. El comportamiento es claramente oriental en uno y occidental en el otro. Pero esto no impide la absoluta comprensión entre ellos ante su soledad y la pérdida de su mundo.


Como ya hemos anticipado, la historia tiene dos personajes principales. El señor Linh y el señor Bark.


El señor Linh es un anciano, que al llegar a lo que parece ser un país europeo, en particular, podría ser Francia, se muestra desconfiado por su desconocimiento del país y por el miedo a que le separen de su nieta. Por eso, el señor Linh intentará protegerla de cualquier peligro. Ella es el único miembro de su familia que ha sobrevivido. Le cantará constantemente una canción popular de su país, como símbolo de conservación de su identidad y de querer transmitirle el pasado, que pasa a través de él, hacia la esperanza en el futuro, representada por la nieta.


El señor Linh es un hombre solo, que ha sufrido los desastres de una guerra por la que se ha visto obligado a abandonar su casa y su país. Además, a consecuencia de la guerra ha perdido a toda su familia menos a su nieta. 

«Y comprende que está solo en el mundo con su nieta. Solos los dos. Que su país está lejos. Que su país, en cierto modo ya no existe. Ya no es mas que fragmentos de recuerdos y sueños que solo sobreviven en su cabeza de hombre viejo y cansado»

El señor Bark es un hombre bueno que se encuentra en su propio país y en su ciudad y que le encanta fumar. Además, se encuentra en una situación parecida de soledad, debido a la muerte de su mujer.

El narrador de esta obra es omnisciente y el tiempo y el espacio quedan sin determinar, como si el autor quisiera presentar un problema universal de dos soledades que se encuentran y son capaces con gran generosidad de entablar una amistad. 

En cierto modo, podría recordar a la historia de Marguerite Duras El parque, que como esta obra, trata de dos soledades que se encuentran en un banco en un parque. 

Por el ambiente y por sus pequeñas descripciones podemos imaginarnos que el señor Linh llega a Francia desde algún país asiático.

El señor Linh simboliza la fuerza de voluntad para sucumbir ante las circunstancias adversas. En el momento en el que se ve separado de su amigo, cuando le encierran en la residencia, con toda su fuerza y su tesón consigue escapar y de una manera increíble , realiza un “viaje” por toda la ciudad sin conocerla y llevando a su nieta en brazos buscando a su amigo al que de ninguna manera quiere perder. Increíblemente, conseguirá encontrarle.
“El hombre gordo le coge la mano. El calor que le llega a través de ella es maravilloso. Al señor Bark le dan ganas de abrazar a todo el mundo, a todos aquellos desconocidos con los que unos momentos antes se habría liado a puñetazos. Su amigo está vivo.. ¡Vivo! Sí, se dice, puede que la vida sea también esto. De vez en cuando un milagro, oro y risas, y de nuevo la esperanza cuando crees que tu alrededor todo es destrucción y silencio”. 
“El anciano mira a su amigo y le sonríe. Estrecha la hermosa muñeca entre sus delgados brazos, la estrecha como si su vida dependiera de ello, la estrecha como estrecharía a su nieta, silenciosa, tranquila y eterna, una hija del alba y de oriente.
Su única nieta.
La nieta del señor Linh.”

La Leyenda de una casa solariega
Selma Lagerlöf

La leyenda de una casa solariega es una historia de amor entre dos jóvenes, que deben hacer un largo viaje para poder llegar a realizarse. El “viaje” estará lleno de obstáculos. La historia está ambientada en el paisaje del Värmland sueco, muy próximo al paisaje que rodea la vida de su autora.
Esta novela refleja, de alguna manera el drama que puede suponer  la pérdida de la casa familiar de Mårbacka, que tuvo que vivir la autora y que con mucho esfuerzo consiguió recuperar veintidós años después, gracias a los beneficios conseguidos por medio de sus obras literarias.
El protagonista de la novela, Gunnar Hede, es un estudiante universitario, que no estudia lo suficiente llevado por su pasión por el violín. Cuando se entera de que la mala situación económica podría llevar a su familia a perder su casa de Munkhyttan, abandona los estudios y se convierte en vendedor ambulante con la idea de conseguir los beneficios suficientes para salvar su casa. Pero las traumáticas experiencias que tiene que vivir para conseguir salir adelante, en particular con el rebaño de cabras aprisionado en la nieve  y  abandono de su prometida, le hacen perder la razón.
En algunas ocasiones la novela tiene una aire fantástico. Para esto, la naturaleza juega un papel importante. Resultan fantásticas las ensoñaciones que sufre Ingrid, cuando la visita  la Señora de la Pena, con sus murciélagos y sus ropas de duelo. Esto simboliza el sufrimiento y la perdida de la esperanza. 
La melodía de El cazador furtivo de la ópera fantástica de Weber, abre y cierra el periodo de enajenación mental de Gunnar Hede y ayuda a darle un aire fantástico a toda la obra. En algunos momentos, se pueden confundir fantasía y locura. 
La novela está narrada en tercera persona, el narrador es omnisciente y es una narración muy sencilla, pero no por ello menos profunda.

