Javier Cercas
Soldados de Salamina es una obra del escritor español Javier Cercas. La obra se publicó en el año 2001 y fue el primer éxito editorial de la literatura española del siglo XXI.
El título de la novela hace referencia a la batalla de Salamina como algo remoto, la misma sensación que a los españoles del siglo XXI les produce la Guerra Civil.
Esquilo prefirió llevar al teatro la amargura de la derrota de los persas más que la alegría de la victoria de los griegos. De este hecho podría partir la idea de presentar como héroe al derrotado y viejo Miralles, que es un héroe olvidado, de uno de los acontecimientos más tristes de la Historia de España.
“Es curioso (o por lo menos me parece curiosos ahora): desde que el relato de Ferlosio despertara mi curiosidad nunca se me había ocurrido que alguno de los protagonistas de la historia pudiera estar todavía vivo, como si el hecho no hubiera ocurrido apenas sesenta años atrás, sino que fuera tan remoto como la batalla de Salamina.” pag. 41
Es una novela innovadora entre otros factores porque se encuentra en los límites entre la ficción y la realidad.
Otro elemento innovador es la figura del autor-narrador integrada en el texto, al menos con la implicación presentada por Cercas. No es que el personaje principal, Javier Cercas, sea exactamente la persona real Javier Cercas. No es el autor mismo, sino una representación lingüística con muchos puntos en común con el hombre de carne y hueso. Aunque su circunstancia vital no sea paralela a la del Javier Cercas real que en este momento ni había perdido a su padre, ni le había abandonado su mujer, ni realmente había decidido abandonar la escritura.
Según declara el propio Javier Cercas, en la novela, el autor y el narrador tenían que llevar el mismo nombre porque si todo el mundo como Sánchez Mazas, los Figueras, Ferlosio, Trapiello, Bolaño, etc. aparecía con su nombre real, si el protagonista no fuera Javier Cercas, todo el mecanismo literario hubiera dejado de funcionar.
La obra está estructurada en tres capítulos distintos:
La primera parte, «Los amigos del bosque», presenta al escritor y periodista Javier Cercas, personaje, en un momento poco favorable de su vida. Había muerto su padre hacía poco, su mujer le había abandonado y él había dejado de escribir. El protagonista, escritor fracasado, está buscando una historia que le ayude a salir de una mala situación económica y anímica. Javier Cercas encontrará la historia, que le llevará a investigar más allá de la primera narración que le ofrece Rafael Sánchez Ferlosio de la historia de su padre durante la Guerra Civil.
La segunda parte, “Soldados de Salamina”, es donde se desarrolla la historia que le lleva tanto al autor como al personaje a escribir el libro. Cercas narra los acontecimientos que le sucedieron a Sánchez Mazas al final de la Guerra Civil.
La tercera parte, «Cita en Stockton», es una nueva búsqueda de otra historia diferente pero que funcione como la pieza final y fundamental que le hace falta a Javier Cercas, personaje, para terminar su libro.
En esta tercera parte Javier Cercas, escritor, plantea al lector una pregunta de la que no da respuesta, lo que él ha llamado el punto ciego de una obra. El autor plantea un problema que no resuelve, pero que abre vías de reflexión. Cada lector hará una lectura distinta dependiendo de su experiencia vital. La pregunta que plantea esta obra es: ¿Por qué decidió el miliciano republicano salvar a Sánchez Mazas? ¿Quién era aquel miliciano? Tal vez ahí se ve el sin sentido de la guerra, en las individualidades. Quizá Sanchez Mazas y el miliciano republicano no eran mas que dos hombres que se miran a los ojos y realmente no se odian.
Como ya hemos dicho, la novela se desarrolla en tres capítulos, pero no son tres capítulos lineales, sino que el primero y el tercero forman un marco envolvente que arropa la narración del suceso, aparentemente, principal de la obra. Este marco aporta la posibilidad de analizar un acontecimiento olvidado, desde el presente. El marco permite envolver un hecho histórico con elementos procedentes de la actualidad. De esta manera, se puede revisar el pasado desde la intrahistoria, como decía Unamuno, es decir, desde la experiencia de lo vivido por la gente corriente, fuera del discurso académico.
