1 de febrero de 2016

El Gatopardo



El Gatopardo es una novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa entre los años 1954 y 1957. 
La novela fue escrita en los últimos años de la vida del autor. En un principio  fue rechazada por editoriales como Einaudi y Mondadori. 
Finalmente, fue publicada póstumamente, al año de su muerte por la editorial de Giangiacomo Feltrinelli con prólogo de Giorgio Bassani.
En 1959, esta obra, obtuvo el Premio Strega que es el premio de narrativa más prestigioso en Italia. Sin embargo, en nuestro país, la obra es más conocida por la versión cinematográfica, dirigida por Lucino Visconti en 1963, que por la propia novela.

El Gatopardo es una novela ambientada en Sicilia, principalmente en Donnafugata, y cuya acción transcurre durante los años de la Unificación Italiana. Narra cómo fue el proceso de sustitución de clases en el poder, así como la decadencia del mundo de la aristocracia siciliana. En ella se muestra el cinismo con el que los partidarios del Antiguo Régimen se adaptan, en su propio beneficio, al triunfo inevitable de la revolución, de donde surgió la frase: “Que todo cambie para que todo siga igual” pronunciada por Tancredi en la primera parte.

La obra también narra el ascenso de la burguesía, representado por Don Calogero, alcalde de la pequeña villa de Donnafugata. Este ascenso queda representado por el matrimonio de la hija de Calongero, Angélica, con Tancredi, sobrino favorito Don Fabrizio. 
Don Fabrizio, Príncipe de la Casa de los Salina, observa el proceso con cierta indiferencia y se adapta con mucha resignación a la decadencia de su propia clase social y a la paulatina desaparición del mundo en el que habían vivido hasta aquel momento. Una burguesía liberal emergente, carente de distinción y con maneras poco refinadas, aunque con ansias de poder y mucha ambición, irá dejando atrás a la clase aristocrática que hasta ese momento también había ostentado el poder.
No podemos denominar El Gatopardo como una novela realmente histórica. La acción transcurre en el marco de un momento histórico, la Unificación Italiana. Las circunstancias y los sentimientos que desencadenan esta situación se utilizan para tratar temas como el paso del tiempo, la resignación, la adaptación a circunstancias poco favorables y la muerte. 
La novela no tiene el objetivo pedagógico que suelen tener otras novelas históricas, aunque aparecen momentos decisivos de la Unificación Italiana (el desembarco de Garibaldi en Marsala, el Plebiscito, la sustitución del rey Fernando por Victor Manuel), ya que el tema fundamental no es el hecho histórico en sí mismo, sino que, como ya se ha señalado es la justificación para desarrollar otros temas. 
La novela muestra algunos hechos históricos para darnos la información necesaria sobre la situación del Príncipe Don Fabrizio, así como al resto de los personajes. 
En la obra aparecen algunos personajes históricos, pero tratados de forma tangencial. Realmente no son personajes de la novela sino que son mencionados por su importancia en los hechos que suceden en el marco de la verdadera historia de esta obra. 
Estos personajes son:
Garibaldi: nació en Niza, Reino de Piamonte en julio de 1807 y falleció en Caprera, Reino de Italia en junio de 1882. Garibaldi fue un militar y político italiano, líder del ejército de los camisas rojas, durante la Unificación Italiana, Junto con Victor Manuel II, rey de Cerdeña. 
Victor Manuel II: nació en Turín en 1820 y murió en Roma en 1878. Fue el último rey del Reino de Cerdeña y el primer rey de Italia. Bajo su mandato el Reino del Piamonte creció tanto que finalmente incluyó a toda Italia en el proceso de la Unificación Italiana.
Cavour: nació en Turín en 1810 y murió en Turín en 1861. Fue primer ministro con Victor Manuel II así como uno de los artífices principales de la Unificación Italiana. De él fue la idea unificar el país bajo la casa de Saboya.
Mazzini: nació en Genova en 1805 y murió en Pisa en 1872. Fue un pensador, político y periodista italiano líder de la Joven Italia, grupo político que tenía como objetivo la unificación del país bajo una república.
Carlo III de Borbón: nació en Madrid en 1716 y murió en 1788. Fue rey de Nápoles y de Sicilia entre 1734 y 1759. Este mismo año pasó a ser rey de España hasta su muerte. Durante el tiempo que duró su reinado de Nápoles y Sicilia intento reformar y modernizar el reino así como unificarlo.
Francesco I de Nápoles: nació en 1777en Nápoles y murió en 1830. fue rey de las Dos Sicilias. Tras la huida de los Borbones de Nápoles y Sicilia, después de la invasión de Napoleón Bonaparte y la constitución de comandante inglés Lord William Bentinck, que despojaba al rey de todo poder fue nombrado regente del reino en 1812, pero realmente su reinado duró entre los años 1825 y 1830. Fue aparentemente un monarca más liberal que su padre y vivió casi toda su vida encerrado ante el temor a ser asesinado.
La obra está estructurada en ocho partes, que van fechadas desde mayo de 1860 hasta mayo de 1910. La acción transcurre entre los años 1860 y 1862, desde la parte primera hasta la séptima, que narra el sentimiento de perdida de la vida que sufre Don Fabrizio hasta su inmediata muerte en 1883. La novela se cierra en mayo de 1910, sin dejar prácticamente ningún asunto abierto. En esta última parte conocemos el destino de las hijas de Don Fabrizio cuando ya son ancianas y la Casa de Salina esta llegando a su fin.
No podemos dejar de señalar la evolución del papel de la mujer en la novela. Si hacemos una comparación entre Stella, esposa de Don Fabrizio, que tiene un papel absolutamente irrelevante y sus opiniones no son tenidas en cuenta, con Angélica, a la que su marido sí tiene en cuenta y que además es una mujer con ambiciones propias que piensa en su futuro y no se deja arrastrar por los sentimientos, vemos que el papel de la mujer no es el mismo en la generación de Don Fabrizio y en la de su sobrino, Tancredi. El papel de la mujer tanto en la vida tanto social como familiar empieza a evolucionar.
Los papeles más desfavorecidos de la novela son los de Don Fabrizio y los de sus hijas, sobretodo el de su hija Concetta. Sin embargo, el más favorecido por los nuevos tiempos será Tancredi, sobrino de Don Fabrizio, que, arruinado, ve en esa situación de inestabilidad la posibilidad de progresar tanto económicamente como en sus ambiciones políticas. Este personaje pujante, contrasta con el personaje de Don Fabrizio que es un personaje en decadencia, sin ilusiones. Es precisamente Tancredi el que dice la recordada frase: “Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie”.
En la novela, la presencia de la muerte es constante. La obra tiene un intenso tono nostálgico. Don Fabrizio, que es un hombre maduro con los hijos en edad de empezar a hacer su vida, recuerda o siente nostalgia, más que de su propia juventud, de la idea de ser joven. Tiene pensamientos encontrados. Por una parte envidia a Tancredi por su juventud, su capacidad de amoldarse a las circunstancias y por su inteligencia y simpatía y por otra parte las posibilidades de Tancredi es lo único que le producen una cierta ilusión. 
Don Fabrizio muestra su indiferencia hacia casi todo, incluso cuando Chevalley le ofrece un cargo de gran importancia en la nueva Italia, él lo rechaza. El puesto no solo lo rechaza por falta de ilusión sino también porque el piensa que ese no es su sitio y recomienda para el puesto a Calongero que pertenece a la clase burguesa emergente.
El padre Pirrone es también un personaje clave en la historia de la familia. Aunque a veces se ve sometido a Don Fabrizio, en algunas ocasiones, también expresa sus críticas hacia ciertas actitudes. 
Don Fabrizio sintiendo que su muerte no está muy lejana, se entristece ante la idea de la decadencia de su casa y recuerda el esplendor de otros tiempos.
El narrador omnisciente focaliza prioritariamente su perspectiva en Don Fabricio. La narración muestra bastantes conversaciones y monólogos textualmente. Además, ofrece una visión irónica, sobre todo de los acontecimientos históricos, así como también de la incertidumbre y el temor de algunos  personajes frente a los cambios sociales y políticos que se están produciendo.
El Gatopardo es una novela psicológica. El autor se recrea en la descripción de los personajes y de su evolución frente a los acontecimientos, con lo que podemos decir que se trata de personajes redondos que evolucionan a lo largo de la obra. 
Podemos decir, que Lampedusa es un maestro en la recreación de ambientes y en la descripción de la decoración y el mobiliario de los palacios, los olores y los sabores de las cenas a las que asisten dándole a todo ello un importante tono sensual. Asimismo, el autor, consigue plasmar en su obra una intensa sensualidad en la descripción de las mujeres, particularmente cuando describe a Angélica, hija del alcalde que termina casándose con el sobrino de Don Fabrizio.
Sin lugar a dudas la historia que nos cuenta Lampedusa es una historia de decadencia y muerte de una época y de un mundo que había existido hasta aquel momento representado principalmente por Don Fabrizio y su familia. En la descripción de la pérdida de la vida de este, podemos ver una metáfora de la realidad del mundo que él representaba:

Era una sensación que Don Fabrizio conocía desde siempre. Hacía decenios que sentía cómo el fluido vital, la facultad de existir, la vida en suma, y quizá también la voluntad de seguir viviendo, iban retirándose lenta pero continuamente de él, cómo se agolpan y van pasando uno tras otro, sin prisa y sin pausa, los granitos por el estrecho orificio de un reloj de arena. En ciertos momentos de intensa actividad, de gran concentración, aquel sentimiento de pérdida continua desaparecía para volver a presentarse intacto en cualquier pausa, por breve que fuese, de silencio o introspección, como emerge un zumbido continuo en el oído, o el tictac del reloj, cuando calla todo el resto, y entonces nos recuerda que siempre ha estado allí vigilante, aunque no lo oyéramos”.

1 de diciembre de 2015

Navidades trágicas – Breve apunte




          Este mes hemos leído Navidades trágicas, una novela de Agatha Christie. Supongo que para vosotras, como para mí, habrá sido muy agradable recordar la lectura de esta autora que, seguramente, leímos con placer hace muchos años. Sin ningún pudor, quiero reconocer que pasé un rato estupendo leyendo esta novela y que al contrario de decepcionarme, como tal vez esperaba, su lectura me ha confirmado la idea de que la obra de Agatha Christie es una literatura de entretenimiento, que está muy bien.

Agatha Christie escribió una novela cada año e incluso algunos años dos, desde El misterioso caso de Styles en 1920 hasta Un crimen dormido en 1976. Navidades trágicas es de 1938.


Todas sus obras tuvieron un gran éxito de ventas. Cuando publicó el libro número cincuenta, ‘Se anuncia un asesinato’, alcanzó la cifra de 50.000 ejemplares vendidos y desde ese momento ninguna de sus obras bajo de esa cifra.


Mantuvo siempre el mismo editor, William Collins. Entabló una amistad con él y con su esposa que duró toda la vida, a pesar de haber mantenido distintas discusiones, fundamentalmente provocadas por discrepancias en el diseño de la portada o la contraportada de sus libros.


Cuando Agatha Christie falleció, Collins fue uno de los que habló en su funeral y dijo de ella:


“El mundo es mejor porque ella lo habitó”

Navidades Trágicas cuenta la historia de una familia que se va a reunir para la Navidad en la casa paterna. Los invitados van apareciendo de forma paulatina, con un ritmo casi teatral.


El padre se nos presenta como un individuo odioso a quien su familia desprecia y cuya muerte no lamentarán. Simeon Lee es uno de los personajes mas detestables de la obra de Agatha Christie. En este caso, el carácter del personaje podría ser el móvil del asesinato aunque finalmente no lo será.


Esta obra es sin duda un clásico relato inglés de detectives, con sus clásicos elementos; una mansión de campo rodeada de nieve donde se encuentra un grupo de sospechosos y entre ellos un asesino. 


La obra ofrece una solución sencilla y sorpresiva, a pesar de que a lo largo del relato se nos ofrecen numerosas pistas para descubrir la verdadera identidad del asesino. Algunas de estas pistas son:  la costumbre de acariciarse el mentón, el subterfugio del trozo de goma, el audaz diálogo con Pilar en el capítulo “Veinticuatro de diciembre”. 

Al igual que el narrador, el superintendente Sugden nos resulta invisible y por ese motivo el final parece sorpresivo. Tras su desenmascaramiento, podemos reconocer que la trama ha sido ingeniosa, aunque quizá un poco inverosímil.


Como en todas las novelas de esta autora, ocurre un asesinato, que parece casi imposible de resolver, por una serie de circunstancias que lo hacen sumamente complicado.


Un ejemplo de esto será que la habitación donde se encuentra el cadáver está cerrada por dentro con llave…


      Como siempre, el detective Hercules Poirot encontrará la solución a todos los obstáculos que parecen impedir la resolución del crimen. 

En esta novela, como en muchas otras de esta autora, algunos de los invitados llegan al lugar del crimen en tren. 

           Para Agatha Christie, las estaciones y los trenes siempre despiertan expectación. Los andenes y trenes cargados de pasajeros, los maleteros autoritarios, cargados de maletas que encierran los misterios de los personajes, el viaje que conduce a los personajes a sus destinos donde se cometerán los crímenes e incluso el tren como lugar donde estos tienen lugar (Asesinato en el Orient Express, El misterio del tren azul, etc.).

Cuando Agatha Christie se sube en un tren y se acomoda en su asiento, tiene tiempo para observar y hacer especulaciones sobre las vidas de sus compañeros de viaje.


La autora siempre aprovechaba cualquier oportunidad para escribir en un cuaderno todas las ideas que le van surgiendo como resultado de la observación de las personas que tienen alrededor.


Como nos cuenta John Curran, especialista en la obra de Agatha Christie, encontró, en el año 2005, en su casa, Greenway House, de Devon, setenta y tres cuadernos, que no seguían una cronología, ningún orden o método.


En estos cuadernos se encuentran todo tipo de anotaciones y aunque la mayoría tienen que ver con su producción literaria, hay algunas excepciones, como un cuaderno de fórmulas químicas de sus tiempos de aspirante a empleada de farmacia u otro con deberes de francés. También aparecen listas de cosas que necesitaba o fechas de citas con personas de su interés. 