Los personajes principales son Gunnar Hede e Ingrid Berg y el elemento más importante es la perseverancia de Ingrid por intentar curarlo, pero principalmente el esfuerzo que realiza Ingrid por aceptar esta locura y la forma de ser de Gunnar Hede. 

También es importante la generosidad de Ingrid, que en agradecimiento a la madre de Gunnar no desea recuperar al joven únicamente para ella sino también para la madre del chico, que le pidió encarecidamente que salvase a su hijo de las brumas. 


¿Que tienen estas dos obras en común?

Los protagonistas de ambas obras emprenden un viaje. Tanto el señor Linh  como Gunnar Hede emprenden sus viajes impulsados por una experiencia traumática como consecuencia del horror producido por causas externas imposibles de asimilar y que producen en ellos una perdida de la realidad. Los dos intentan recuperar sus vidas agarrándose a cosas distintas pero en ambos casos a cosas irreales. en un caso una muñeca y en el otro la música del violín.
En ambos casos existen momentos de alucinación. En el caso del señor Linh cuando en un sueño visita su antigua aldea junto con su amigo el señor Bark. En el caso de Gunnar Hede vive una alucinación constante durante un período de su vida. Pero lo que es indiscutible es que durante su viaje ambos personajes viven una irrealidad. 
Gunnar Hede recuperará la razón gracias al amor de la joven Ingrid Berg. En el caso del señor Lihn parece recuperar la tranquilidad gracias a su amistad con el señor Bark pero no sabemos si terminará por recuperar la razón.
Los dos emprenden lo que se ha llamado “el viaje del héroe”
El viaje del héroe es un arquetipo. Es un Modelo que se presenta constantemente en nuestra historia como humanidad, nos vincula a todos los seres humanos, superando cualquier límite de tiempo y espacio, porque está siempre vivo y presente en nuestra memoria Individual y Colectiva.
El viaje del Héroe, como Arquetipo o Patrón de Autosuperación, es una importante herramienta para el Desarrollo Personal, atemporal y de probada eficacia. de el podemos extraer lecciones útiles para poner en práctica en nuestra vida cotidiana.
Existen al menos 4 modelos diferentes que desarrollan el Arquetipo, y el más utilizado es el propuesto originalmente por el ejecutivo de la Walt Disney Company Christopher Vogler, como argumento para la redacción de guiones, para la literatura y el cine basados en el Viaje del Héroe.
Los estudios psicológicos de Carl Jung y los mitológicos de Joseph Campbell, en especial su obra El héroe de las mil caras: Psicoanálisis del mito, han sentado las bases de los manuales actuales sobre narrativa. Algunos autores y ejecutivos de Hollywood como Chris Vogler o James Bonett han simplificado y adaptado el mensaje de aquellos, haciéndolo más fácil para el público actual. 
Podemos utilizar los versos de Antonio Machado para hablar también del viaje.
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.”
El viaje, tanto el viaje interior como el viaje externo se han utilizado en la literatura universal como instrumento para el desarrollo de los personajes.
Asimismo el viaje del héroe queda registrado en el poema de Konstantin Kavafis
“Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Más no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido;
más no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.”

1 de mayo de 2016

Comparativa entre el pianista de Manuel Vázquez Montalbán y La Ópera de Vigàta de Andrea Camilleri – Breve apunte

El pianista

Vázquez Montalban comenzó a escribir El pianista en 1972 y la concluyó en 1985. En la novela el autor narra la historia de un pianista, Alberto Rosell, que ve truncada su carrera artística por el estallido de la Guerra Civil.