Aunque, realmente, el suceso de la Guerra Civil es la excusa para tratar los temas que realmente son los principales de la novela.
Uno de los temas principales es el tratamiento del héroe moderno. Según Carlos Yushimito del Valle, escritor peruano, en un estudio sobre el tema dice:
«decide actuar motivado por sus propias convicciones y no condicionado en cambio por un grupo colectivo»
Javier Cercas propone con esta obra una forma de mirar aquel acontecimiento de la Guerra Civil, intentando ser lo más ecuánime posible. Pero según se avanza en la lectura de la obra y con la evolución del protagonista principal, Javier Cercas, se ve que este va evolucionando y que pasa de un simple interés por escribir una historia, a implicarse personalmente en la búsqueda de un héroe moderno, que finalmente, resultará ser Miralles. Este es el elemento principal que le faltaba a la historia y sin el que el protagonista de la obra no hubiera sido capaz de terminarla porque no le encontraba el sentido que quería darle.
En un principio, el personaje principal no es consciente de esta carencia, sabe que le falta algo a su historia pero no es capaz de encontrar ese elemento que falta. Al libro le faltaba algo y ese algo era el por qué de ese soldado republicano que no dispara ¿Qué pensó Miralles cuando se encontró con Sánchez Mazas cara a cara y se miraron a los ojos?
Las referencias a Sánchez Mazas como provocador falangista con una oratoria incendiaria son, en cierto modo, una toma de partido y una actitud de reconocimiento hacia los héroes olvidados y desconocidos.
Otro de sus temas principales en esta obra es la búsqueda del padre. En la obra Javier Cercas, personaje, acaba de perder a su padre, y al final lo encuentra en la personaje de Miralles.
El mismo Javier Cercas escribe:
“… al principio, Cercas ha perdido a su padre, y al final lo encuentra: quiero decir que encuentra a Miralles (el antiguo comunista superviviente a todas las batallas del que le habla Roberto Bolaño y sobre el que fábula con la posibilidad de que sea el miliciano que salvó la vida a Sánchez Mazas), que es una especie de padre simbólico o histórico, no sé, el caso es que encuentra a Miralles, y por eso, porque es el padre que perdió y ahora recupera se abraza a él. Estas simetrías son fruto de la manipulación de la realidad de la mentira, pero gracias a ellas, la novela deja de hablar de la España del año 1939 o de la Gerona del 2000, y pasa a hablar de lo que en realidad habla, y me importa. Porque la novela no habla, fundamentalmente de la Guerra Civil, aunque sea uno de sus temas y constituya un marco esencial. La novela, básicamente, habla de los héroes, de la posibilidad del heroísmo; habla de los muertos, y del hecho de que los muertos no están muertos del todo mientras haya alguien que los recuerde; habla de la búsqueda del padre, de Telémaco buscando a Ulises; habla de la inutilidad de la virtud y de la literatura como única forma de salvación personal…” (Diálogos de Salamina)
Aristóteles decía que la Poética es superior a la historia, porque, mientras la historia se ocupa de lo particular y concreto, de lo que atañe sólo a determinados hombres en determinadas circunstancias de tiempo y lugar, la literatura se ocupa de lo genera, de aquello que atañe a todos los hombres en cualquier época y circunstancia.
Por ese motivo, Javier Cercas, personaje, empieza viendo la historia como la narración de una situación remotamente acaecida durante una Guerra Civil que ya casi no se recuerda, de ahí su título, y sin embargo termina viéndolo como algo presente y actual, como algo que incumbe a todos.
También deberíamos mencionar la inclusión, en Soldados de Salamina, del artículo «Un secreto esencial», aparecido en El País en su edición para Cataluña de fecha 11 de marzo de 1999.