Sólo cinco de estos cuadernos se dedican íntegramente a alguno de sus títulos de éxito.


Estos cuadernos nos dan una idea del trabajo de preparación que suponía para Agatha Christie la escritura de cada obra y de su meticulosidad.


A pesar de que ella misma declaraba no seguir ningún método ni orden a la hora de escribir, no era realmente así. Podemos afirmar que sus cuadernos eran su método, donde ella hacía y deshacía y donde ella escribía todo lo que pudiera resultarle de interés a la hora de escribir la obra que tenía entre manos.


Robert Barnard, escritor y crítico inglés  especialista en la obra de Agatha Christie, escogió Navidades Trágicas entre las tres mejores novelas de la carrera de la autora.


Podemos afirmar, que Edgar Allan Poe es el inventor de los relatos detectivescos. Sus primeros relatos de esta nueva forma literaria fueron ‘Los asesinatos de la calle Morgue’, publicados en abril de 1841 en la revista estadounidense Graham´s Magazine.  En esta obra, Poe estableció las reglas básicas no escritas que distinguía la narración detectivesca de la que no lo era.


En Los Asesinatos de la calle Morgue también había una habitación cerrada por dentro como en el caso de Navidades Trágicas. 


Aunque en su autobiografía, Agatha Christie, no mencionaba a Poe entre sus influencias literarias, utilizó muchas de  las pautas que este introdujo en esta nueva forma literaria, pero más de setenta y cinco años después.


La autora, utilizó la situación de la habitación cerrada por dentro en más de una ocasión. Por ejemplo en Asesinato en Mesopotamia y en Navidades trágicas. Aunque no era una de sus estrategias preferidas. En todos los casos en los que utilizó el elemento de la habitación cerrada por dentro, es una parte más de la historia pero no es el elemento principal.


Otro de los elementos que introdujo Poe en este tipo de relato fue el detective que no era policía o que hacía este trabajo por afición. Hercules Poirot será un claro ejemplo de esto. 


También en esta obra encontramos el elemento del desenmascaramiento del sospechoso más improbable, que es otro de los elementos introducidos por Poe en el género. Esto produce habitualmente una resolución inesperada del caso y este fue uno de los elementos más utilizados por la autora. Otras obras en las que utiliza este elemento son El asesinato de Roger Ackroyd, La casa torcida, y Telón.


En su autobiograría, la autora dice: 


“La esencia de un buen relato detectivesco es que el culpable sea alguien obvio, aunque al mismo tiempo, por cualquier motivo, parezca que no es tan obvio que no podría haberlo hecho. Pero, por supuesto, sí lo hizo”.

En la biblioteca de Agatha Christie se encontraron obras de S.S. Van Dime (1888-1939) que era el seudónimo de Williard Huntington Wright, crítico literario americano, autor de una docena de novelas policiacas. 


También encontramos novelas de Ronald Knox (1888-1957), que fue un clérigo y estudioso de la época clásica que escribió seis novelas detectivescas.


La autora no siguió las reglas elaboradas por estos dos autores, sino que hizo caso omiso de ellas quebrantándolas constantemente.


Shakespeare fue el escritor mas admirado por Agatha Christie que leyó y releyó sus obras con pasión. A lo largo de toda su producción literaria, la autora quiso hacer pequeños homenajes a Shakespeare. En particular en esta obra Navidades trágicas, esta pincelada aparece cuando descubren el cuerpo de Simeon Lee, uno de los personajes dice una cita de Macbeth: 


“¿Quién se habría imaginado que el viejo tuviese tanta sangre?”.


En conclusión, podríamos decir que Agatha Christie sigue casi al pie de la letra los puntos del modelo de novela detectivesca introducidos por Poe. Pero no debemos restarle mérito a esta autora porque no sólo utilizó las estrategias de Poe, sino que las amplió y además realizó multitud de experimentos con ellas. Además tenemos que contar con el elemento más importante que añadió Agatha Christie a su obra, que fue su extraordinaria imaginación.


Como se anunciaban lo últimos títulos de la autora podríamos decir:


“Seguro que no dejarás que Agatha Christie te engañe de nuevo. Porque… no sería la primera vez , ¿verdad?. 

8 de octubre de 2015

Mi familia y otros animales – Breve apunte

Mi familia y otros animales 

Mi familia y otros animales es sin duda la obra más conocida del escritor Gerald Durrell. 

El libro es el primero de la divertida trilogía de Corfú (Mi familia y otros animales, Bichos y demás parientes y el jardín de los dioses) en la que cuenta sus años pasados en en esta isla en compañía de su familia.

En 1935 la familia Durrell aburrida del clima inglés y de sufrir todo tipo de enfermedades causadas por el frío, decide mudarse a la isla griega de Corfú. Durrell pasó allí cinco años junto a su madre viuda y sus tres hermanos mayores. 

En esta novela, como en la mayoría de sus obras, Durrell consigue entrelazar de forma magistral, la narración de sus descubrimientos zoológicos y las anécdotas familiares, así como la descripción de personas, lugares y animales.

La Madre de Gerald Durrell tuvo que lidiar con las excentricidades de sus cuatro hijos. 

El mayor, Larry, Lawrence Durrell, escritor que no necesita presentación, es un joven de veintitrés años algo pedante y un poquito bohemio, habituado a las comodidades propias de su situación social. Larry quiere instalarse en la isla para poder desarrollar su actividad literaria con la tranquilidad necesaria. Además invitará a muchos de sus peculiares amigos que provocarán diferentes historias que Gerald narrará con gran sentido del humor.

Los hermanos medianos son: Leslie, de diecinueve años, aficionado a las armas y Margo, de dieciocho, la única chica, bastante inestable psicológicamente y siempre preocupada por la moda, los chicos, etc. 

Gerald es el pequeño de la familia. A sus diez años es ya un apasionado de la naturaleza y por este motivo, algunas veces, la convivencia con él resultará complicada. A consecuencia, de su afición por la naturaleza y sin que nadie lo espere consigue llevarse a casa todo tipo de animales que incluso pueden llegar a ser peligrosos.

Con la familia Durrell conviven algunos empleados griegos como Lugaretzia, mujer del jardinero y a la que contratará la señora Durrell para ayudarle en las tareas de la casa. Lugaretzia se pasará la vida contando sus enfermedades. Asimismo, no podemos dejar de mencionar a Spiro, fiel “ayudante para todo”. En la obra son también relevantes algunos preceptores de Gerry como Teodoro y Kralefsky.

Lo más interesante del libro es la naturalidad con la que Durrell consigue alternar los sucesos domésticos y familiares con sus aventuras en la naturaleza. También cabe destacar, su facilidad para transmitir la fluidez con la que aparentemente se desarrolla su vida en la isla.

Gerry no va al colegio y eso no parece preocupar en exceso a nadie de la familia. La única que se preocupa de buscar un preceptor es la madre pero sin mucho rigor.

Gerald transmite esta parte de la infancia y pre-adolescencia como una aventura en libertad que le permite investigar la isla, prácticamente a su antojo, con ayuda de su barca y su burra. Realmente no sabemos si su infancia transcurrió así, pero es como el la sintió: libre y feliz.

El libro incluye algunas anécdotas verídicas pero, en rigor, no se trata solo de una autobiografía sino que la historia está novelada. Un ejemplo de esto podría ser que al incluir a su hermano Larry no menciona que este estaba ya casado con su primera mujer y que esta se encontraba junto con la familia Durrell en Corfú.

La novela está dividida en tres partes. La primera, comienza con la decisión de la familia Durrell de emigrar a Corfú, su llegada a la isla y su estancia en la villa color fresa. Esta parte está dividida en La migración, seis capítulos y finalmente un apartado titulado conversación. 

La segunda parte cuenta su estancia en la villa color narciso y está compuesta de Otros seis capítulos y de nuevo un apartado titulado conversación.

La tercera parte nos cuenta sus andanzas y las de su familia en una nueva casa: la villa blanca. Esta parte vuelve a estar compuesta de seis capítulos pero cierra la novela con un texto titulado ‘El regreso’, en el que Gerald nos cuenta como su vida de libertad e infancia parece llegar a su fin. Su madre está sopesando la idea de que podría ser conveniente que Gerald ingresara en un colegio en Inglaterra para finalizar su educación. 

A pesar de la tristeza que embargaba a toda la familia al abandonar Corfú, Durrell termina su novela con una divertida anécdota. Al llegar a la frontera con Suiza el funcionario que les atiende dará a la señora Durrell una hojita donde este había escrito: “Un circo ambulante y su compañía”.

                                                                                                          
28 de julio de 2015

El cuarteto de Alejandría – Breve apunte

      El cuarteto de Alejandría es una obra que consiguió colocar a Lawrence Durrell entre los grandes de la literatura. Es una extensa novela que permite a su autor, Lawrence Durrell, la utilización de un enorme abanico de recursos literarios. A lo largo de la obra encontramos variaciones tanto en el tono con el que está escrita como en la atmósfera y en los escenarios en los que transcurre la acción. Asimismo, observamos cambios en el lenguaje y en los narradores. Incluso los hechos son distintos dependiendo de quien los cuenta y su conocimiento de los mismos.  
      La voz del narrador, en tres de sus volúmenes la tiene Darley. Este es un hombre joven y poco experto, con grandes inquietudes artísticas encauzadas hacia la escritura, que lucha por evolucionar durante toda la obra y que consigue vencer su tendencia al desencanto por su esperanza en el futuro. Todo esto nos lleva a pensar que detrás del joven Darley se esconde el verdadero Durrell.
      Los dos volúmenes de mayor belleza lírica son Justine y Clea. Balthazar es una obra de transición y evolución y Mountolive es la parte donde se nos desvela la trama de la historia.
      Uno de los puntos más interesantes de esta obra y en lo que Durrell estaba más interesado es el de la variedad de puntos de vista. Es muy difícil precisar correctamente cual es el tema de la obra, pero sin duda podemos decir que hay tres temas principales: La relatividad de la verdad, el amor y las relaciones humanas y el papel de los artistas en la vida.
      La obra está estructurada en cuatro volúmenes distintos: Justine, Balthazar, Mountolive y Clea. Los cuatro volúmenes deben ser leídos en orden para poder entender cada uno de los puntos de vista que nos ofrece y la evolución de los personajes.