En el primer capítulo el autor describe la época de la transición española, en Barcelona, tras la victoria socialista en las elecciones del año 1982. Alberto Rosell, el pianista, trabaja en un local nocturno donde acuden travestis. En este capítulo  Vázquez Montalbán habla de lo que se llamó el “desencanto”, para lo que toma como modelo a un grupo de cuarentones que se debate entre asumir los nuevos tiempos y sumarse a ellos o convertirse en fracasados defensores de valores que, en aquel momento, ya resultaban obsoletos. Los personajes principales de esta parte de la novela son: Luisa y Ventura; Schubert e Irene; Delapierre; Joan y Mercè; Toni Fisas; Luis Doria y Albert Rosell. También aparecerá en un pequeño “cameo” el ministro de Cultura Solana. Esto personajes se nos presentan deambulando una noche por las calles de Barcelona. En este deambular van recordando sus rincones de otros tiempos y sus años más revolucionarios. Después de aquellos tiempos que están ya en el recuerdo, unos han triunfado y otros simplemente ven pasar la vida y están situados en una posición abúlica incapaces de encontrar su sitio. Uno de los fragmentos más reseñables de este capítulo es el encuentro entre Luis Doria, el viejo músico triunfador, y Albert Rosell, el pianista fracasado que sólo a ha conseguido seguir tocando el piano en un café de Barcelona ganado un mísero sueldo. Lo más interesante es cuando Doria se acerca a Albert Rosell y le dice: «Bravo, Alberto. Excelentes los silencios». Doria no dice nada más, pero los dos saben de lo que están hablando y el lector podrá descubrirlo más adelante. Al final del primer capítulo, el pianista conduce al lector a su casa y allí se descubre el drama de la mujer inválida. El capítulo terminará con la frase de los surrealistas: Le cadavre esquís boira le vin nouveau.

La segunda parte transcurre en los años cuarenta también en Barcelona. El protagonista sale de la cárcel tras un encierro de seis años obsesionado por tocar el piano. Este capítulo lleva al lector a vivir un día sobre los tejados de la parte pobre de la ciudad de Barcelona, donde muchas ilusiones de los personajes se verán truncadas sin casi sentirlo. Los personajes de este capítulo son: el boxeador aficionado Young Serra, cuyo autentico nombre es Manolo; Andrés, que ha vivido en lo que podríamos llamar un campo de concentración; Magda y Ofelia, dos chichas muy modernas para su tiempo; el matrimonio Baquero, un matrimonio chapado a la antigua que tendrá miedo de todo; el maestro de música Albert Rosell , del que no se sabe nada, los padres de Young, Enrique y Asunción;  Floreal Roura, que cría palomas y la señora Amparo que le hablará a Magda de su pasado y su futuro. Este capítulo se desarrolla como una obra teatral en la que los personajes van entrando, pasando por la escena y entablando conversaciones cruzadas.

En la tercera parte, la acción se desarrolla en París, en el año 1936, en los días precedentes a la guerra civil de nuestro país. este capítulo trata el tiempo más lejano. Alberto Rosell tiene una beca para estudiar en París, en 1936, pero comienza la guerra y tiene que poner fin a sus estudios. Es en esta parte donde el lector encuentra la clave del enigma planteado en el primer capítulo, sobre la personalidad del pianista. Es en este capítulo donde avanzamos en la investigación sobre la personalidad de Alberto Rosell que se nos planteaba en el primera capítulo, donde este se presentaba como un pianista fracasado, que había perdido la juventud. Aquí se ve como Albert Rosell, Teresa y Larsen regresan a España. Luis Doria se queda en París, para seguir triunfando como músico. Luis Doria dice que de España hay que irse para volver como triunfador, ya que es un país de  envidiosos e ignorantes. De esta manera Doria conseguirá su objetivo y regresara convertido en un triunfador. No como Albert Rosell que dejó la música para comprometerse con sus ideas políticas y luchar en la guerra. Los personajes de este tercer capítulo son: Luis Doria; Albert Rosell; Teresa, que es la novia de Doria, catalana y estudiante de canto en París y Larsen, un sueco que parece vivir de rentas y que quiere escribir un libro sobre la vida de Doria.