Este artículo es la génesis del libro posterior y habla del paralelismo entre las historias de Antonio Machado y Rafael Sánchez Mazas, dos escritores colocados en los polos opuestos en la trágica historia de la Guerra Civil, ya que ambos escritores se colocaron en bandos opuestos y cuando Sánchez Mazas parece escapar milagrosamente de la muerte, Antonio Machado encuentra la muerte en el exilio, más o menos en la misma fecha, cuando ya había perdido la esperanza en la victoria de su bando.
De esta manera, el artículo «Un secreto esencial» se convierte en el punto de partida de la investigación que realiza Javier Cercas, protagonista, partiendo de un artículo del Javier Cercas real. De esta manera el Javier Cercas real entra en el juego de paralelismos que utiliza en la novela como recurso.
El artículo está reproducido de forma completa a excepción de la primera palabra del texto. En Soldados de Salamina dice: «Se cumplen sesenta años de la muerte de Antonio Machado» y en el artículo original dice: «Acaban de cumplirse…» . Lo que le da al texto, con una pequeña modificación, una actualización temporal.
En gran medida la oposición entre los dos escritores será el eje central de la novela. La exagerada polarización fue lo que llevó al país a la Guerra Civil. Estos dos escritores estaban enfrentados, sin embargo, esto podía ser por motivos ajenos a ellos mismos.
El paralelismo entre Machado y Sánchez Mazas se convertirá en la novela en un paralelismo entre Sánchez Mazas y Miralles que acabará convirtiéndose en el héroe.
Casualmente, Miralles es el único personaje totalmente imaginario de la novela.
Realmente, existe un individuo que Bolaño presenta en su narración de un hombre que luchó en las dos guerras, la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, pero que Javier Cercas, persona, transforma para que resulte la solución que buscaba para terminar su la novela.
En un principio, Cercas real, nos presenta a Cercas personaje, como un periodista y escritor frustrado que quiere escribir y no puede y que busca una historia que encuentra y que al final la novela le ayuda a encontrarse a sí mismo como escritor y que escribe Soldados de Salamina, el libro que estamos leyendo. Es el libro dentro de sí mismo.
Javier Cercas, escritor real, utiliza el viaje como medio para que el protagonista, Javier Cercas encuentre su historia. En un principio viaja con Conchi a Cancún donde pone en claro sus ideas y donde decide empezar a escribir el libro. Al final de la novela, el protagonista, encontrará en el viaje a Dijon el final de su historia, la pieza clave que le faltaba a su libro.
En la novela aparece otro motivo de interés, que se repite en diversas ocasiones y que es un motivo musical: la canción Suspiros de España. La primera vez que Javier Cercas, personaje, oye la canción, la oye en la calle en Gerona interpretada por dos gitanillos, mientras esperaba a Figueras.
“…me senté en la terraza. Nerviosamente miraba a un lado y a otro; mientras lo hacía aparecieron dos gitanos jóvenes –un hombre y una mujer–, con un teclado eléctrico, un micrófono y un altavoz, y se pusieron a tocar frente a la clientela. el hombre tocaba y la mujer cantaba. Tocaban, sobre todo, pasodobles: lo recuerdo muy Bien porque a Conchi le gustaban tanto los pasodobles que había intentado sin éxito que me inscribiera en un cursillo para aprender a bailarlos, y sobre todo porque fue la primera vez en mi vida que oí la letra de Suspiros de España, un pasodoble famosísimo del que yo ni siquiera sabía que tenía una letra.” (se incluye la letra en el texto, pag.47)
“Oyendo tocar y cantar a los gitanos pensé que ésa era la canción más triste del mundo; también, casi en secreto, que no me disgustaría bailarla algún día.” pag. 47
Esa misma canción la cantó y bailó el miliciano que salvó la vida de Sánchez Mazas, según el testimonio de Daniel Angelats.