Justine
      La primera novela, Justine, está narrada por Darley en primera persona y nos cuenta la historia desde su punto de vista, que como más adelante descubriremos es un punto de vista al que le faltan muchos datos para poder juzgar con precisión la mayoría de las situaciones y las relaciones entre el grupo de personas interesadas en los hechos. En un principio, Darley se muestra como el personaje más simple, debido a que es el último en llegar y el más joven e inexperto, aunque realmente no sabemos prácticamente nada acerca de él. Sabemos que es un profesor y que ha llegado a Alejandría buscando algo que en principio no queda realmente claro. Presuponemos que Darley llega a Alejandría atraído por la propia ciudad a la que canta el poeta Cavafis y posiblemente, sin ni siquiera saberlo él, está buscando evolucionar como persona, madurar.
      Este primer volumen ofrece una prosa muy lírica que contiene pasajes de gran belleza. Sus descripciones resultan magníficas y muy minuciosas. En cuanto a la trama, nos presenta una historia de amor, que en principio tampoco parece de gran interés. Será más adelante, cuando nos vayamos adentrando en la inmensidad del cuarteto, cuando seamos capaces de darle a este primer libro el valor y el sentido que merece.
      Desde el primer momento, Durrell, a través de sus personajes nos transmite sus inquietudes. Uno de los temas principales de la obra es el de la imposibilidad de conocer la verdad en cualquier situación de la vida, debido a que hay tantas verdades como personas envueltas en cualquier hecho.  Cada uno narra su verdad relativa, ya que esta está siempre cargada de subjetividad.
      La propia Justine nos lo dice al principio de la novela: 
“–¡Mira! –exclamó–.  Cinco imágenes distintas del mismo sujeto. Si yo fuera escritora, trataría de conseguir una presentación multidimensional de los personajes, una especie de visión prismática. ¿Por qué la gente no muestra más que un solo perfil a la vez?”
“¿Hasta qué punto conozco a Pursewarden? Lo que sabemos de una persona se reduce a un aspecto de su carácter. Ofrecemos a cada uno una cara diferente del prisma”.
Sobre Puserwarden: “La muerte proporciona un nuevo criterio y daba una nueva estatura intelectual al hombre brillante, ineficaz y a menudo tedioso con quien nos habíamos enfrentado. En adelante sólo podríamos verlo a través del espejo deformante de la anécdota o del prisma polvoriento del recuerdo”
“–¿Qué le ocurre Nessim?
–No lo sé. Cuando tenemos algo que esconder, nos convertimos en actores y obligamos a actuar a todos los que nos rodean.”
      Otro de los temas fundamentales en la obra de Durrell es el de las relaciones humanas de amistad y amor:
“Allí la veo siempre, entregándose a esas terribles intimidades de las que Arnauti escribe: “No hay dolor comparable al de amar a una mujer que nos ofrece su cuerpo y, sin embargo es incapaz de darnos su verdadero ser, por que no sabe dónde está””.
Pombal: “Para un francés, el amor es interesante en Alejandría. Las mujeres actúan entes de reflexionar. Y cuando llega el momento de la duda, del remordimiento, hace demasiado calor, nadie tiene la energía necesaria. Esta animalidad carece de finesse, pero me conviene. Mi corazón y mi mente están hartos de amor, y sobre todo, mon cher, no quiero saber nada de esa manía judeo-copta de disección, de análisis. Deseo volver a mi granja en Normandía sin ataduras sentimentales”.
Entre Justine y Darley: “Esa intimidad no debe ir más lejos, pues hemos logrado ya todas sus posibilidades en la imaginación y lo que terminaremos por descubrir, más allá de los sombríos colores de la sensualidad, es una amistad tan profunda que seremos esclavos uno del otro para siempre.” Era el coqueteo de dos espíritus prematuramente extenuados por la experiencia, mucho más peligroso que un amor fundado en la atracción sexual.”
“Y sin embargo, tenía la objetividad suficiente para comprobar que el amor se alimenta de celos, porque esa mujer fuera de mi alcance, y sin embargo en mis brazos, se volvía diez veces más deseable, más necesaria. Era una situación terrible para un hombre que no quería enamorarse, y para una mujer que sólo deseaba que la liberaran de una obsesión y le devolvieran su libertad de amar.”
Darley dice: “Para aquel que estudia el amor, estas separaciones son una escuela amarga pero necesaria para la propia madurez. Ayudan a despojarse mentalmente de todo, salvo del ávido deseo de vivir más”.
“Los amantes no están nunca bien aparejados, ¿no te parece? Siempre hay uno que proyecta su sombre sobre el otro, impidiendo su crecimiento, de manera que aquel que queda en la sombra está siempre atormentado por el deseo de escapar, de sentirse libre para crecer. ¿No te parece que éste es el único lado trágico del amor?”
      Casi al final de la primera novela hace dos reflexiones sobre su vida en Alejandría y sus sentimientos:
“…Pero me doy cuenta de que aquello que no se ha resuelto en mi existencia no es el problema de Justine sino el de Melissa. es extraño, pero el futuro, si existe un futuro, ha sido siempre de ella por derecho propio. y sin embargo, me siento incapaz de tomar una decisión, o por lo menos de esperar, Siento que debo aguardar pacientemente hasta que los superficiales episodios de nuestra historia vuelvan a coincidir, hasta que otra vez marchemos al mismo paso. Pueden pasar años, tal vez los dos tengamos el cabello blanco cuando se produzca el reflujo. O quizá la esperanza morirá apenas nacida, destrozada como un barco por la corriente de los acontecimientos. Tengo tan poca fe en mí mismo…”
“ Alejandría todavía presente, todavía dueña de mis afectos por obra de los recuerdos que  poco a poco se van fundiendo en el olvido, recuerdos de amigos, de cosas acaecidas hace mucho tiempo. La lenta irrealidad del tiempo empieza a arrebatarlos, borrando sus contornos, y a veces llego a preguntarme si estas páginas relatan las acciones de hombres y mujeres de carne y hueso, o si tan sólo la historia de unos pocos objetos inanimados que precipitaron el drama a su alrededor: un parche negro, una llave de reloj y un par de alianzas sin dueño…”
      En la obra Durrell hace también algunas reflexiones sobre la religión. Puserwarden expresa su idea de Dios a través de uno de los personajes del libro que estaba escribiendo: 
“Durante años uno tiene que resignarse al sentimiento de que la gente no se preocupa, lo que en verdad se llama preocuparse, por nuestra persona, un día, alarmados nos damos cuenta de que el que no se preocupa es Dios; no sólo no se preocupa, sino que le somos totalmente indiferentes.”
      Y Pusewaden también dice:
“–Hace falta una inmensa ignorancia para acercarse a Dios. Me temo que yo siempre he sabido demasiado.”
      La Justine que muestra en esta primera novela, es la Justine vista por Darley. 
      En un momento dado, Darley necesita tomar distancia y se retira a una isla griega donde escribe sobre Justin. A través de las citas del libro hemos podido ver que Darley ve a Justine como una mujer deslumbrante y extremadamente atractiva. 
      En esta primera novela Darley como narrador muestra por encima de todo el deslumbramiento que le produce Justine. Y expresa hasta el último detalle de esta relación. La narración por parte de Darley, en el primer libro, resulta muy parcial. Esta parcialidad viene sobre todo dada por la ceguera producida por su pasión hacia Justine. Incluso, nuestra visión del entorno, será muy parcial porque existen muchos personajes que más adelante resultaran imprescindibles para el desarrollo de la historia, que en este primer relato están ausentes.
      Darley habla en este primer relato de algunos personajes que giran en torno a él y a Justine, como son Melissa y Nessim. También presta atención a Clea, como consecuencia de que esta, en un momento anterior, estuvo también enamorada de Justine.
      A Nessim lo presenta como un hombre locamente enamorado de su mujer que están dispuesto a todo por no perderla.
      En esta primera historia de El cuarteto de Alejandría, también, Darley habla con cierta insistencia de una violación que sufrió Justine en su juventud y que al parecer era lo que explicaba su imposibilidad para enamorarse realmente de alguien.
      Asimismo, Darley, a consecuencia de su ignorancia y su falta de interés, apenas hace mención al tema diplomático y político, núcleo principal alrededor del cual gira, realmente, toda la historia. 
     Este primer volumen de Durrell puede tener algún fundamento en la novela Justine de Sade.

Balthasar
      Balthazar es el segundo volumen, que aunque narrado por Darley, ofrece el punto de vista de Balthazar.  
      Balthasar lleva hasta la isla donde se encuentra Darley las correcciones del manuscrito que él mismo le había enviado para su corrección. 
      El propio Darley nos dice: 
“Pero para poder seguir, es preciso retroceder, no porque sea falso todo lo que he escrito sobre ellos, nada de eso. Pero en ese entonces no disponía de la totalidad de los hechos. Tracé un cuadro provisional como quien reconstruye una civilización perdida a partir de algunos fragmentos de vasos, de una inscripción en una tableta, un amuleto, algunos huesos humanos, una máscara fúnebre de oro sonriente.
“Vivimos –escribe Pursewarden– vidas que se basan en una selección de hechos imaginarios. Nuestra visión de la realidad está condicionada por nuestra posición en el espacio y en el tiempo, no por nuestra personalidad, como nos complacemos en creer. Por eso toda interpretación de la realidad se funda en una posición única. Dos pasos al este o al oeste, y todo el cuadro cambia.” Algo por el estilo…
En cuanto a los personajes humanos, sean reales o inventados, son animales que no existen. Cada psiquis es en realidad un semillero de predisposiciones antagónicas. La personalidad concebida como una entidad con atributos fijos es una ilusión… ¡pero una ilusión necesaria si queremos enamorarnos!”
      Los datos que le aporta Balthazar con sus correcciones cambian radicalmente la historia y el papel que cada uno juega en ella. Como dice el propio Balthazar:
“Si las cosas fueran siempre lo que parecen, ¡qué empobrecida quedaría la imaginación del hombre!”
      El dato más importante que le aporta el manuscrito corregido por Balthazar y que realmente tampoco sabemos si se ajusta a la realidad, es la relación de Justine con Pursewarden. En opinión de Balthazar, Justine estaba enamorada de Pursewarden y utilizaba a Darley como señuelo para provocar los celos de Nessim y que nada pudiera perturbar su autentico amor por Puserwarden.
¿Será esta la realidad de la relación mantenida por Justine con Darley y Pursewarden?
Darley escribe: 
“Quiero decir que debo hacer la tentativa de arrancar la membrana opaca que se interpone entre mi persona y la realidad de los actos de todos ellos, membrana tejida, supongo, ocn mis propias limitaciones de visión y de carácter. Mi envidia hacia Pursewarden, mi pasión por Justine, mi piedad por Melissa. Espejos deformantes… Hay que buscar el camino entre los hechos.”
“Supongo que Justine me había entregado sólo una de sus numerosas personalidades, a mí, el enamorado tímido y pedante, con las mangas sucias de tiza.
¿Dónde buscar justificaciones? Sólo pienso en los hechos mismos; porque gracias a ellos podré adentrarme un poco más en la verdad central de ese enigma llamado “amor”. Veo que la imagen se aleja de mí y ondula en una sucesión infinita como las olas del mar; o bien, más helada que la luna se levanta sobre los sueños e ilusiones que forjé con ella –pero, como la luna real, ocultándome siempre una cara de la verdad, el lado infernal de una hermosa estrella muerta–. Mi “amor” por ella,  el “amor” de Melissa por mí, el “amor” de Nessim por Justine, el “amor” de Justine por Puserwarden: debería haber una larga lista de adjetivos para calificar ese nombre, porque no había dos que tuvieran las mismas características; sin embargo todos contenían una cualidad indefinible, una incógnita común de traición. Cada uno de nosotros, como la luna, tenía un lado oscuro, podía volver la cara mentirosa del “no amor” a la persona que más amaba y más la necesitaba. Y así como Justine se servía de mi amor, Nessim se servía del de Melissa… Unos trepándose sobre las espaldas de los otros, arrastrándose “como cangrejos húmedos en una canasta”. 
“Esto es lo que he podido reconstruir a partir del laberinto de notas que me ha dejado Balthazar. “Imaginar no es necesariamente inventar –dice en alguna parte–, y por el hecho de interpretar los actos de los demás no nos proclamamos omniscientes. Suponemos que se han desarrollado a partir de sus sentimientos, como las hojas brotan de la rama. ¿Pero se puede operar hacia atrás, deduciendo una cosa de otra? quizás un escritor podría hacerlo si tuviera el coraje de llenar con sus propias interpretaciones esas brechas aparentes que separan nuestros actos para unirlos.”
“Los hechos son inestables por naturaleza. Naruz me dijo un día que amaba el desierto porque allí el viento borra las pisadas de nuestros pasos como quien apaga una vela. Lo mismo, creo, hace la realidad. ¿Cómo podemos entonces perseguir la verdad?”
      En este segundo volumen, Durrell nos hace mirar otra de las caras del prisma que conforma esta historia y del grupo de personas que coinciden en el espacio y en el tiempo en la ciudad de Alejandría en un período de entre guerras.
“Recuerdo las palabras de que Balthazar escribió en alguna parte, con su gran letra de gramático: “Vivimos vidas que se basan en una selección de hechos imaginarios”, y también: “Todo puede ser cierto de cualquiera… “ Estas palabras de Pursewarden, ¿procedían de su propia experiencia de hombres y mujeres, o simplemente de una cuidadosa observación de todos nosotros, de nuestras conductas y sus consecuencias?
      Darley, se hace cargo durante un tiempo de la crianza de la hija de Nessim y Melissa. El mismo no sabe por cuanto tiempo se prolongará esta situación o si será una situación definitiva.Pero Balthzar dice a Darley: 
“Primero los jóvenes trepan, como las viñas, por los melancólicos soportes de sus mayoera, que se complacen en sentir sus dedos suaves y tiernos; luego los viejos se apoyan en los hermosos cuerpos de los jóvenes para descender a sus propias muertes”.
      Balthazar explica el matrimonio de Nessim como una relación de conveniencia. Justine necesitaba dinero para encontrar a su hija. Pero ¿que beneficio obtenía Nessim de esta relación? Esta situación no queda clara con la visión de Balthzar. 
      Balthazar en las notas deja ver que la opinión que tiene de Darley en esta situación no es clara. No sabe si este se cree realmente el amor de Justine o ha preferido no reflexionar sobre ello para que la historia se produjera como él la deseaba.
      Desde su destierro en la isla Darley dice: 
“Desde la posición privilegiada de esta isla lo veo todo en su duplicidad, veo con nuevos ojos cómo se intercalan los hechos y la fantasía, y al releer, al trabajar nuevamente la realidad a la luz de todo lo que ahora sé, me sorprende comprobar que incluso mis sentimientos han cambiado, han madurado, se han ahondado. Quizá la destrucción de mi Alejandría particular era necesaria (ese objeto que es toda verdadera obra de arte nunca muestra una superficie plana); quizás en el fondo de todo esto yace el germen y la sustancia de una verdad –usufructo del tiempo– que, si logro asimilarla, me hará avanzar un poco más en lo que es realmente la búsqueda de mi propio yo. Veremos.”
      En Balthazar aparece por primera vez el personaje de Leila y su relación con Mountolive. El siente la misma pasión y deslumbramiento que Darley siente por Justine. Son mujeres con misterio que no ofrecen todo lo que llevan dentro. También en este segundo volumen conoceremos la vida en la granja de Nessim y Naruz y veremos la vida rural de Egipto que hasta ahora no se había mostrado. En Justin solo vemos la vida en la ciudad de Alejandría.
      Llegando casi al final de este segundo volumen Darley dice: 
“Naturalmente, no hay que olvidar que la verdad se reduce siempre a la mitad cuando se la formula.  Sin embargo, en este último libro debo insistir en que hay esperanza para el hombre, en que su vida tiene un objeto, dentro de los límites de una simple ley; y me parece ver que la humanidad va adueñándose gradualmente de la información necesaria por medio de la simple atención, no de la razón, que le permitirá un día vivir de acuerdo con esa idea.”
“Quizá la clave esté en la risa, en el Dios Jocoso. Después de todo, las gentes serias son las que perturban la paz del corazón con sus chiquilladas… como Justine.”
“Somos tan tontos, tan débiles de espíritu cuando se trata de vivir; en cambio somos unos gigantes cuando se trata de pronunciarse sobre el universo.”
“Como a usted, se me plantean dos problemas interrelacionados: mi arte y mi vida. En mi vida soy bastante indeciso y miserable, pero en mi arte soy libre de ser lo que más deseo parecer: alguien capaz de introducir decisión y armonía en las vidas moribundas que lo rodean.”
“Quizá por eso en el fondo los escritores desean que se los ame por su obra más que por lo que son en sí mismos, ¿no le parece?.” 
      Clea escribe a Darley:
“Para nosotros, los vivientes, el problema es de un orden enteramente distinto: ¿cómo encauzar el tiempo cultivando un estilo del alma… o algo así? Estoy tratando de expresarlo. No forzar el tiempo, como lo hacen los débiles, porque eso hiere y entristece, sino encauzar sus ritmos y aprovecharlos, Pursewarden solía decir: Dios da a los artistas resolución y tacto, a lo cual yo solía responder con un sincero Amén.
“Hay tan poco tiempo; las noticias cada vez perores que llegan diariamente desde Europame hacen percibir en etos días una calidad otoál, como si condujerna a un futuro imprevisible. Y junto a esta impresión, siento también que los hilos se aprietan a nuestro alrededor, por así decirlo, llevándonos lentamente hacia atrás, otra vez al centor de la escena. ¿Dónde podría estar ese centro sino en Alejandría? Pero quizá resulte una nueva ciudad, diferente de aquella que durante tanto tiempo se impuso a nuestros sueós. Me gustaría creerlo, pues la antigua y todo lo que ella simblilizaba, sibien no ha muerto, va perdiento significación para la persona que ahora creo ser. 
“Nosotros por nuestra parte, tenemos gran necesidad de volver a verte de reanudar la amistad que, así lo confiamos, existe del otro lado de la obra escrita –si es que un autor puede ser un simple amito para sus personajes–.”

