Paul Auster
«El cuento de Navidad de Auggie Wren» – Breve apunte
Paul Auster escribió «El cuento de Navidad de Auggie Wren» por encargo del periódico The New York Times y se publicó el día de Navidad de 1990. El cuento, sirvió para la realización del guión de la película «Smoke», escrito también, por Paul Auster. Aunque en este caso no podemos decir que la película sea una adaptación del cuento. Este sirvió, únicamente, como punto de partida al guión. En la película los personajes se desarrollan y dan lugar a muchas situaciones que en el cuento no existen. Este cuento es un relato muy breve y sencillo que se puede leer en diez o quince minutos. A pesar de su brevedad el autor consigue transmitir una serie de pinceladas dignas de estudio tanto en su forma como en su fondo. Si nos fijamos en su forma descubriremos que este cuento aunque se trate de un texto escrito, tendrá la oralidad como una de sus características principales. El cuento está escrito por Paul y al mismo tiempo por Paul Auster y verbalizado a través de la voz Auggie. Tomando en cuenta esta situación peculiar, la pregunta que podríamos plantearnos es ¿quién es realmente el narrador de esta historia? y ¿el protagonista?. El protagonista y narrador inicialmente es Paul al que le han encargado que escriba un cuento de Navidad. Pero ¿este Paul es Paul Auster o bien ha comenzado la historia poniéndole al protagonista su propio nombre y pasándole el problema de escribir un cuento de Navidad para un periódico?. Quizá la historia es una forma de desahogo que utiliza el autor que, no sabe como escribir una historia de Navidad por encargo. Esta forma de doble narrador podría también jugar el papel de autojustificación. Quizá el cuento no nos guste pero la historia no la inventó él sino que se la contó Auggie Wren. Con esta postura el autor toma una cierta distancia. Auster pone su nombre al, aparentemente, protagonista de la historia pero incluso el cuento comienza negando la propia autoría del autor: «Escuché esta historia de boca de Auggie Wren». Asimismo, añade que Auggie le cuenta la historia a condición de que él la escriba, tal y como él se la cuenta. Incluso el título nos dice que el cuento de Navidad es de Auggie. De esta forma, el primer narrador y protagonista que encontramos en esta historia pasa a ser un mero transmisor de la historia. Es una historia cerrada y rodeada de otra historia que sirve de marco y soporte al verdadero cuento de Navidad. El cuento tiene dos partes. Una que podría ser autobiográfica y real, aunque tampoco lo sabemos con seguridad y la otra a la que podríamos llamar «el verdadero cuento de Navidad de Auggie Wren». El narrador nos dice explícitamente cuando empieza la verdadera historia: «Encontramos una mesa al fondo, pedimos nuestros platos y Auggie se lanzó a contarme su historia» «Fue en el verano del setenta y dos…» Es en ese momento, cuando el cuento cambia de narrador. Pasamos de tener a Paul contando su propia historia en primera persona para pasar a tener a Auggie contando la suya y también en primera persona. Es en ese punto cuando traspasamos el marco que ha creado Auster para sustentar su historia y darle tintes de veracidad y entramos directamente en lo que realmente es el cuento de Navidad de Auggie Wren.. En la historia se indica también, expresamente, el final del relato que cuenta oralmente Auggie: «Dejé la cartera de su nieto en la mesa, cogí la cámara otra vez y salí del apartamento. Y éste es el final de la historia». El mismo Auggie pone, de esta forma, el cierre al relato. Quedará un punto de fuga, resuelto a través de un diálogo entre los dos narradores, donde Paul le pregunta a Auggie si no volvió nunca más a la casa. Auggie le responde que, volvió a los tres meses pero ya no pudo encontrar a la anciana: «No se qué fue de ella, pero otra persona vivía en el apartamento y no supo decirme dónde estaba». Finalmente, el marco de la historia queda también perfectamente cerrado cuando Paul dice: «Respondí a la sonrisa de Auggie con otra mía, y luego llamé al camarero y pedí la cuenta». Sí hablamos del fondo, el tema principal trata de la justificación de las acciones que, en principio, no serán buenas y que finalmente quedarán redimidas por el buen fin con el que fueron utilizadas. El cuento es una historia de dos robos y una mentira. El desencadenante de la historia de Auggie es el robo. El primer robo se presenta como un robo ligero y sin importancia. Es, como dice Auggie, un robo patético: «Creo que no he visto en mi vida un ratero más patético. Estaba al lado del expositor de libros de bolsillo de la pared del fondo, metiéndose libros en los bolsillos del impermeable». Además, el robo resulta aún más lamentable cuando el ratero en su afán por escapar pierde su cartera. Pasado un tiempo, Auggie decide buscar la dirección del ratero para devolverle la cartera pero en su intento por encontrar a Robert Goodwin, nombre del ratero, se verá envuelto en una situación inesperada y cometerá él también un robo inesperado y por supuesto no premeditado. El robo de la cámara a la anciana se justificará al tratarse de un objeto ya robado anteriormente por Robert. Incluso, quedará justificado por el uso que Auggie hace de ella. La cámara le servirá a Auggie para llevar a cavo «El proyecto más importante de su vida», su proyecto fotográfico. El proyecto fotográfico de Auggie es también un factor importante en el cuento. Paul y Auggie estrechan su relación cuando Auggie muestra su proyecto a Paul. En un principio, Paul lo mira por encima y no lo entiende pero Auggie le dará la clave para entenderlo. Le dirá que hay que mirarlo despacio y con detalle. El proyecto plasma la vida. La vida de las personas reales que todos los días pasan por un mismo punto para ir a sus trabajos, con sus distintos estados de ánimo, con las marcas del transcurrir del tiempo en sus rostros etc. Pero en esta vida encuadrada en un único escenario sólo se podrán observar los personajes que pasan por él, como en un escenario donde los personajes solo pasan y cuando no están en escena desaparecen. El escenario del proyecto de Auggie, no es un espacio donde los personajes paran para desarrollar alguna actividad, sino que se trata de un espacio de paso, donde sólo podremos observar su aspecto físico y su expresión durante su tránsito por ese escenario por el que, por otra parte, ellos desconocen qué están pasando. Como ya he dicho anteriormente, la historia se basa en dos robos y una mentira. La mentira de Auggie se producirá cuando se hace pasar por el nieto de la anciana y disfruta del día de Navidad con ella. Esta mentira también quedara justificada transformándose en una obra de caridad para la solitaria abuela. De esta forma, Paul Auster escribe un cuento de Navidad basado en la naturaleza humana de sus personajes y nos cuenta una historia que justifica sus actos a través de sus motivaciones. Al finalizar la historia Paul, el primer protagonista de la historia, se pregunta si realmente será cierto lo que su amigo le ha contado. El tema de la verdad y si realmente existe sólo lo que se escribe o lo que realmente pasa, es un tema muy recurrente en la novela posmoderna. Por tanto, podríamos decir que se trata de un cuento posmoderno, no sólo por el tema sino también por el tratamiento de personajes y narradores. Quizá Auggie inventó esa historia para Paul. Quizá de esta manera, Auggie realiza el sueño de ver una historia propia publicada en un famoso periódico. Pero realmente ¿importa si la historia es real o inventada?. Tanto para nosotros como para Paul la historia sucedió así y lo demás no importa. Como dice Italo Calvino: «Los cuentos de hadas son verdaderos. Son una explicación general de la vida, nacida en tiempos remotos; son un catálogo de los destinos que pueden padecer un hombre o una mujer, sobre todo porque hacerse con un destino es precisamente parte de la vida». (Pilar Aguilar)