Montalbán en esta novela nos plantea casos particulares para hablar de la generalidad. nos habla de la vida de personas puntuales para plasmar la sociedad de España en tres momentos decisivos de su historia: la transición, la posguerra y la guerra civil.
Como vemos los tres capítulos de la novela nos llevan a tres momentos de la historia de España, por medio de los cuales, el autor, juega con el tiempo para obligarnos a realizar una labor detectivesca, buscando la personalidad de Alberto Rosell.
El pianista no es una de las novelas policiacas más habituales en Vázquez Montalbán, pero si nos fijamos, aunque no hay un cadáver físico tenemos un cadáver metafórico. A lo largo de la novela Montalban ofrece pistas para descubrir la personalidad de los personajes, en un juego que va de los años 70 hacia atrás lo que nos permitirá ver las causas de la consecuencia final.
En la obra no aparece el detective Carvahlo pero somos los propios lectores los que hacemos de detectives de la personalidad de los personajes. Cuando la historia termina nos colocamos al principio de la historia y deberíamos volver a empezarla.
Asimismo, en la novela hay un juego de personajes, entre Alberto Rosell y Luis Doria, protagonista/antagonista. Luis Doria aparecerá siempre como un fantasma en la vida de Alberto Rosell. Es el triunfador frente al fracasado. 
Vázquez Montalban plantea aquí una obra sobre perdedores/ganadores y la coincidencia o no entre vencedores y vencedores morales. Además plantea las consecuencias de esta rivalidad en la sociedad.

Todo lo que escribe Montalbán parece sacado de historias autenticas de la realidad, aunque sean ficticias. El autor es capaz de retrotraernos a otras épocas, aviva los recuerdos y si no son recuerdos los convierte en historias vívidas.

La novela termina con una carta de Albert Rosell a su valedor Robert Gerhard, una carta en la que Vázquez Montalbán vuelve a colocar al lector como investigador a la búsqueda de esa identidad de aquel pianista que aparece bajo las sombras del Capablanca.




Pequeña comparativa entre El pianista y La opera de Vigata
Aunque la mayoría no habrá leído La Ópera de Vigata, esta es la obra, para la que según palabras del propio Camilleri, había tomado como modelo de organización a El pianista de Vazquez Montalbán. Realmente, podemos encontrar algunas similitudes entre los dos autores. Quizá podríamos haber leído una obra del detective Carvahlo de Montalbán y otra del detective Montalbano de Camilleri para haber podido hacer una comparativa real.
En principio la comparativa debería hacerse realizado entre la Opera de Vigata y El pianista que son dos obras únicas, en cuanto que no aparece ninguno de los personajes habituales de estos dos maestros de la novela policiaca. 
El punto donde se encuentran las dos novelas es el tiempo. Los dos autores juegan con el tiempo para conseguir un efecto que al final sigue siendo detectivesco, como en el resto de sus obras.
En ninguna las dos novelas el tiempo es lineal y los dos autores consiguen con maestría que el lector pueda desentrañar la historia de una manera participativa para desentrañar un misterio. Con una estructura temporal tan libre, el lector podrá recomponer su lectura como prefiera. Podrá seguir el orden propuesto o buscar su propio orden.
Asimismo, las dos obras están cargadas de ironía. Pero mientras que la obra de Vázquez Montalban, es una ironía amarga; La Opera de Vigata está provista de un sentido del humor enorme. 
Además las dos novelas tienen su parte histórica. La de Montalbán nos retrotrae a tres períodos decisivos de la historia de España y La Opera de Vigata reproduce a la perfección la Sicilia de la segunda mitad del siglo XIX. Esta obra está basada en un hecho real, los incidentes que tuvieron lugar durante la representación de la ópera «El Cervecero de Preston» en Caltanissetta, que en la obra pasa a ser en Vigata, ciudad imaginada por Camilleri, donde transcurren la mayoría de sus obras. El suceso consistió en que se quiso representar una ópera impuesta por el prefecto y que, como tal imposición, fue rechazada por la población. Esto desencadeno una serie de sucesos que llegaron a producir un gran incendio y hasta algunas víctimas.
Otro punto en común de las dos obras es la profunda percepción que tienen ambos autores para ahondar en el carácter de sus personajes y a través de ellos de la sociedad del momento histórico descrito. Así como el acertado manejo, en ambas obras, de un número tan importante de personajes.



La forma del agua
La forma del agua pertenece a la serie de novelas escritas por Andrea Camilleri que tienen como protagonista al comisario Salvo Montalbano que trabaja en la comisaría de Vigàta, de la provincia de Montelusa. Montalbano no duda en saltarse las normas cuando cree que debe hacerlo. El personaje es amante de los libros y sobretodo de la gastronomía.
En esta novela, un conocido político y empresario aparece muerto y semidesnudo en el interior de su coche en una zona de poco prestigio donde todas las noches está presente la prostitución. Todo parece apuntar a que el fallecido no ha muerto como víctima de un asesinato sino de un ataque al corazón trás haber mantenido relaciones íntimas con una chica de mala reputación.
El comisario Montalbano, como siempre, desconfiará de la primera impresión y terminará por descubrir toda la trama, principalmente, política que se esconde tras este suceso.