MOUNTOLIVE
      Este tercer volumen es el único que cambia de narrador. El primero y el segundo estaban narrados por Darley, aunque en el segundo le daba la palabra a Balthazar a través de la corrección que este realiza del manuscrito de Darley. 
      El tercer volumen es el único que está narrado en tercera persona. Este narrador omnisciente lo utiliza, Lawrence Durrell, para distanciarse de los personajes y mostrar la historia, tanto política como amorosa, desde una punto de vista externo a la acción.  
      A consecuencia de la distancia que toma el autor en esta tercera novela, da una visión más objetiva de los hechos, ya que no está condicionada por ninguna de las relaciones que mantienen los personajes.  
      El relato lo titula Mountolive porque este, embajador británico en Egipto, será el eje central de los hechos, particularmente políticos, que tienen lugar en la novela y que condicionan, incluso sin saberlo, a todos los demás personajes.
      En este volumen, toman relevancia algunos personajes que en los dos volúmenes anteriores apenas la habían tenido.
      Durrell presentan el conflicto de los coptos egipcios con los británicos. Los egipcios se sintieron abandonados por estos, tras la independencia. Los coptos habían perdido poder en Egipto frente a los musulmanes y esta circunstancia había desatado el odio en la población copta.
      Los coptos pretendían recuperar su poder. Muchos pertenecían a una élite tanto por su nivel económico como por su educación.
      El padre de Nessim dice: 
“Eso expresa el punto de vista británico, punto de vista con el que siempre hemos tenido que luchar los coptos. Antes de que ellos vinieran no había disensiones entre nosotros y los musulmanes de Egipto. Los británicos enseñaron a los musulmanes a aborrecer a los coptos y a discriminarlos.”
“Cuando la primera cruzada conquistó Jerusalén, se ordenó expresamente que ningún copto entrara en la ciudad… nuestra santa ciudad. Tan poco era lo que distinguían aquellos cristianos occidentales entre los musulmanes que los derrotaron en Ascalón y los coptos única rama de la iglesia cristianan completamente incorporada a Oriente. Pero después, vuestro buen obispo de Salisbury declaró abiertamente que consideraba a estos cristianos orientales peores que los infieles, y vuestros cruzados los masacraron alegremente.”
“Nuestra situación no es nada envidiable y la debemos enteramente a ustedes los británicos. Vivimos, en efecto como una sociedad secreta, cuando antes éramos la comunidad más brillante, la comunidad clave en nuestro país.” 
      Además, conoceremos a Leila y su antigua relación con Mountolive.  Leila y Mountolive mantuvieron una relación que se interrumpió cuando Mountolive abandonó, por primera vez, Egipto. Trás la separación mantuvieron una relación epistolar que cada uno de los dos acomodó a sus necesidades y que, realmente, no se ajustará a la realidad del otro.
“No se puede escribir más que una docena de cartas de amor sin encontrarse falto de tema. La más rica de las experiencias es también la más limitada en su campo de expresión. Las palabras matan el amor como matan todo lo demás.”
      También conoceremos como surgió la relación entre Mountolive y Pursewarden. Este parecía, hasta este momento, un personaje secundario que había sido amante de Justine y amigo de Mountolive.
      En este volumen se descubre como una pieza fundamental, desencadenante del desenlace del complot que preparaba Nessim para formar un nuevo estado de Israel. 
      Melissa le dice a Pursewarden:
“Esa gente… Los Hosnani –agregó ella con desprecio–. Y el pobre Darley cree en ellos, en ella (Justine). Esa mujer no hace más que aprovecharse de él. Es demasiado bueno, ¡demasiado bobo! _¿Aprovecharse?  Melissa abrió el grifo de la ducha y, embriagándose en las volutas del vapor, asintió mirándole, con una carita apretada. –De ellos lo sé todo. –¿Qué es lo que sabes? Sintió dentro de sí el súbito movimiento de una incomodidad tan pronunciada que no tenía nombre. Ella se disponía a derribarle el mundo como quien golpea inadvertidamente un tintero o una pecera.[…]       –¿Qué es lo que sabes? –repitió él. […] –Te lo diré Yo solía ser la querida de un hombre muy importnte, Cohen, muy importante y muy rico.  -Había algo patérico en la jactancia–- Trabajaba con Nessim Hosnani y me contó cosas. Además hablaba en sueños. Ahora está muerto. Creo que lo envenenaron porque sabía demasiado. Ayudaba a introducir armas en Oriente Próximo, en Palestina, para Nessim Hosnani. Grandes cantidades.”
      Esto será el desencadenante para que Pursewarden decida poner punto final a su vida e informará tanto a Nessim como a Mountolive de la información que ha descubierto sin, por supuesto, delatar a Melissa.
“ ¡Pursewarden! El escritor que tanto gustaba de decir: “la gente comprenderá un día que solamente el artista es quien hace que ocurran de veras las cosas y por eso la sociedad debe fundarse sobre él”. ¡Muriendo los había utilizado a los dos como… una oportunidad pública de demostrar la verdad de su propio aforismo! Pursewarden hubiera podido encontrar sin duda muchas otras salidas sin necesidad de separarlos con el acto de la muerte, de oponerlos comunicándoles un conocimiento que no podía beneficiar a ninguno de los dos. Ahora todo pendía de un cabello: los términos más frágiles de una nueva probabilidad. Obrar, sí; Mountolive iba a obrar solamente si debía; y una sola palabra suya a Memlik Bajá pondría en movimiento nuevas fuerzas, nuevos peligros…”
      Asimismo, descubriremos cual es la autentica relación entre Justine y Nessim. El interés de este por el apoyo de Justine, que es judía. Entre los dos tendrán más que amor. Un objetivo político común y el deseo de Justine de encontrar a su hija. Así también vemos la razón de las relaciones de Justine con Darley y Pursewarden. Darley era el amante de Melissa y esta podría saber algo a cerca de los intereses políticos de Nessim a través de Cohen, antigua pareja de Melissa, que estaba implicado en la misma lucha que Nessim y que así será, como luego se descubre. Pursewarden trabaja para la embajada británica y el grupo en el que se encuentra Nessim desea controlarlo. Justine actuará como espía en ambas situaciones.
      Nessim a Justine:
“Quiero ser franco. No tengo interés en la vida real –le temblaban los labios tanto como la voz–. Estoy contemplando una relación mucho más estrecha, en cierto sentido, que todo cuanto pudiera inventar la pasión: el lazo de una creencia común. […] –Quiero hacerte una confidencia ahora, que, si me la traicionas, podría traerme daño irreparable, a mí y a mi familia; y, en realidad, a la causa que sirvo. quiero ponerme enteramente en tus manos. Supongamos que los dos estamos muertos para el amor… Quiero pedirte que seas miembro de una peligrosa…  Lo extraño era que, cuando empezó a hablar así, sobre lo que era más próximo a su pensamiento, ella empezó a interesarse, a reparar verdaderamente en él como hombre, por primera vez.”
“Sólo con que los judíos puedan alcanzar la libertad estaremos todos tranquilos. Es la única esperanza para nosotros… los extranjeros desposeídos.”
“Subconscientemente sabía también que la mujer oriental no es sensual en el sentido europeo; que no hay nada semejante en su constitución. Las verdaderas obsesiones, para ella, son el poder, la política y las posesiones, por mucho que lo niegue.”
      En este tercer volumen, se desvelan una cantidad de datos suficientes como para ver algo más clara la situación. En este momento, somos capaces de entender muchas situaciones y a muchos personajes que hasta ahora no podíamos por falta de datos.
      Naruz que hasta hora parecía un personaje sin más relevancia que la de ser el hermano de Nessim, se desvela como un importante y peligroso predicador capaz de arrastrar a las masas.
      Conoceremos, también, que Capodistria está vivo y que su muerte fue simulada porque no interesaba a su causa política.
      Mountolive se encontrará por última vez con Leila y esta le producirá asco. Quiere abandonar el país y antes de esto se adentra en el Egipto profundo donde le llevan a un prostíbulo de niñas que le repugna y entonces no puede ver otra cosa más que la decadencia y el horror que se viven en aquel momento es el país.
      Este volumen se cierra con la muerte de Naruz y toda una serie de ritos que producirán una narración muy lírica de gran belleza.

Clea
      Clea es el último volumen de esta extraordinaria novela. En este volumen la historia avanza en el tiempo. Por primera vez, desde que empezamos a leer esta obra, nos damos cuenta del paso del tiempo. Por primera vez, aparece en ella el eje temporal. Hasta este momento, todo había sucedido en un eje espacial. 
      El cuarto volumen trae de nuevo a Darley como narrador, en primera persona. La obra retoma un sentido mucho más personal y menos objetivo que en el tercer volumen.
      En Mountolive obtuvimos prácticamente todos los datos que necesitábamos para colocar a los personajes en su sitio. Toda la historia cobró sentido.
      En este cuarto volumen se cerrará una historia mucho más personal. Especialmente para Darley y Clea pero también para el resto de los personajes.
      Darley regresará a Alejandría intentando retomar un pasado que ya no existe. Finalmente, él mismo pasará página. Sentirá que ha evolucionado y que se encuentrará preparado para afrontar una nueva vida.
      Al regresar a la ciudad, Darley verá una Alejandría destruida por la guerra y todos los cambios que se han producido en sus amigos: Justine está retirada del mundo, Nessim ha perdido un ojo y parte de su fortuna, Pombal se enamoró de una mujer casada que finalmente fallece, Balthazar se tiene que someter a una rehabilitación a causa de sus excesos.
      Cuando termina la guerra cada uno de los personajes encontrará su camino. Muchos de ellos piensan en Europa como un nuevo escenario para sus vidas. Justine y Nessim encontrarán una nueva misión que probablemente les llevará a Suiza y que consigue sacarles de la depresión. Darley regresa a Inglaterra. Clea quiere instalarse en Francia. Mountolive y Liza, juntos, se mudarán también a Francia, etc.
      A lo largo de toda la obra,  Alejandría actúa como un personaje, aunque realmente sea el escenario. En el primer volumen Alejandría es una ciudad de misterio. Una ciudad llena de atractivos y sensualidad, creándose un paralelismo con Justine.
      En el segundo volumen la ciudad pierde parte de su sensualidad para dar paso a una ciudad elegante. En este volumen Durrell hace una comparación entre la rudeza del campo egipcio y sus gentes y la elegancia de la ciudad.
      En el tercer volumen muestra una ciudad llena de conflictos políticos y diplomáticos. Se presenta ante nuestros ojos una Alejandría llena de europeos y con una extraordinaria mezcla de culturas.
      En el cuarto volumen, la ciudad está destrozada por la guerra y la corrupción. La gente en la ciudad intenta sobrevivir. Los personajes de la novela resurgirán de las cenizas de la ciudad. 
“Una ciudad se convierte en un mundo cuando se ama a uno de sus habitantes. Toda una nueva geografía de Alejandría había nacido a través de Clea, recreando sus antiguos significados renovando atmósferas semiolvidadas, arrastrando el aluvión multicolor de una nueva historia, una nueva biografía.”
“Además, intervenían ahora nuevos factores, porque, finalizada la guerra, Europa se volvía accesible una vez más, lentamente, como un nuevo horizonte que se abriera más allá de los campos de batalla. Ya casi no nos atrevíamos a soñar con ella, con la forma recóndita de una Europa aplastada por los bombardeos, dominada por el hambre y el desconcierto.”
      En todo momento, existe una comparación entre los dos escritores que son Darley y Pursewarden.
Pursewarden será reconocido incluso por Darley como un artista extraordinario. Finalmente Pursewarden acabará con su vida. Darley es más inexperto y necesita un largo proceso de maduración pero será el testigo y narrador del cierre de esta historia.
“Advertía también que la verdadera ficción no se encontraba en las páginas de Arnauti, ni en las de Pursewarden, ni tampoco en las mías. La vida era la ficción; y todos intentábamos expresarla a través de diferentes lenguajes, de interpretaciones distintas, acordes con la naturalez propia y el genio de cada uno.”
“Éramos tres escritores –podía verlo ahora– entregados a una ciudad mítica que debía afirmar nuestra condición. Arnauti, Pursewarden, Darley: ¡tiempo Pasado, Presente y Futuro! Y en mi vida (¡el torrente fluía sin cesar desde el flanco herido del Tiempo!) las tres muheres que también se habían prestado a conjugar los tiempos del gran verbo: Melissa, Justine, Clea.
      Al final de la obra Clea escribe a Darley:
“[…] ¡Ah!, empieza a cansarse esta mano milagrosa, quiero alcanzar el correo nocturno con esta carte. Tengo un sinfín de cosas que atender antes de empezar con la tediosa tarea de preparar maletas. En cuanto a ti, oh sabio, tengo la sensación de que acaso tú también hayas curzado el umbral y hayas penetrado en el reino de tu imaginación, para poseerlo de una vez y para siempte. Escríbemelo y deme, o resérvalo para un café a la sombra de un castaño, en un otoño ahumado, junto al Sena. “Aguardo, serena y dichosa, convertida en auténtica criatura humana, en una artista por fin. Clea.”
      Darley:
“Había tardado tanto tiempo en formarse en mi interior aquella preciosa imagen, que me sorprendió tanto como a ella. Llegó en un día azul, en forma insospechada, imprevisible y con cuánta increíble sencillez. Hasta entonces yo había sido como una muchacha tímida, atemorizada ante el nacimiento de su primer hijo.” 