“Pero me fijé en él, como todos mis compañeros, porque mientras nosotros paseábamos por el jardín él siempre estaba sentado en un banco y tarareando algo, canciones de moda y cosas así, y una tarde se levantó del banco y se puso a cantar Suspiros de España. ¿Lo has oído alguna vez? Claro, dijo Pere. Es el pasodoble favorito de Liliana dijo Sánchez Mazas. A mí me parece muy triste, pero a ella se le van los pies en cuanto oye cuatro notas. Lo hemos bailado tantas veces… Angelats vio que la brasa del cigarrillo de Sánchez Mazas enrojecía y se apagaba bruscamente, y luego oyó que su voz ronca y casi irónica se levantaba en un susurro y reconoció en el silencio de la moche la melodía y la letra del pasodoble, que le dieron unas ganas enormes de llorar porque le parecieron de golpe la letra y la música más tristes del mundo…” pag.119
“Que en vez de quedarse sentado en el banco, tarareando por lo bajo como siempre, aquella tarde se puso a cantar Suspiros de España en voz alta, y sonriendo y como dejándose arrastrar por una fuerza invisible se levantó y empezó a bailar por le jardín con los ojos cerrados, abrazando el fusil como si fuera una mujer…” pag. 120
Probablemente el mismo pasodoble era el que bailaba Miralles en el camping con aquella mujer joven.
“Bolaño recordó entonces que una noche del último verano en que estuvo con Miralles, mientras hacía la primera ronda, ya de madrugada, oyó una música muy tenue que llegaba del extremo del camping, justo al lado de la valla que lo aislaba de un bosque de pinos. Más por curiosidad que para exigir que quitaran la música –sonaba tan baja que no podía estorbar el sueño de nadie–, se acercó sigilosamente y vio a una pareja bailando abrazada bajo la marquesina de una rulot. En la rulot reconoció la rulot de Miralles; la pareja, a Miralles y a Luz; en la música, un pasodoble muy triste y muy antiguo (o eso es lo que entonces le pareció a Bolaño) que muchas veces le había oído tararear entre dientes a Miralles.” pag. 160
Finalmente, este pasodoble podría ser la pieza clave para descubrir que Miralles podría ser el soldado que salvó la vida de Sánchez Mazas, aunque el no lo admitiera.
“–no le he contado una cosa –le dije a Miralles–, Sánchez Mazas conocía al soldado que le salvó. Una vez le vio bailando un pasodoble en el jardín del Collell. Solo. El pasodoble era Suspiros de España. –Miralles bajó de la acera y se arrimó al taxi, apoyó una mano grande en el cristal bajado. Yo estaba seguro de cuál iba a ser la respuesta, porque creía que Miralles no podía negarme la verdad. Casi como un ruego pregunté– : Era usted, ¿no?
Tras un instante de vacilación, Miralles sonrió ampliamente, afectuosamente, mostrando apenas su doble hilera de dientes desvencijados. Su respuesta fue: –No”. pag. 202.
David Trueba llevó la historia al cine. Si se quiere conocer algo más sobre esta adaptación y también los comentarios del propio autor sobre el libro se puede encontrar la obra Diálogos de Salamina editada por Luis Alegre. Trueba asegura que entendió el texto y lo orientó cinematográficamente cuando, después de varias lecturas, de documentarse exhaustivamente sobre los falangistas y la Guerra Civil, descubrió que el protagonista no era Sánchez Mazas, ni el heroico Miralles, el miliciano que le perdona la vida, sino la mirada del autor.
El escritor Mario Vargas Llosa ha dicho sobre esta novela:
“el libro es magnífico, en efecto, uno de los mejores que he leído en mucho tiempo y merecería tener innumerables lectores, en esta época en que se ha puesto de moda la literatura ligera, llamada de entretenimiento, porque así aquellos comprobarían que la literatura seria, la que se atreve a encarar los grandes temas y rehuye la facilidad, no tiene nada de aburrida, y, al contrario, es capaz también de encandilar a sus lectores, además de afectarlos de otras maneras.”