La forma del agua es el primer libro de la serie del comisario Montalbano que ha hecho a Camilleri ser uno de los autores más leídos de Europa.

Como en todas las obras que tienen como protagonista al comisario Montalbano, Camilleri nos presenta una retrato de la sociedad Siciliana, sus costumbres y conflictos, en definitiva su modo de vida. Incluso, nos presenta a Montalbano como un disfrutador de la vida, que disfruta de los baños en las tranquilas aguas que tiene a escasos metros de su casa a orillas del mar. Así mismo nos lo presenta como un gastrónomo, para Salvo Montalbano la comida siempre es importante y fuente de inspiración.

En Esta novela se intentan esclarecer los hechos de la muerte del ingeniero y político Luparello, cuyo cadáver es descubierto por dos dos basureros, Pino y Saro dentro de su coche y semidesnudo con los pantalones bajados. El muerto aparece en una zona situada a las afueras de Vigata en una zona de mala reputación. La autopsia del doctor Pasquano, revela que Luparello murió de un fallo cardiaco. Montalbano, como siempre, intentará esclarecer la situación, que desde un primer momento no la verá clara.  

Muchos de los personajes de esta novela son los mismos que se repiten en otros libros de la serie del comisario Montalbano y son: Livia, novia de Montalbano; el subcomisario Mimi Augello; los sargentos Fazio y Tortorella; los agentes Galluzzo, Gallo y Germanà; Jacomuzzi, el jefe de la Científica; el doctor Pasquano; el juez Lo Bianco; Zito, amigo y reportero de Retelibera; Adelina, que trabaja en la casa de Montalbano; Ingrid Sjostrom, personaje que se relaciona con la trama de este primer libro pero que seguirá apareciendo en otros libros de la serie convertida en amiga de Montalbano; y el jefe superior Luca Bonetti-Alderighi.
31 de marzo de 2016

El paseo – Breve apunte


Algunas veces encontramos por casualidad algún libro que realmente merece la pena leer de un escritor al que no se le ha dado la relevancia que merece. Este es el caso de Robert Walser.


En esta pequeña obra literaria, el narrador, cuenta un paseo por la ciudad donde vive.  Al mismo tiempo que pasea nos cuenta lo que ve  y va haciendo consideraciones personales de lo que ve. Como declara el propio narrador en las primeras lineas de la obra:


“Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a buen paso a la calle”


Asimismo, también al terminar su paseo dice:


“Había caído la tarde, y llegué, por un bello y tranquilo camino o senda lateral que discurría entre árboles, al lago y aquí terminó el paseo. En un bosquecillo de alisos. Al borde del agua, estaba reunida una clase de niños y niñas, y el señor cura o maestro impartía en mitad de la vespertina Naturaleza ciencias naturales y doctrina contemplativa (…). Ahora veía en espíritu a ese hombre cansado, y me sentí débil. Sentí la necesidad de tumbarme en algún sitio, y como había cerca un lugar amigable y recogido a la orilla, me acomodé , agotado com estaba en cierta medida, en el blando suelo bajo las ingenuas ramas de un árbol (…).  Así pues todo, todo, toda esta rica vida, los amables y sentenciosos colore, este encanto, esta alegría y este placer de vivir, todas estas humanas importancias, familia, amigo y amante, esta clara y tierna luz llena de bellas y divinas imágenes, las casas paternas y maternas y los dulces u suaves caminos perecerán un día y morirán, el alto sol, la luna los corazones y los ojos de los hombes. Pensé largo tiempo en ello, y pedí perdón en silencia a las personas a las que quizá pude haber hecho daño (…) hasta que volví a pensar en la muchacha, tan hermosa y llena de juvenil frescura, (…) Quizá hubiera podido convencerla a tiempo de que tenía buenas intenciones, de que su querida persona me era importante, y de que por muchos hermosos motivos quería hacerla feliz, y con ello a mí mismo; pero no me esforcé más, ella partió (…). Me había levantado para irme a casa; porque ya era tarde y todo estaba oscuro.”


Walser escribe este paseo con un lenguaje sencillo, libre de ampulosidades, cuidado, lleno de lirismo, que fluye fácilmente, como un río tranquilo que nunca  deja de fluir.