“Sí, un día me encontré escribiendo con dedos temblorosos las cuatro palabras (¡cuatro letras!, ¡cuatro rostros!) con las que todo artista desde que el mundo es mundo ha ofrecido su escueto mensaje a sus congéneres. Las palabras que presagian simplemente la vieja historia de un artista maduro. Escribí: “Érase que se era…”  Y sentí que el Universo entero me daba un abrazo.”
30 de junio de 2015

La Cripta de los Capuchinos – Breve apunte



        La Cripta de los Capuchinos es una novela de Joseph Roth ambientada en el entorno de la Gran Guerra. 
        El autor narra una parte de la historia de la familia Trotta que en esta novela está representada por Francisco Fernando descendiente del héroe de la batalla de Solferino. Este antepasado salvó al emperador de una muerte segura y por sus méritos recibió el título de barón. A consecuencia de este acto heroico, los Trotta pasaron de ser agricultores eslovenos a nobles en la corte del emperador . 
        Francisco Fernando es un descendiente indirecto y lejano de aquel Trotta heroico, por lo que no siente el peso de la responsabilidad del título nobiliario, como les había sucedido a otros familiares suyos descendientes directos del héroe y de cuya historia tenemos noticia gracias a otra obra de Roth: La Marcha Radetzky.


        La novela está dividida en dos partes claramente separadas en un antes y un después de la guerra. En la primera parte se adivina una cierta esperanza ante la guerra como revulsivo hacia un mundo mejor. Pero, en la segunda, el cambio da como resultado un mundo decadente sin perspectivas de solución.
        En la primera parte Francisco Fernando, protagonista de esta historia, es un Joven despreocupado que vive de rentas  gracias a la fortuna heredada de su padre. Está rodeado del ambiente aristocrático y adinerado de la Viena de los años previos a la Gran Guerra. 
        Un día entra en contacto  con un primo suyo, Joseph Branco, campesino esloveno que viaja por todo el imperio vendiendo castañas. A través de este primo conocerá a un cochero Judío, Manes Reisiger. 
        Los tres hombres establecerán una curiosa amistad que llegará a ser tan importante como para que en el momento decisivo del comienzo de la guerra y al incorporarse a filas, Francisco Fernando prefiere solicitar el traslado al regimiento de Galitzia, en que han sido alistados sus dos amigos: su primo y Manes Reisiger, que continuar con su habitual circulo de amigos.
En realidad mi intención era olvidar a Isabel, a mi madre y a mis amigos vieneses, y embarcarme, lo más rápidamente posible, en la primera estación camino de la muerte es decir, en el grupo de reserva de la zona Zloczow. Un afecto muy profundo me unía a mi primo Joseph Branco y a su amigo el cochero Manes Reisiger, y con la proximidad de la muerte mis sentimientos se volvían más puros y honrados; era lo mismo que sucede a veces ante una enfermedad grave cuando, de repente, nuestro conocimiento se have más agudo y nuestras perspectivas más lúcidas, de forma que, a pesar del miedo la angustia, y el agobiante presentimiento del dolor, experimentamos una orgullosa satisfacción: la de haber conocido por fin la felicidad que se experimenta mediante el sufrimiento y la serenidad del que sabe por adelantado el precio de esa felicidad”.
        Tras aquella sensación de ociosa decadencia, Francisco Fernando cree poder encontrar en el aquel cambio, por duro que resulte, la felicidad.
No sabíamos si presentíamos la muerte o esperábamos la vida. Para mí y para la gente como yo, fueron aquéllas las hora más intensas de nuestra vida” 
        En realidad, en esta obra no encontramos ningún capítulo bélico. ya que lo que podría haber sido narración bélica termina de una manera rápida  con los tres amigos apresados por los rusos y trasladados a Siberia. Allí será donde los tres amigos se separarán, Branco y Reisiger vuelven a su patria huyendo de los rusos y Trotta volverá a Viena en 1918 dónde piensa recuperar su vida. Es en este punto donde comienza la segunda parte de la novela. 
        Roth en ningún momento narra la crudeza de la guerra. No es una novela de acciones bélicas. Es una novela de sentimientos, de desorientación y desolación ante la decadencia del imperio.

        En la segunda parte de la novela, Trotta regresa de la guerra a una Viena decadente en la que se encuentra absolutamente desorientado. Aunque a su regreso aun conserva alguna esperanza de poder desarrollar una vida que finalmente no llegará.
Todavía no había sentido el miedo a la nueva vida que me esperaba. Como se dice ahora: todavía no la había asumido. Estaba más ocupado con los pequeños asuntos cotidianos que tenía que resolver y me salían al paso en cierto modo era como un hombre que se ve ante una escalera muy empinada que está obligado a subir y cuyo primer peldaño es el más peligroso.”
        Incluso la relación con Isabel, que se convierte en su esposa en el momento en el que Francisco Fernando debe marcharse a la guerra, da un giro total. 
        Antes de la guerra el amor por Isabel era un amor platónico para Francisco Fernando. Cuando termina la guerra querrá recuperar su vida y realizar una vida familiar con su mujer que en un primer momento resultará imposible. Isabel se encontrará inmersa en una difícil relación, llena de contradicciones, con una diseñadora. Su suegro había emprendido un “extraño” negocio de diseño junto a su hija.
Yo era un extraño, peor todavía que un extraño, porque la estancia me era muy familiar, el empapelado de la pared era amigo mío, y también la ventana, el techo ennegrecido por el humo de los cigarros, la gran estufa verde de azulejos y el florero de la loza ribeteado de azul con las flores marchitas que estaba en el alféizar de la ventana; pero me servían extraños y con extraños estaba sentado a la mesa. No entendía su conversación.
        Más adelante verá realizado su deseo de vivir con su mujer, pero en aquel mundo decadente finalmente esta relación será también imposible.
        La novela está llena de melancolía de un mundo en descomposición que se vuelve más acusada según avanza la narración, para desembocar finalmente en una melancolía de un mundo desaparecido. Los personajes, particularmente, los de clase social elevada se encuentran absolutamente desorientados y no les queda más opción que resignarse y adaptarse a los nuevos tiempos.
        Joseph Roth  conforma su narración de la historia de la familia Trotta, tanto en  La marcha Radetzky, como en La Cripta de los Capuchinos, paralelamente a la historia del esplendor y decadencia del emperador. Nos cuenta del devenir de la historia con la ayuda de la familia Trotta, de sus sucesivas generaciones. Los Trotta comienzan su declive con la Primera Guerra Mundial, al igual que el emperador Francisco José y terminan con el último Trotta cuando el imperio se desmorona.
        Por esto no podemos decir que La Cripta de los Capuchinos sea realmente una novela histórica, pero sí una novela testimonio de la historia, a través de unos personajes ficticios. 
        La novela está cargada además de ironía y sarcasmo. La obra contiene una nostalgia e idealización del mundo pasado.
        Roth se nos muestra en esta obra como un fino observador de la realidad que le rodea y que plasma en su obra por medio de minuciosas descripciones.
        Al final de la novela Roth quiere unir el símbolo real de la decadencia Austrohúngara, La Cripta de los Capuchinos de Viena, donde se encuentran enterados los emperadores, con el fin de la familia Trotta en la ficción.
        Francisco Fernando Trotta, primo de Carl Joseph Trotta que termina también con el ciclo familiar en La marcha Radetzky, es el protagonista y narrador en primera persona de La Cripta de los Capuchinos.


Yo iba por calles vacías con un pero extraño decidido a seguirme. ¿A dónde?, yo lo sabía menos que él. 
La Cripta de los Capuchinos, donde reposaban mis emperadores en sarcófagos de piedra, estaba cerrada. El hermano capuchino me salió al encuentro y me preguntó: –¿Qué desea usted?  –Quiero visitar la tumba de mi emperador Francisco José –le contesté.  –¡Que Dios le bendiga! –dijo el hermano bendiciéndome con su crucifijo.

“Y ahora, ¿a dónde puedo ir yo, un Trotta?”.
(Pilar Aguilar)
12 de abril de 2015

El malogrado – Breve apunte

El malogrado es una novela escrita por Thomas Bernhard en 1983, casi al final de sus días.
Esta novela trata de temas ya recurrentes en la obra de Thomas Bernhard. En realidad, podríamos decir que en todas las obras de Thomas Bernhard está todo Thomas Bernhard. 
En esta novela el tema principal contempla los problemas de la vida del artista. ¿Tener un don puede ser una enfermedad?.  El que tiene un don extraordinario quiere alcanzar la perfección y para ello sufre y el que no lo tiene sufre porque otro sí lo tiene y envidia a la persona que sí lo tiene. 
El que tiene un don extraordinario enferma, precisamente, por tener ese don y el que no lo tiene enferma por no poder conseguir lo que quiere.
En esta novela el don lo tiene Glenn Gould que termina muriendo, por desgaste y extenuación, encima del piano.  Por otra parte, el malogrado, es decir, Wertheimer, termina suicidándose, precisamente, por no tener esa virtud y ser consciente de sus limitaciones.
La novela comenzará con la llegada del narrador a Austria para asistir al entierro y visitar el pabellón de caza de su amigo Wertheimer. El suicidio de Wertheimer es el punto de partida desde el que el narrador desarrollará un soliloquio en el que realizará una interesante y profunda reflexión sobre la vida y la muerte de las personas que dedican su vida al arte. 
¿Cómo se puede conservar la amistad  sin que surja la envidia entre dos compañeros, de los que uno es virtuoso y el otro no?. 
¿Cómo será el artista capaz de medir hasta donde puede llegar en su afán de superación por alcanzar la perfección en el arte?.
¿Cómo puede superar un artista el fracaso y encauzar o no la vida por otro camino?. “Si no hubiera conocido a Glenn Gould, probablemente no habría renunciado a tocar el piano y me habría convertido en un virtuoso del piano y quizá, incluso, en uno de los mejores virtuosos del piano del mundo, pensé en el mesón”, “ Glenn nos hizo imposible el virtuosismo pianístico ya en un momento en que los dos creíamos aún firmemente en nuestro virtuosismo pianístico”.
Otro factor importante sobre el que Bernhard reflexiona en esta obra es la relación con el público que mantiene el interprete de piano: “Por lo que a mí se refiere, toqué todavía una cuantas veces en Graz y Linz, y también una vez en Coblenza del Rhin, por mediación de una compañera de estudios, y lo dejé luego totalmente. No me producía ya placer tocar el piano, y no tenía la intención de tener que recibir toda la vida la aprobación del público que entretanto y, según me parecía de forma totalmente natural de la noche a la mañana, se me había vuelto completamente indiferente. 
A Wertheimer, sin embargo, ese público no le resultaba en absoluto indiferente Ppadecía una necesidad ininterrumpida de aprobación artística, al igual que también Glenn, y Glenn consiguió precisamente lo que Wertheimer sólo había soñado siempre, pensé”. “Durante años tocó para sí y, con ello, no consiguió sino más o menos, una mortificación musical, pensé”.
En cuanto a la forma esta obra, como en casi todos los textos de Bernhard, tiene la peculiaridad de estructurar sus textos utilizando el menor número de párrafos posibles que le imprimen una fluidez que de otra manera no sería posible.
Esta obra está escrita en cuatro párrafos. tres de estos párrafos están escritos, de forma breve, al inicio de la novela,  para ofrecer como pinceladas, una mínima información para centrar al lector en la historia. El resto de la obra lo conforma el cuarto párrafo, ocupando casi todo el texto. 
La obra está escrita en primera persona por un narrador que participa de la historia. En la obra se verbalizan los pensamientos del narrador  y para ello utiliza constantemente expresiones como: decía, pensé; dijo, pensé; me dije; etc. Estas expresiones las utiliza el narrador para proporcionar una intensidad y un ritmo al texto. 
En los momentos más intensos de su recuerdo por Wertheimer es cuando más frecuente se hace el uso, casi en cada oración, de las expresiones: decía, pensé, etc. Casi confiriéndole al texto un ritmo musical y un énfasis obsesivo. 
Los protagonistas son tres amigos: Glenn Gould, Wertheimer y el narrador, del que nunca llegaremos a saber su nombre. 
El autor diserta sobre las diferencias existente entre el abandono de la carrera pianística de Wertheimer y la del narrador: “En seguida, sin embargo, me dije a mí mismo un no decidido, porque yo odiaba desde el principio el virtuosismo con sus fenómenos concomitantes, odiaba sobre todo presentarme ente la multitud y odiaba más que nada los aplausos, no los soportaba; durante mucho tiempo no supe si no soportaba el aire viciado de las salas de conciertos o los aplausos o ninguna de las dos cosas, hasta que me resultó evidente que no podía soportar el virtuosismo en sí y, sobre todo, el virtuosismo pianístico”, “Yo mismo había intentado, ya pronto y mucho antes que Glenn Gould, tocar las Variaciones Goldberg, nunca había tenido miedo de ellas, a diferencia de Wertheimer, que, por decirlo así, había aplazado siempre para más adelante las Variaciones Goldberg, pensé, esa falta de coraje ante una obra tan inmensa como las Variaciones Goldberg no la había tenido yo nunca, jamas había sufrido por esa falta de coraje… Wertheimer fue siempre el tipo más pusilánime, totalmente inepto ya por esa razón agravante para esa carrera de virtuoso, y más aún con el piano para el que se necesita una intrepidez radical hacia todo y hacia todos, pensé.
El problema añadido que tenía Wertheimer era según el narrador, que a este le gustaba su propia infelicidad: “Posiblemente tengamos que partir de la base de que las que se llaman personas infelices no existen en absoluto, pensé, porque la verdad es que a la mayoría las hacemos infelices sólo porque les quitamos su infelicidad. Wertheimer tenía miedo de perder su infelicidad, y se mató por esa razón”. “En definitiva, estaba enamorado de su fracaso, si es que no chiflado incluso, pensé. Se había obstinado en ese fracaso hasta el fin. Realmente podía decir, en efecto, que sin duda era infeliz en su infelicidad, pero hubiera sido todavía más infeliz si de la noche a la mañana hubiera perdido su infelicidad, si se le hubiera privado de ella en un momento, lo que sería a su vez una prueba de que, en el fondo, no fue en absoluto infeliz, sino feliz, aunque sólo fuera a causa de su infelicidad y con ella, pensé”
El texto carece prácticamente de diálogos y si existen están expresados de forma indirecta introducidos por verbos de habla. Sólo, en algunas ocasiones esporádicas en las que el narrador habla con la patrona del mesón y también ya casi al final de la obra, cuando el narrador habla con Franz, el trabajador forestal del pabellón de caza de los Wertheimer.
En esta novela hay que destacar también, la mezcla de realidad y ficción, así como la utilización en historias ficticias de personajes reales como Glenn Gould o Horowitz e incluso podríamos incluir al propio Thomas Bernhard como personaje en esta ficción. En este caso podría confundirse con el narrador.

La historia que nos cuenta Bernhard sobre Glen Gold es absolutamente ficticia en cuanto a los datos históricos. 


Glenn Gold fue realmente un pianista canadiense que nació en Toronto el  25 de septiembre de 1932 y murió el 4 de octubre de 1982. Glenn Gould ha sido reconocido como uno de los mejores interpretes de las Variaciones Goldberg de Bach y de la obra para piano de Arnold Schönberg.

En relación a nuestra obra “El malogrado” podemos afirmar que Gould nunca estudió en el Mozarteum de Salzburgo. No tenemos ni siquiera constancia de que en algún momento de su vida visitara Austria. Incluso parece ser que no estaba de acuerdo con la concepción musical de Horowitz. 

Lo cierto es que Glenn Gold dedicó toda su vida al piano y que su único objetivo era superarse para intentar llegar a la perfección pero sin contar con el público. 

La realidad es que el público no le interesaba y para alcanzar esa perfección, utilizaba una sala de grabación donde podía grabar y comparar las obras que tocaba, naturalmente sin público.

Glenn Gold estudió toda su carrera musical en Canadá y su principal maestro fue Alberto Guerrero, profesor chileno afincado en Canadá. Con lo que no conoció, o al menos nunca fue alumno de Horowitz, que fue un pianista ruso-estadounidense que nació el 1 de octubre de 1903 y murió el 5 de noviembre de 1989, llegando a ser uno de los pianistas más importantes del siglo XX. Pero su técnica era para la concepción que tenía Gold de la técnica pianística demasiado clásica y exagerada, excesivamente teatralizada. 

Por otra parte, no sabemos si al mencionar a Wertheimer se estaba refiriendo a Max Wertheimer. Este fue un psicólogo alemán de origen checo y nacionalizado norteamericano que nació en Praga en abril de 1880 y falleció en Nueva York  en octubre de 1943. Wertheimer fue uno de los fundadores de la psicología de la Gestalt. 

Durante su juventud cursó estudios de violín, compuso música sinfónica y de cámara. Abandonó la música para realizar sus estudios de psicología en la Universidad de Berlín.

En su autobiografía “Mi vida en la música” Daniel Barenboin afirma no compartir la filosofía de Glenn Gould para quien la grabación es la única manera de producir música en el futuro. Baremboin define a su filosofía de la música como un naturalismo para el que la música es sinónimo de vida, y lo que la singulariza es el tiempo, y el tiempo es lo que se pierde y jamás vuelve. El tiempo es lo que se pretende expulsar de una sala de grabación. La música es tiempo y, por lo tanto no repetición, el metrónomo sólo repite la medida. A las notas las sigue el silencio sin el cual no existirían, y la duración del sonido es por eso intermitente, finita, mortal.
27 de marzo de 2015

El viento en los sauces – Breve apunte


       El viento en los sauces es una obra escrita por Keneth Grahame en1908 para su hijo Alistair cuando este tenía cinco años.  Casi podríamos decir que la escribió con la colaboración de su hijo. Este fue el que eligió los protagonistas y el padre fue dándoles forma. 
       Es una novela en la que los protagonistas están representados por animales, aunque con comportamientos y valores humanos. 
       Lo primero que nos llama la atención en esta obra es la ausencia de personajes femeninos. Es una historia de amistad y fidelidad entre personajes, todos, del género masculino, por lo que no existe ningún rasgo de sensualidad. Tampoco encontramos ningún personaje infantil aunque la obra, supuestamente, se escribió para este tipo de público.
       Según declaró el propio autor es una obra: “limpia del conflicto del sexo”.
       En el bosque de esta obra el tiempo parece no pasar ni tener ninguna importancia. Todos viven en un paraíso en el que nadie trabaja ni tiene prisa. 
       Los habitantes de este bosque se dedican a vivir con calma y a disfrutar, dependiendo de la época del año; del río, del bosque o de sus hogares. 


       Las únicas referencias temporales que encontramos son precisamente, las estaciones del año que se describen por medio de las transformaciones que va sufriendo la naturaleza. El autor, además, hace referencia a las migraciones de algunos animales al llegar el frío. 
       En este bosque tampoco existe la muerte, hecho este imposible cuando se trata del reino animal y de la supervivencia de los animales. Todos los animales viven en dulce armonía. 
       Con la desaparición de la cría de nutria y la preocupación de su madre, así como cuando Topo se pierde en el Bosque Salvaje, podemos atisbar algunas situaciones de peligro que tal vez hubiera podido terminar mal. Pero en las dos ocasiones aparece una mano salvadora. 
       En el caso particular de la nutria aparece Pan, dios de la naturaleza, que todo parece arreglarlo para que esta siga manteniendo su armonía.
      




       Los cuatro protagonistas de esta historia no tienen nombres propios sino genéricos, porque representan distintos arquetipos humanos:
       Tejón representa al líder y al sentido común: “El Topo llevaba mucho tiempo queriendo conocer a Tejón. A juzgar por lo que le habían contado debía de ser un personaje muy importante, y aunque apenas se dejaba ver parecía ejercer una velada influencia en todos los habitantes del lugar”. 
       Ratón representa la inteligencia, la generosidad y la tranquilidad: “Así que…esto …es…¡un río! –El río –le corrigió el Ratón. –¿Y vives de verdad junto al río? ¡Qué vida tan estupenda! –Junto a él y con él y sobre él y en él –dijo Ratón–. Para mí es un hermano y una hermana, y tías y compañía, y comida y bebida, y (naturalmente) limpieza. Es mi mundo, y no quiero ningún otro. Lo que no tiene no merece la pena tenerlo, y lo que no sabe no merece la pena saberlo”.
       Topo la tenacidad, la capacidad de disfrutar, la bondad, la sensatez y la valentía: “La primavera bullía en el aire por encima y en la tierra por debajo y alrededor de él, penetrando hasta su oscura y humilde casita con su espíritu de descontento y ansia divinos. No fue nada extraño, pues, que de repente tirara la brocha al suelo dijera ¡Caray! y ¡Qué fastidio! y también ¡Al diablo con la limpieza! y saliera disparado de la casa sin esperar siquiera a ponerse el abrigo. Algo allí arriba le llamaba imperiosamente y se internó por el túnel empinado que en su caso hacía las veces del sendero de gravilla que tienen otros animales cuyas viviendas están más cerca del sol y el aire. Así que cavó y excavó y socavó y escarbó, y luego volvió a escarbar y socavar y excavar y cavar, moviéndo afanosamente las zarpitas y murmurando entre dientes ¡Allá voy, arriba, arriba!, hasta que al fin ¡pop! asomó el hocico al sol y se encontró rodando por la hierba cálida de una gran pradera. ¡Qué bueno es esto!, se dijo”.
       Sapo representa el espíritu aventurero, alocado y caprichoso, incapaz de refrenar sus impulsos que le acaban metiendo en todo tipo de líos. Muchas veces consigue superarlos con su astucia e inteligencia, pero en otras ocasiones le llevan al desastre de donde tienen que sacarle sus amigos: “Siempre es igual, le dé por lo que le dé: siempre termina cansándose y se dedica a algo nuevo. –Y mira que es majo el tío observó pensativamente la Nutria–. Pero no tiene ninguna estabilidad…”. 
Pero por encima de todo, todos los protagonistas tienen como valor principal la amistad y la fidelidad.
       El bosque es un lugar seguro y feliz donde no se puede encontrar ningún peligro. Este se hallará en el Bosque Salvaje, donde hay que tener mucha prudencia, inteligencia y conocimiento del medio para poder sobrevivir. 

A Topo le tienta siempre lo desconocido y un día se aventura a traspasar los límites del bosque seguro y entra en el Bosque Salvaje. Si no hubiera llegado a rescatarle Ratón, no sabriamos como hubiera terminado la aventura: “Topo seguía teniendo demasiado tiempo libre…, decidió ir por su cuenta a explorar el Bosque Salvaje… . Hacia una tarde fría y sin viento, con un cielo color de acero, cuando salió furtivamente del caldeado salón al aire libe. el campo se extendía desnudo y sin una solo hoja a su alrededor, y pensó que su vista nunca había penetrado tan lejos ni tan íntimamente en las entrañas de las cosas como aquella tarde de invierno, cuando la Naturaleza estaba profundamente sumida en su sueño anual y parecía haberse despojado de sus vestiduras”.
       Podríamos decir que en esta obra encontramos dos personajes más apegados a su vida tranquila como son Ratón y Tejón y dos héroes de aventura como Topo, un héroe de pequeñas aventuras y Sapo, el héroe de la gran aventura.
       Topo rompe con su vida anterior saliendo de su túnel para conocer la primavera y decide no regresar nunca a vivir bajo tierra, aunque lo añore en algunas ocasiones. 
       Topo intentará también su aventura al Bosque Salvaje pero después de cómo transcurre esta, no deseará volver a intentarlo. 
       El gran aventurero es Sapo, que se nos presenta como el héroe de la Odisea. Incluso el autor titula el último capítulo “El regreso de Ulises”. 
       Sapo vive una aventura al igual que Ulises y tiene que hacer mil peripecias para conseguir finalmente llegar a Itaca/Bosque. Al llegar a su casa los dos héroes se encuentran la casa ocupada y a los ocupantes celebrando una fiesta. Los dos se ven apoyados por sus amigos que lamentablemente son muchos menos que los invasores por lo que se ven obligados a trazar un plan para poder recuperar la casa. Pero finalmente, tanto Ulises como Sapo, lo consiguen gracias a la inteligencia y el apoyo de sus amigos.
       El viento en los sauces está estructurado en 12 capítulos, narrados en tercera persona por un narrador omnisciente. La mayoría de los capítulos pueden considerarse cuentos independientes aunque ligados por elementos comunes hasta llegar a los últimos capítulos, en los que Grahame narra la aventura de Sapo.
       El capítulo que sorprende por su diferencia con los demás es el siete. En él aparece una figura femenina con sus hijos, la preocupación por la posible perdida del hijo, la idea del tiempo, la aparición de un dios de la naturaleza protector y un gran lirismo.
       El lenguaje es aparentemente sencillo aunque no debemos pasar por alto las numerosas ocasiones en las que la narración ofrece una doble intención. 
       La novela está cargada de lirismo y musicalidad en el lenguaje, especialmente en los capítulos “La orilla del río”  y “El flautista a las puertas del alba”. Esta obra podemos decir que mantiene un cuidado nivel literario. Ofrece un léxico variado y muy preciso principalmente en las descripciones en las que Grahame se recrea en la riqueza natural de la campiña inglesa. También debemos reseñar los numerosos diálogos que ayudan a agilizar su prosa.
       Los temas fundamentales que se plantean en la novela son además de la amistad y la fidelidad, otras cuestiones de importancia como  tomar la decisión de vivir en un ambiente habitual, una vida más monótona, segura y libre de sobresaltos o emprender una aventura en busca de una vida más insegura pero menos rutinaria y no sabemos si mejor, pero , desde luego, más emocionante. 
       El autor plantea que vivir una aventura está bien, si es lo que se decide, pero no se podrá alcanzar la felicidad sin los recuerdos y renunciando a los propios orígenes: “¡Su casa! Eso es lo que querían decir aquellas llamadas acariciadoras, aquellos hálitos suaves que flotaban en el aire, aquellas manitas invisibles que tiraban de él y le empujaban siempre en la misma dirección. ¡Y debía de estar cerca en aquel momento, su vieja casa que había abandonado precipitadamente el día en que descubrió el río, y a la que nunca había regresado! Ahora enviaba sus exploradores y sus mensajeros para atraparle y hacerle volver. No había vuelto a pensar en ella desde la mañana radiante que en que escapó, absorto como había estado en su nueva vida, en todos sus placeres, sus sorpresas, sus nuevas y cautivadoras experiencias. ¡Y ahora surgía claramente ante él en la oscuridad, irrumpiendo con un tropel de recuerdos! Sin duda era un tanto pobretona, pequeña y mal amueblada, pera era la suya, la casa que él mismo había construido, a al que tanto le gustaba volver tras un día de trabajo…”
       Asimismo, trata el tema de la posibilidad de alcanzar la felicidad por medio de una vida plácida y sencilla, sabiendo aceptar y disfrutar las circunstancias y valorando lo que tiene cada uno. (Pilar Aguilar)
18 de febrero de 2015

Los papeles de Aspern – Breve apunte


Henry James (1843 – 1916) fue un escritor nacido en Nueva York  pero con una vida estrechamente ligada al continente europeo. La familia de James vivía en una situación muy acomodada y ya siendo muy joven sus padres decidieron enviar a sus hijos a los mejores colegios europeos de París y Londres.   


Finalmente, trás muchos viajes de ida y vuelta entre los dos continentes, América y Europa, James decide a la edad de 3o años instalarse definitivamente en Europa. 


En aquel momento, el escritor, pensaba que la sociedad de su país no estaba lo suficientemente madura como para constituir la base para la creación de sus personajes. La vida en Londres le permitió observar los entresijos de la sociedad inglesa y esto le sirvió de fuente de inspiración fundamental para sus obras.


“Los papeles de Aspern” fue una obra publicada por entregas en 1888, en ella James nos narra la historia de un editor y escritor  americano que llega a Venecia con la intención de conseguir las cartas que el poeta Jeffrey Aspern había escrito a su amante, Juliana Bordereau. 