La narración, apenas contiene acción pero esta trancurre en lo que dura realmente el paseo. Desde que el personaje sale de casa por la mañana hasta el atardecer. 


El paseo del narrador resulta relajado y relajante para el lector sin perder cierta tensión debida a la abundancia de las observaciones. El poeta, que cuenta su paseo por las calles de alguna ciudad tranquila, posiblemente de Suiza, donde vivía Robert Walser, lo observa todo desde el punto de vista del poeta y pone su lupa sobre aquellas cosas que le llaman la atención o le inducen a alguna reflexión. 


El mismo narrador nos hace saber en que estado de ánimo se encontraba cuando salió a pasear.


“Hasta donde puedo acordarme hoy, cuando escribo todo esto, me encontraba, al salir a la calle abierta, luminosa y alegre, en un estado de ánimo romántico-extravagante”


No podemos clasificar El paseo como una novela corta. Esta pequeña obra de la literatura es una reflexión que realiza un poeta que sale a pasear y en su paseo observa tanto las cosas bellas de la vida como las absurdas y superficiales así como las, a veces, sin sentido, convenciones sociales.


La narración está en primera persona por el único personaje relevante de la obra y transmite tal sensación de realidad, que realmente no sabemos si coincide narrador y autor, dada la coincidencia de profesiones de los dos y también la coincidencia en sus pensamientos sobre la literatura y en particular la poesía y el poeta.


Un ejemplo de esto es un cartel que observa el paseante en una hospedería:


“Un caballero de mejor condición es para nosotros sólo aquel que se imagina muchas vanidades y necedades y, ante todo, es capaz de imaginar que su nariz es mejor que cualquier otra buena y razonable nariz humana. La conducta de un caballero de mejor condición expresa claramente este peculiar presupuesto, y en eso confiamos. Quien sólo sea bueno recto y honrado, y no tenga ninguna otra ventaja importante, por favor que no se nos acerque; porque no nos parece ser un caballero refinado y mejor. Tenemos la más afinada comprensión para la selección de tan solo los más refinados y puramente mejores caballeros. Advertimos enseguida en el paso, el tono, la forma de conversar, el rostro, los movimientos y singularmente en la vestimenta, el sombrero, el bastón, la flor en el ojal, que existe o no, sin un caballero se cuenta entre los de mejor condición o no”


“El poeta no escribe para tales gentes, como el músico no hace música para ellos y el pintor no pinta para ellos. En conjunto, la continua necesidad de goce y prueba de cosas siempre nuevas se me antoja un rasgo de pequeñez, falta de vida interior, alejamiento de la Naturaleza y mediana o defectuosa capacidad de comprensión.”


“Es a los niños pequeños a los que siempre hay que mostrarles algo nuevo y distinto para que no estén descontentos. El escritor serio no se siente llamado a acumular material, ser pronto servidor de nerviosa codicia, y consecuentemente no teme algunas naturales repeticiones, aunque por supuesto se esfuerce siempre en prevenir con celo que no haya demasiadas similitudes.”


La narración está, principalmente, cargada de ironía, aunque desprende un claro sentimiento melancólico.


El autor no hace sólo comentarios del paisaje sino también de las personas con las que se cruza o aquellas con las que entabla algún contacto.  


Walser escribe siempre en tono irónico, nunca desde la amargura de las penurias que pasa un escritor a lo largo de su vida. 


El autor sentía pasión por la escritura y realiza comentarios sobre la gente insensible o superficial, aunque reconoce, no sin ironía, las dificultades para vivir de las letras y la desconfianza que produce esta profesión en los demás, en cuanto a su solvencia, en todos los sentidos.


Se dice que Robert Walser no corregía nunca lo que había escrito. Dicen que cuando escribía no solía levantar el lápiz del papel. Con esa forma ininterrumpida de escribir nos transmite la sensación de fluir. Su escritura es como una serie encadenada de oraciones que de una te llevara a la otra sin poder parar. 
Esto también transmite la sensación de que Walser en esta obra va dejando como las piedrecitas del cuento, una asociación de ideas y de estados de ánimo que fluían sin parar y que al final del paseo le ayudan a parar y regresar al pasado tanto en sus pensamientos como en su paseo con su vuelta a casa. 