Anteriormente otro colega, John Cumnor, había intentado conseguir estas mismas cartas de forma infructuosa, a causa de la total oposición de las señoritas Bordereau, incluso, a reconocer la existencia de las mismas. Por este motivo el editor americano tiene que idear un plan, sutil, para poder acercarse a ellas y ganarse su confianza de manera sutil. Aunque es realmente mistress Prest quien urde el plan: “La única idea fecunda en todo el asunto surgió de los labios amigos de mistress Prest, a la cual había confiado el secreto. Ella fue quien urdió la estratagema y aflojó el nudo gordiano”. Y de esta forma, con un nombre falso, consigue entrar como inquilino en el palazzo de las Borderau. Finalmente, a pesar de haberse ganado la confianza de la señorita Tina, sobrina de Juliana Bordereau, no conseguirá su objetivo.

“Los papeles de Aspern”, es una novela corta basada en una anécdota que sucedió, no en Venecia sino en Florencia, a Claire Clairmont, una anciana que había sido amante de Lord Byron y amiga íntima de Shelley de la que se aseguraba que guardaba numerosas cartas de los poeta y que fue víctima del intento de robo de las mismas por parte de un de un americano, natural de Boston. 



La historia es prácticamente la misma, aunque trasladada a Venecia lo que le confiere un ambiente muy particular que ayudará a crear los tres personajes principales de la obra y con lo que James conseguirá darles un perfil psicológico muy definido a cada uno.


Además, algunos aseguran, que James había vivido en Venecia una historia muy particular por la que se habría visto influido a la hora de ambientar la obra, así como en la formación de algunos de los rasgos personales de cada uno de los tres personajes principales de “Los papeles de Aspern”.


En 1894, la novelista que pertenecía al grupo de exiliados americanos que James frecuentaba en Italia, Constance Fenimore Woolson, se suicidó en Venecia.  Algunos creen que la causa de este suicidio fue que estaba enamorada de James, cuya tendencia sexual fue siempre misteriosa e indefinida, y que por lo tanto se trataba de un amor imposible. 


Cuando James se entera de este suceso viaja a Venecia y, a petición de la familia de la fallecida, se hace cargo de solucionar todos sus asuntos. 



Lo primero que hizo, siguiendo su idea sobre las cartas personales de los escritores, fue quemar todas las cartas que él le había enviado y que quizá podrían habernos desvelado la realidad de su relación. Después, para deshacerse de su ropa salió en góndola al Gran Canal llevando todos sus vestidos y los fue lanzando al agua en una escena absolutamente teatral como si la ciudad no fuera real sino un grandioso escenario en el que los vestidos quedaron flotando en el agua como fantasmas de aquella mujer muerta por amor.


Estos hechos, junto con la impresión causada por la ciudad de Venecia en este autor de gran capacidad de observación, marcaron la pauta que fructificó en esta obra y en otras obras de James ambientadas, también, en parte o en su totalidad, en Venecia. No solo se ve influido por el magnifico escenario de la ciudad sino también por el carácter de sus gentes: “El número de venecianos que pasan necesidades es dolorosamente elevado. Pero sería aún más doloroso si no percibiéramos al mismo tiempo que el rico temperamento veneciano florece con un mínimo sustento. La naturaleza ha sido amable con éste, y el sol y el solaz y la conversación y las bellas vistas constituyen la mayor parte de su sustento. Hacen falta muchas cosas para producir un norteamericano satisfecho, pero hacer a un veneciano feliz sólo requiere un puñado de sensibilidad despierta.” “ …si el grado de civilización de una sociedad se mide por el número de necesidades, tal como parece ser la opinión extendida hoy en día, cabe temer que los chicos de la laguna no salgan bien parados en la comparación.


En cuanto a los personajes, podemos decir que en esta novela corta James ha conseguido construir tres personajes perfectamente definidos y completamente diferentes en su personalidad. Están llenos de profundidad y realizados con sencillez pero no de forma superficial. 


Estos personajes son: el editor y escritor americano, la anciana Juliana Bordereau y su sobrina Tina. 


El personaje del escritor y editor americano coincide con el narrador. “Los papeles de Aspern” es una obra escrita en primera persona. A lo largo de la historia no sabemos prácticamente nada de la vida del narrador, ni siquiera su nombre ni nada acerca de su aspecto físico. 


El autor utiliza hábiles trucos para que el personaje del narrador permanezca en el anonimato: “–De todos modos– comentó mistress Prest–, tendrá usted que presentarse con un nombre falso. …”, “ –Ya he pensado en ello –repuse, y saqué de mi cartera una tarjeta sobre la cual estaba impreso un nom de guerre bien elegido.”


Como narrador podemos decir que el personaje permanece casi apartado de la acción y se dedica a observar el mundo que le rodea tanto en el palacio como las pocas descripciones que tenemos de la ciudad de Venecia.


Este narrador toma ante su vida el mismo papel que James, al que podríamos calificar  más como observador que como actor de su vida, a pesar de su intensa vida social.


La señorita Bordereau es un personaje romántico y al mismo tiempo, contradictoriamente, muy pragmático, apartado del mundo y encerrado en un palacio decadente.  La anciana parece querer ocultar un pasado misterioso, que en realidad, resulta misterioso por su afán de ocultar su pasado junto a Jeffrey Aspern. Bajo cualquier concepto, la anciana quiere preservar su intimidad y guardar para ella los recuerdos de su vida pasada. Realmente aquí el personaje concuerda con la idea de James en cuanto a la intimidad de los escritores y la privacidad de su correspondencia que nunca debería ver la luz. 


El personaje de la señorita Bordereau se nos presenta como autoritario y manipulador, manteniendo a su sobrina Tina completamente bajo control. 


La sobrina resulta un personaje que encierra cierta ambigüedad, en ocasiones parece un personaje reprimido pero en otras su conformismo parece resultarle más cómodo. 


Durante el desenlace de la historia su ambigüedad es tal que no sabemos, a ciencia cierta, si se ha enamorado del escritor extranjero o por el contrario parece pedirle que se case con ella por interés, ya que al fallecer su tía se quedada en completa soledad.  


Los demás personajes son secundarios, tanto el sirviente como la muchacha pelirroja que atiende a las señoritas Bordereau, como  la amiga Mistress Prest.


La obra consiste en un juego de intereses en los que finalmente no somos capaces de distinguir quien se esta aprovechando de la situación. Ninguna de las dos o tres partes es sincera. Cada parte tiene su motivación para entrar en el juego.


Lo que no sabemos exactamente es quien gana. Al final de la obra nos parece que todos pierden. Quizá la única ganadora podría ser la anciana señorita Bordereau, que incluso después de su muerte consigue controlar sus cartas de amor y se cumple su deseo de que estas no vean la luz, coincidiendo esta idea con la idea de James, que ya hemos mencionado anteriormente.


James utiliza la técnica del punto de vista en la narración de sus obras. Esto le facilita la profundización en el análisis psicológico de sus personajes. En esta técnica está el origen del stream of consciousness, experimentado por Virginia Woolf o Joyce.

El lugar en el que transcurre la acción es, como ya hemos dicho, Venecia, que le da un aire entre agradable y decadente con algo misterioso y fantasmagórico, factores estos muy recurrentes en la obra de James.






En cuanto al tiempo es lineal, sin saltos en el tiempo. 


El jardín nos sirve de medida para calcular el tiempo en el que transcurre la obra. El jardín irá evolucionando con la propia historia. Primero hay que arreglarlo y después plantar y esperar a que florezca, lo que finalmente ocurre, exactamente al contrario que el anhelo de nuestro protagonista americano que finalmente se ve frustrado y su objetivo no florece, no obtiene el resultado deseado.


El lenguaje es sencillo pero preciso y no por ello superficial. Utiliza frases largas y muy descriptivas.   La acción resulta muy vívida gracias a los numerosos diálogos entre sus personajes y las reflexiones del narrador.


la obra nos plantea las preguntas: ¿hasta donde es lícito llegar por interés? ¿el fin justifica los medios? ¿hasta donde debe llegar la privacidad de las personajes públicos?¿Qué debe hacerse con el legado escrito pero personal de los escritores que resultan de interés general? (Pilar Aguilar)





21 de enero de 2015

Nocturno de primavera – Breve apunte



      Podríamos decir que lo más relevante en Pla y en su obra es su gran capacidad para observar, así como para saber entender y contar lo observado. Como el mismo decía: “La manifestación más luminosa de la consciencia, no es quizá pensar, ni siquiera recordar, sino contar. Contar es Comprender”.

      Por eso, podemos decir que en Pla la escritura es más que un oficio una necesidad que le ayuda a comprender la realidad y a comprenderse.

      La imagen que ofrece Pla al público, casi siempre con su boina, no es reflejo de su sencillez sino una manera de expresar sus principios. Aunque no debemos engañarnos. Pla ha sido uno de los escritores mejor formados de su época. Lo que quería expresar con su boina era su absoluto rechazo a la ampulosidad. Pla pensaba que las obras debían ser sencillas e inteligibles para todo el mundo.

      En su juventud viajó sin descanso para hacer llegar las crónicas a sus lectores. En aquella época se relacionaba con las personas más relevantes del momento, tanto del ámbito político como del intelectual y artístico. 

      Estos viajes le sirvieron para ampliar su inteligencia y perder el localismo, pues siempre le pareció mucho más importante e interesante el viaje interior tanto social como individual.

      Pla confería mucha importancia a las raíces, a lo auténtico: “Hay un número creciente de personas, generalmente de poca solidez de entendederas, que abandonan sus tierras para ser empleados, vivir en un piso, ir al cine, gozar del espectáculo de ver pasar los tranvías y eliminar de su existencia todo riesgo o sorpresa, excepto, claro está, el riesgo de la miseria indefectible, grisácea, definitiva”.

      Por eso, Pla permaneció, sobre todo al final de su vida, en Mas Pla, su casa asentada en Palafrugell.
Para Pla todas las cosas importantes de la vida son lentas: “–pienso– todas las cosas esenciales de la vida son lentísimas. Las guerras han sido siempre largas. Las hambres endémicas. La formación moral e intelectual de un hombre o de una mujer requieren cuidados persistentes. Llegar a dominar un instrumento o una herramienta cualquiera, es cosa de larga paciencia. Los antiguos decían, comprensivamente: ars longa, vita brevis. ¿Y el amor?. ¿Y el ritmo de las cosechas?. ¿Y la cocina?. Todo lento, lentísimo”.

      “Nocturno de primavera” es una de las pocas novelas escritas por Pla, pero en la que está incluido lo mejor de su narrativa. Aunque la novela no está estructurada en capítulos, podríamos dividirla en cuatro partes. 

      La primera parte, comienza con la llegada del doctor Torrent a la fiesta que celebra el matrimonio Poch con motivo del compromiso de su hija. Una segunda parte, que es la más extensa, en la que los personajes van llegando de forma paulatina a la fiesta. En la tercera parte es donde aparece el punto discordante del acontecimiento social que nos narra Pla, con la aparición en escena del hermano de Don Tomás Poch. 

      Finalmente, está el desenlace de la historia, donde Pla nos cuenta la apresurada salida de los invitados, asustados por la irrupción de aquel hombre “diferente” que se sitúa en medio del salón.

      En cuanto al lenguaje, unas veces utiliza oraciones incompletas, como las que se utilizan en el lenguaje cotidiano y otras son muy largas y llenas de adjetivos, que le confieren un aire absolutamente poético.

      En Pla existe siempre la dualidad entre el lenguaje refinado y las apreciaciones filosóficas y un lenguaje más popular con expresiones, también, populares que le confieren una especial claridad y amenidad.

      A primera vista, puede ser que la prosa de Pla nos parezca lineal y plana pero no es así. No debemos confundir facilidad de lectura con falta de cuidado o detalle en la escritura. Pla presta una especial atención al uso de las conjunciones y los artículos que dan a su prosa un estilo ágil, ameno y, especialmente, muy directo. La manera de escribir de Pla, viene condicionada por su oficio como periodista.

      Las descripciones de Pla resultan de gran precisión. Para conseguir esta descripción tan detallada, recurre en muchas ocasiones a la acumulación de sintagmas preposicionales que contienen complementos del nombre y numerosos adjetivos, casi siempre dos o tres en cada oración, así como abundancia de oraciones copulativas. con lo que consigue precisar hasta el último detalle del objeto o la persona descrita.

      Pla busca en los objetos de la vida cotidiana, el detalle en su máximo exponente. Busca la descripción perfecta y por eso su escritura se detiene tanto en cada detalle del escenario y de los actores que protagonizan sus relatos. 

      También, podemos observar que el uso de adverbios es escaso. Su afán de precisión no lo realiza graduando el adjetivo con un adverbio, sino con la propia graduación del adjetivo; usando diminutivos, aumentativos o superlativos. 

      La novela está escrita en tercera persona, a través de un narrador omnisciente. En diversas ocasiones se nos presenta la narración de tal manera que podríamos tener la sensación de que estamos viviendo el momento desde el punto de vista del doctor Torrent y momentáneamente de algunos otros personajes.

      Pla sigue, para su narración en “Nocturno de Primavera”, la idea que Picasso tuvo para realizar sus ‘Señoritas de Avignon’. Picasso quería ver los objetos desde todos los puntos de vista posibles. Ese mismo objetivo tiene Pla en esta obra. Nos plantea una situación, en la celebración de la fiesta, desde numerosos puntos de vista. 

      De hecho, Pla hablaba de su literatura como un “literatura de observación frente a la imaginación”. Aunque en toda su obra quedará patente el intercambio fluido entre observación e imaginación.

      Pla utiliza al doctor Torrent como punto de apoyo y en algunos casos como moderador de la situación aunque realmente, en el momento crucial, no será capaz de frenar la tempestad que desencadena el hermano del banquero. Este será el detonante que terminará con la fiesta y que causará un pánico desmedido en la mayoría de los invitados, con su sola presencia. 

      Esta situación, como tantas otras en la novela, resultará humorística. Solo, el hecho de aparecer vestido de una manera diferente, extraña para la mayoría, y quedarse parado en el centro del salón, desencadenará toda una serie de reacciones que terminará con la huída de la mayoría de los invitados.

       En “Nocturno de Primavera”, a Pla no le interesa contarnos la historia de cada personaje sino que le interesa contarnos el ambiente que crean esos personajes. Cada uno de ellos tiene una importancia precisa, como elementos de un todo. De tal manera, que somos perfectamente capaces de percibir el ambiente que había en aquel salón. 

      En esta obra, Pla hace una crítica irónica de la sociedad burguesa, en un entorno pequeño y cerrado, como era Vilaplana. Se trata de un municipio burgués con feria, pero que podremos, sin ningún problema, llevarlo al plano universal.

      La fiesta comienza y termina, prácticamente, con el doctor Torrent. Este es el primer invitado en llegar a la fiesta. Posteriormente, y como si fuera una marea que va creciendo poco a poco, van llegando, tranquilamente, el resto de los invitados. 

      El final es bastante más brusco. La mayoría de los asistentes a la fiesta salen de casa  de los Poch de manera apresurada, cuando irrumpe en el salón el elemento discordante con el resto de la sociedad que participaba de ella.

      Será también el doctor Torrent el que cierra la narración al ser el último invitado en abandonar la casa junto con el matrimonio Pibernat.   

     De lo que no tenemos ninguna duda es de que Pla esun escritor realista, cuyo objetivo fundamental es laexactitud. Por este motivo, Pla ha escrito tan pocas novelas. Le interesa más plasmar la realidad en sus escritos. Aunque también le interesa incluir en sus descripciones realistas fragmentos ensayísticos.


19 de enero de 2015

Patrick Modiano – Breve apunte


Patrick Modiano es uno de los escritores más representativos de la novela francesa actual. Su nombre había aparecido durante varios años en las quinielas como candidato al Nobel y ahora, cuando ya nadie lo esperaba, se lo han concedido.

Este premio, ha sido una sorpresa, incluso, para el propio escritor que cuando lo recibió declaraba: “El Nobel ha sido como un desdoblamiento de personalidad, como si se lo hubieran concedido a alguien que se llamaba como yo”

Cuáles han sito los factores determinantes para que a Modiano se le haya concedido el premio Nobel de literatura?

Indiscutiblemente tiene unos valores literarios considerables, como la sencillez absoluta carente de toda ampulosidad innecesaria: “Más bien daba la impresión de que no querían perder el tiempo en detallitos insignificantes y, sobre todo, que evitaban hablar si no tenían nada que decir” El horizonte

El valor de las historias de Modiano, entre otras cosas, consiste en que consigue configurar una historia, a partir de una sería de retazos, muchas veces inconexos, de la memoria y que como todos los recuerdos, no se puede tener la seguridad de que ocurrieran de la manera en que el personaje los recuerda. 

Al principio de cada novela, Modiano nos ofrece una serie de datos con la única conexión aparente, de pertenecer a la memoria de un mismo personaje, con los que Modiano conseguirá formar un cuerpo narrativo consistente.

Asimismo, la forma sencilla de la literatura de Modiano no se puede separar de los valores morales de su fondo y que han conseguido consolidar su valor literario.

Aquí podríamos discutir si la literatura es solo el arte de la palabra y como decía Ortega y Gasset:  “Vida es una cosa, poesía es otra –piensan o, al menos sienten. No los mezclemos. el poeta empieza donde el hombre acaba” en su obra La deshumanización del arte, o bien tomamos la literatura como vehículo de transmisión de valores morales.

Tanto los admiradores de Modiano como sus detractores declaran que siempre escribe una misma novela. Realmente,  Modiano ha realizado una “Comedia humana” de los recuerdos y de una época problemática de París, en la que todos los personajes, forman parte, cada uno con su vida, de una misma obra.

Modiano, que  no tuvo formación universitaria y que desde muy joven (publicó su primera novela con veintitrés años) quiso dedicarse a escribir, se vio influido de una manera decisiva por Raymond Queneau, fundador de Oulipo (grupo de experimentación literaria creado en 1960 formado por escritores y matemáticos franceses que buscan crear nuevas formas de escritura. Intentan unificar las matemáticas y la literatura. Así, conceptos como restricción semántica, fonética, combinatoria, fractal)…, se traerán desde las matemáticas para aplicarse sobre el material propio de la literatura).

Queneau dio clases particulares de geometría a Modiano durante el bachillerato y también en el Liceo Henri-IV de París. Además era amigo de su madre. De ahí surgió una honda amistad que ha durado toda la vida. Queneau apoyó al joven Modiano desde sus inicios como escritor.

Raymond Queneau explicaba a Modiano que el escribía sus obras partiendo de ecuaciones matemáticas.

Quizá podamos encontrar algún indicio matemático en las obras de Modiano.

Modiano parece escribir por necesidad, parece contarnos su propia historia, desear con una autoterapia encontrar su propia identidad: “Inmóvil, con los ojos bien abiertos, me voy despojando del grueso caparazón de escritor inglés bajo el que llevo veinte años escondido. No moverse. Esperar a que finalice el descenso a través del tiempo, como quien salta en paracaídas. Tomar tierra en el Paris de antaño. Visitar las ruinas y rebuscar entre ellas los vestigios de uno mismo. Intentar responder a todas las preguntas que quedaron pendientes” El barrio perdido.

Lo que es indiscutible, es que Modiano ha sido el único novelista de su generación que ha sacado a la luz pasajes de un pasado oscuro de los barrios de París, especialmente durante la ocupación alemana y el gobierno colaboracionista de Vichy. Pasajes de la historia francesa muy desconocidos para la mayoría. En su obra Dora Bruder dice: “Tengo la impresión de ser el único en establecer el vínculo entre el París de aquel tiempo y el de hoy, el único que recuerda todas esas minucias”. “Los policías para asuntos judíos destruyeron todos los ficheros, todos los atestados de los interrogatorios practicados tras las redadas o las detenciones individuales llevadas a cabo en la calle. Si yo no diera fe de ello, no quedaría huella de la presencia de esa desconocida y de la de mi padre en un coche celular en febrero de 1942, en los Campos Elíseos”. “El equipo dedicado a los registros estaba compuesto por siete hombres, siempre los mismos, Y una mujer. Nadie sabía sus nombres. Eran jóvenes y algunos todavía viven. Pero no es posible identificarlos” Dora Bruder

El pasado familiar de Modiano ha sido determinante para que este adquiriera una postura comprometida frente a ciertos pasajes de la historia francesa tomada con valentía. 

Los franceses han aceptado su literatura de una forma calurosa y a diferencia de otros premios Nobel, Modiano es ampliamente conocido y reconocido en su país.

También en España, se habían publicado la mayoría de sus novelas, antes de concedérsele el Nobel, con bastante buena aceptación.

Los temas recurrentes de los que nos habla Modiano en sus obras, además de la Ocupación y la Resistencia, son: el significado de la figura paterna, la búsqueda de la identidad perdida, la juventud perdida sin objetivos que no encuentran una continuidad en la edad presente, un suceso que provoca una ruptura con el pasado que dejo abierto un abismo sobre el que no se ha podido tender ningún puente… 

El pasado está lejano pero al mismo tiempo muy presente: “Siempre había imaginado que podría encontrar en lo hondo de algunos barrios a las personas a quienes había conocido en la juventud, con la edad y el aspecto de antes, Llevaban en ellos una vida paralela, resguardados del tiempo… En los pliegues secretos de aquellos barrios aún vivían Margaret y los demás tal y como eran por entonces. Para llegar a ellos, había que conocer pasadizos secretos que cruzaban por los edificios, calles que parecían a primera vista callejones sin salida y no venían en el plano. En sueños, sabía cómo llegar partiendo de tal estación de metro concreta. Pero, al despertarse, no sentía ya la necesidad de comprobarlo en el París real. O más bien, no se atrevía” El horizonte,  y por supuesto la soledad: “Había leído en alguna parte que un primer encuentro entre dos personas es como una herida leve que ambos notan y que los despierta de su soledad y su embotamiento. Andando el tiempo, cuando pensaba en su primer encuentro con Margaret Le Coz, se decía que no habría podido ocurrir más que de aquella forma: allí, en aquella boca de metro, cuando los lanzaron uno contra otro. Y pensar que cualquier otra tarde, en el mismo lugar, habrían bajado por la misma escalera y habrían cogido el mismo metro sin verse… Pero ¿seguro que habría ocurrido así?” El horizonte.

Para los personajes de Modiano, la búsqueda del pasado es una necesidad. Este encuentro con el pasado no supone para ellos, sólo un reencuentro con los recuerdos, sino que todos tuvieron alguna experiencia que marcó sus vidas y sienten la necesidad de cerrar, si fuera posible, ese pasado que quedó abierto, como un padecimiento latente que ocasionalmente reaparece y que produce una sensación de falta de arraigo a las cosas presentes: “Le entraban mareos al pensar en lo que habría podido ser y no había sido” En el café de la juventud perdida.

Esta falta de arraigo está producida por un comienzo de vida, en el pasado, sin una familia en la que apoyarse y sentirse acogido y orientado. Es como si a los personajes de Modiano el inicio de sus vidas les hubiera robado una brújula, unos cimientos, que proporcionan una infancia feliz en la que sentirse protegido y seguro, tan necesaria en muchas situaciones de la vida adulta: ”Tales fragmentos de recuerdos correspondían a esos años en que las encrucijadas nos salpican la vida y se nos abren tantas veredas que nos vemos en dificultades para decidirnos por una u otra” El horizonte.  
Los personajes de Modiano buscan una identidad perdida: “Cuantos destellos en lo hondo de aquella oscuridad, Unos destellos tan débiles que cerraba los ojos  se concentraba, buscando un detalle evocador que le permitiese reconstruir el conjunto pero no había conjunto, sólo fragmentos, partículas de polvo de estrellas. Le habría gustado sumergirse en esa materia oscura, empalmar uno a uno los hilos rotos, sí, ir hacia atrás para sujetar las sombras y saber más acerca de ellas. Imposible” El horizonte, “ Siempre he creído que hay lugares que son imanes y te atraen si pasas por las inmediaciones. Y eso de forma imperceptible, sin que te lo malicies siquiera. Basta con una calle en cuesta, con una acera al sol, o con una acera a la sombra, o con un chaparrón y te llevan a ese lugar, al punto preciso en el que debías encallar” En el café de la juventud perdida.

Esta búsqueda de la identidad la vemos reflejada en toda su obra, así como por ejemplo en: El barrio perdido, El café de la juventud perdida, La calle de las tiendas oscuras, Dora Bruder… 

Todos sus personajes buscan su identidad y todos centran sus averiguaciones en París, en unos escenarios similares: Los cafés, las calles, algunos edificios, el metro… 

Todos estos personajes son habitantes de paso, en habitaciones de hotel o apartamentos prestados o alquilados. Son personas siempre en transito, todo está cargado de provisionalidad y de una atmósfera onírica que se mueve entre la realidad y la irrealidad como en una neblina permanente: “A veces, nos acordamos de algunos episodios de nuestra vida y necesitamos pruebas para tener la completa seguridad de que no lo hemos soñado”. El horizonte.

Realmente los personajes de Modiano no son auténticos personajes, son figuras desdibujadas bajo una neblina fantasmagórica. 

En estas obras Modiano se ve influido por la situación y los recuerdos que el tenía y había vivido en su infancia. Por razones laborables sus padres apenas podían atenderle y además de las causas laborales se adivina, en ellos, un desafecto hacia él. Vivió alejado de ellos y fue educado por sus abuelos. 

Sus personajes son de un tipo que claramente se distinguen de las personas que viven unas vidas aparentemente orientadas y seguras, que ellos envidian, como en el cuento infantil La pequeña cerillera de Hans Christian Andersen, cuando esta mira a través de los cristales de la ventana y ve que aquellas otras personas tienen una vida alegre y acogedora en su casa y pasan un día de Navidad en un ambiente tranquilo y confortable:  “…es un día de frío y un cielo gris que nos hacen sentir más intensamente la soledad y presentir con más fuerza que una tenaza se cierra” (Dora Bruder).“Lo que le había llamado la atención de los Ferne era la total confianza que tenían, aparentemente, en sus cualidades intelectuales y morales, aquella seguridad en sí mismos cuyo secreto le habría gustado tanto que le proporcionasen”, “ ¿Qué consejos y qué ayuda esperaba del profesor Ferne y de su mujer? Nada más salir del piso aquella noche soltó la carcajada. Estaba con Margaret en el ascensor –un ascensor de puertas acristaladas en cuyo asiento corrido se había sentado– y no controlaba ya aquella risa irresistible, Se la contagió a Margaret. ¿Pedir a unos abogados que lo defendieran de qué? ¿De la vida? le costaba imaginarse a sí mismo delante del profesor Ferne y de la letrada Suzanne Ferne, ellos tan solemnes y él cayendo en confidencias, intentando explicarles la sensación de culpabilidad que sentía desde niño, sin saber por qué, y aquella impresión desagradable de ir caminando muchas veces por arenas movedizas….” El horizonte

Se observa un sentimiento de inferioridad en los personajes. Estos, en su mayoría, no son capaces de desarrollarse como adultos porque sienten que hay otras personas superiores a ellos que les manipulan: “Así que existían personas que no habías escogido a quienes no les pedías nada, y en las que ni siquiera te habías fijado al cruzarte con ellas; y es gente sin saber por qué , quería impedirte que que fueras feliz” El horizonte. 

Por eso necesitan reencontrarse con un pasado que les oprime y del que necesitan liberarse: “Le parecía que estaba llegando a una encrucijada de la vida, o más bien a una linde desde la que iba a poder lanzarse hacia el futuro. Por primera vez tenía en la cabeza la palabra porvenir; y otra palabra: horizonte. Aquellas noches, las calles desiertas y silenciosas del barrio eran líneas de fuga que desembocaban todas en el provenir y en el horizonte” El horizonte.

Finalmente algunos de sus personajes encuentran una luz en el horizonte y otros seguirán buscando el faro que les ilumine.

“Y si la felicidad consistía en esa embriaguez pasajera que experimentaba aquella tarde, entonces, por primar vez en mi vida, era feliz” Más allá del olvido.

(Pilar Aguilar)