Robert Walser murió en 1956, el día de Navidad, mientras daba uno de sus frecuentes paseos. El que la muerte le sorprendiera en mitad de uno de sus paseos, hace que su muerte se produzca dentro de su cotidianidad, como si se tratara de una más de las muchas aventuras que le sucedieron a lo largo de su vida durante sus paseos.
13 de marzo de 2016

Cerdeña y el mar 

Cerdeña y el mar 
D. H. Lawrence
Conocemos a D. H. Lawrence, principalmente, por sus novelas como Mujeres enamoradas, El arco iris, El amante de Lady Chatterley, etc; Pero este autor británico, también dedicó una parte importante de su vida literaria a la literatura de viajes, y de una manera sobresaliente.
Italia ofreció a Lawrence una serie de ventajas que no pudo encontrar en otros lugares. En especial, el sol, tan importante para su salud. Pero no solo esto, Lawrence buscaba el encuentro con el mundo antiguo y como otros escritores de la época, buscaba un paraíso que no hubiera sido transformado por la industrialización.
Escribió tres libros sobre Italia: Twinlight in Italy, Cerdeña y el mar y Sketches of Etruscan Places.
Lawrence escribía con gusto sobre lugares absolutamente opuestos, tanto en paisaje como en hábitos y costumbres, a los británicos.
 A través de sus libros de viajes, no solo sobre Italia, sino algunos otros como: El oficial prusiano y otras historias, Canguro y La serpiente emplumada, Lawrence trata un tema que le era de vital importancia, el internacionalismo, el gusto por lo inusual y lo diferente. Este tema poco usual en la época de Lawrence, le acercará a su contemporáneo, el autor norteamericano Henry James. Este como Lawrence será también ciudadano del mundo e igualmente lo plasmo en sus obras. Asimismo, este autor vivió en Italia y le dedicó varias de sus obras.
Cerdeña y el mar refleja el disgusto del autor frente a una época marcada por las consecuencias de la industrialización y de la Primera Guerra Mundial.
D.H. Lawrence viajó a lo largo de una semana por la isla de Cerdeña con Frieda, su mujer, en enero del año 1921, sólo nueve años antes de su muerte por tuberculosis en Francia. El libro Cerdeña y el mar fue escrito en unas pocas semanas y publicado originalmente el mismo año.
La razón del viaje a Cerdeña fue visitar la isla pensando en un posible traslado de residencia, pero si Sicilia le resultaba ya insoportable, Cerdeña le pareció imposible para vivir.
Lawrence quería escapar, aunque sólo fuera por unos días, de Taormina y del Etna. Esta escapada le servirá para encontrar, en Cerdeña, la mirada rural, pura y despreocupada que no encontró en otros lugares de una Europa azotada por las Guerras.
Europa se encontraba en un momento difícil, en un período de entreguerras. El autor quiere huir de este ambiente y, sobretodo, el viaje de Lawrence, como ocurre casi siempre, es una huída de si mismo. En Cerdeña encuentra ese lugar alejado de una enfermiza sociedad, pero al mismo tiempo, en algunos momentos, excesivamente salvaje.
Asimismo, este viaje le sirvió a Lawrence para escribir un libro de viajes donde pinta, como con su pincel, el paisaje de los lugares que visitan. Pero el autor no pinta sólo el paisaje sino también el alma de los habitantes de la isla y su espíritu y, sobre todo, en este viaje se da cuenta de que el viaje lo cambia a uno por dentro y lo pone cara a cara con su propio espíritu.
Cerdeña y el mar se caracteriza, especialmente, por una minuciosa descripción de los paisajes, presentándolos de una manera absolutamente pictórica, en los que presenta toda su atención a los más nimios detalles de la luz y el color.
El autor, en esta obra, relata de manera ágil y atractiva no sólo la vida en la isla, sus gentes y costumbres sino su propio estado de ánimo, reflejado en su capacidad para disfrutar de cada momento, independientemente de que este se presente propicio o no para el disfrute. Lawrence muestra sus estados tanto de euforia como de tristeza, así como sus ideas políticas y sus prejuicios.
En Cerdeña y el mar el autor recoge todas las impresiones que dicha isla le causó. Toma Palermo como punto de partida, siciliano, para este viaje pasando a la isla vecina y sumergiéndose en el más auténtico mediterráneo italiano: Cagliari, Nuoro o Sorgono. A través de sus detalladas descripciones nos transporta a una Italia aislada y salvaje.
No debemos perder de vista, que el autor presenta la isla, como un lugar fuera de la civilización con los inconvenientes que esto ofrece. Los transportes funcionan de forma anárquica y las comidas resultan parcas y en muchos casos incomestibles, asimismo, los lugares en los que se alojan los presenta como sucios y mal atendidos. 
En Cerdeña Lawrence encuentra al mismo tiempo el Infierno y el Paraíso, el lugar donde se pueden encontrar los paisajes más hermosos al lado de las más grandes inmundicias. Este es un lugar en donde los trenes circulan a velocidad de tartana, sin tiempo ni horario fijo. Se trata de un lugar en el que el tiempo y la historia parecen haberse detenido. Un lugar aislado, en el que los acontecimientos históricos parecen no tener ninguna influencia. Cerdeña, a ojos de Lawrence, es un lugar encerrado en una burbuja, el mar mediterráneo que lo aísla del resto del mundo. 
En Cerdeña y el mar y como en casi todas sus obras, el autor no describe sólo el paisaje y sus gentes de forma abstracta, sino que observa las relaciones humanas. Lawrence tuvo una difícil relación con su madre, así como con su primera mujer. En la mayoría de las obras que escribió tiene como uno de sus temas principales el de las relaciones humanas y como deberían ser estas.
En la obra de Lawrence predomina el instinto frente a la razón. La pasión y la espontaneidad frente a los convencionalismos y lo intelectual. Por eso la forma de escribir de Lawrence resulta torrencial, no solo en su forma sino en su fondo. Esta fue la razón por la que en su época resulto obsceno, no porque realmente lo fuera sino porque imprimió tactilidad y carnalidad tanto a sus descripciones físicas como espirituales.
Además, en su escritura encontramos, también, la torrencialidad en su forma cambiante de ánimo y por lo tanto de expresar lo que ve. Pasa de la exaltación de la alegría al más tremendo abismo en un sólo párrafo. Su obra está llena de vitalidad y cromatismo.
El libro se desarrolla de forma lineal en apenas una semana y en su viaje le acompaña su mujer, Frida. Podemos decir que ellos mismos, el paisaje y las gentes con las que se van encontrando, son los protagonistas de este viaje.
Según nos cuentan sus biógrafos Lawrence hizo casi siempre en su vida lo que quiso y vivió donde más le gustó, cerca del sol, a pesar de su corta vida.
Desgraciadamente, el protagonista de su “último viaje” en El barco de la muerte, su última obra, fue él mismo, donde dice:

 

» Construye pues el barco de la muerte ya que debes emprender el más largo viaje, el del olvido. Y muere la muerte, la larga y dolorosa muerte que yace entre el viejo y el nuevo ser, ya han caído nuestros cuerpos malheridos, ya nuestras almas rezuman por la herida de la cruel contusión, ya el oscuro e insondable océano del fin penetra por las grietas de nuestras heridas, ya está sobre nosotros la inundación. Oh, construye tu barco de la muerte, tu pequeña arca y cárgala de comida, de pequeños pasteles y de vino para la oscura travesía por el olvido. Despedazado muere el cuerpo, y el alma tímida ya pierde pie cuando sube la tenebrosa marejada, estamos muriendo, muriendo, todos morimos y nada detendrá la marejada mortal dentro nuestro y pronto inundará el mundo, el mundo exterior. Muriendo estamos, muriendo, en pedazos se mueren los cuerpos y nos abandona la fortaleza, y se agazapa nuestra alma desnuda en la negra lluvia por encima de la inundación, acurrucándose en las últimas ramas del árbol de nuestra vida. Estamos muriendo, muriendo, y entonces ahora lo único que podemos hacer es disponernos a morir y construir el barco de la muerte que lleve al alma en su largo viaje, un barco pequeño, con remos y alimentos y platillos y todos los avíos de la muerte para portar el alma en el más largo viaje. Bota ya el pequeño barco, ahora que muere el cuerpo y que departe la vida, bótalo, la frágil alma en la frágil nave del coraje, el arca de la fe con su provisión de alimentos y de pequeñas cacerolas y mudas de ropa, sobre la negra superficie del diluvio sobre las aguas del fin, sobre la mar de la muerte, dónde aún navegamos oscuramente porque no podemos gobernarla, no tenemos puerto, no hay puerto, no hay dónde ir solo las oscuridad que se cierne cada vez más negra, más negra en el mudo y callado diluvio, oscuridad sobre oscuridad, arriba y abajo y a los lados absolutamente oscura y entonces ya no hay más dirección. Y el barco de muerte está allí, no obstante se ha ido, no se le ve porque no hay forma de verlo. ¡Se ha ido! ¡Se ha ido! Y no obstante aún está en alguna parte. ¡En ninguna parte!. (…) «